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Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

La historia es terminable

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El título no tiene nada que ver con aquel libro de Michael Ende. O a lo mejor sí, porque cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.   ¡Cómo cambia la historia! Según quién te la cuente, las cosas pueden ser muy diferentes. Por ejemplo, a las perdices los finales felices no les hace ni puta gracia. En la mayoría de las historias hay guerras, ganadores, perdedores, buenos, malos, regulares, luces, sombras, gente con pocas luces, dragones… Y no todos ganan. Esto no es como después de las elecciones, que todos están contentos.   No tenía muy claro cómo titular este post. Historia interminable, terminable, exterminable… ¿Os imagináis un grupo de cucarachas contando su propia historia? “Tuvimos que enfrentarnos a muchos peligros. El mundo tal y como lo conocieron nuestros antepasados ya no es el mismo. Nuestros hermanos los escarabajos no sobrevivieron. Ni nuestras hermanas las mariquitas. Intentaron acabar con todas nosotras. A muchas nos arrancaron las dos patitas d