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Mostrando las entradas etiquetadas como covid19

Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Los encuentros, ¿En la tercera fase?

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¿Qué tal ha ido esa carrera? ¿Cómo? ¿Que no habéis salido a correr? No quiero ser alarmista, pero ahora es obligatorio ser runner (no son necesarias las mallas verdes ni las zapatillas para pronadores o supinadores). Yo aviso por vuestro bien y aún tenéis una oportunidad para poneros el chándal y salir a correr. Sin parar. El que no salga será multado. Y más os vale que hagáis una buena marca. Los mejores tiempos irán directamente a las olimpiadas de Japón. ¿Por qué creéis que han pospuesto los Juegos Olímpicos? ¡A correr! Pero eso sí, guardando la distancia… ¿Ya os habéis aprendido las diferentes fases de la desescalada? Yo me las estoy estudiando. Hay que reconocer que son un poco complicadas. Y es que nos cuesta un poco lo de seguir instrucciones. Si todos los años nos tienen que recordar cómo comer las uvas y recordarnos lo de los cuartos, no quiero ni pensar en esto. Que son 4 fases, pero empiezan por el 0 y el 1 es el brikindans, y el 2 el crusaíto. Además, que tampoco s

La tele me enciende

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No sé si os pasa lo mismo, pero es poner la tele y encenderme. Ya sé que la secuencia debería ser diferente. Primero enciendes la tele y luego te cabreas. Luis Enrique, deja que me explique. No estoy cabreado con la televisión, y con la mía menos, que es muy buena, y se porta estupendamente, ni con una cadena en particular. Es con la gente que sale. ¡Que nos han dicho que nos quedemos en casa! Y todos estos saliendo por la tele. Que te laves las manos. Las dos. Y que no saludes a los desconocidos, ni a los conocidos. Que no des la mano a nadie, ni siquiera para cruzar la calle (volvemos al punto de que te quedes en casa) … Que mantengamos la distancia entre personas humanas, y que tosas en el codo.   Y es normal que nos hagamos un lío. Yo de momento no salgo en la tele, ni toso a los desconocidos, ni cruzo las manos, y me lavo a distancia. A lo que iba. Que estás en casa viendo la tele y hay muchas cosas que me preocupan. La distancia Da igual quién salga que soy com

Más triste que los tres tigres

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Siempre que empiezo a escribir un post, pienso: “hoy sí, hoy voy a hacer un post cortito”. Y nunca baja de mil palabras, casi 5 páginas de Word con sus dibujitos, chistes, muchos malos, otros peores, alguno bueno… También podría poner una imagen, y me/os ahorraba mucho tiempo.     Para escribir un post pienso un tema, a veces, como estas últimas semanas, no hace falta pensar mucho sobre qué escribir. Lo pienso, tomo notas, dejo reposar las ideas (en plural, como si tuviera muchas ideas 😊 ), sigo dando vueltas a la cabeza (como la niña del Exorcista) y luego escribo el post… Casi siempre, muy largo. A menudo, según estoy tecleando, digo, “Pero ¿Qué estoy escribiendo?” Lo digo para mis adentros (intestino grueso y delgado mayormente) y me pongo a hacer otra cosa. Otras veces me sale todo del tirón, y pienso: ¡Albricias! (lo que quiera que sea una albricia) ¡Este post sí que es bueno! El mejor de todos (es posible que tenga el síndrome Leticia Sabater y crea, ella misma, puede

Como en casa en ningún sitio

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Hogar dulce hogar, “no place like home”, que decía Dorothy, después de que le pillara un tornado, se hiciera amiga de un león de hojalata, un espantapájaros sin corazón, y otro que se parecía a C3PO. Y además matando brujas del Este ¿O del Oeste? (quizá debería leer el libro, o ver la película, de nuevo). El caso es que como en casa en ningún sitio. Ahora es cuando alguno dice: “Pues si tanto te gusta tu casa, quédate en ella”. Pues me quedo. Que es donde hay que estar. Que sería aún mejor tener una casa con piscina, gimnasio, parque de bolas, cine…como los ricos. Que hay famosos que parece que viven en un centro comercial. Pero, si miramos la parte positiva, ellos tienen que pagar un montón de pasta de IBI, y rellenar el parque de bolas, y cargar con un montón de pesas en su gimnasio. Y seguro que se les llena de amigos gorrones. Probablemente, a estas alturas no hace falta que explique por qué hay que quedarse en casa y salir únicamente para lo estrictamente necesario. Ya te