Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Los nominados son… ¿Tantos?

Lo bueno de que no te inviten a una gala de los Goya o de los “Óscares” es que no hace falta que te arregles, ni que te vista el Señor Gucci (que tiene nombre de motocicleta) o Vittorio, Luccino o cualquier otro señor italiano. Te pones una camiseta, el pantalón del pijama, una cerveza o dos, y a disfrutar del espectáculo. Mucho mejor que te pongas cómodo porque esto puede durar entre 4 horas y 5 días.

Este año no me han invitado a los Goya (nada de rimas fáciles). No les guardo rencor. Yo tampoco les he invitado nunca a ellos. También es verdad que en mi salón no caben todos. Que mira que hay gente en una gala. Ni quitando los muebles, me cabrían todos en casa. Y que esta gente del cine te lo dejan todo perdido. Que empiezan de tranquis y luego la cosa se desmadra y terminas muy malamente.

Otra ventaja de verlo en casa es que no tienes que preparar merienda para tanta gente. ¿Quieres un yogur? ¿O una mandarina? Te la comes tú solo y no te ve nadie en la tele pelándotela (la mandarina). Y no compartes con Almodóvar, ni con Cate Blanchett o Antonio Banderas. Ya sabemos como son los actores.

Pero hoy me siento generoso y quiero compartir con vosotros algunas cosas de las que pasan en las galas. Vamos a empezar por el principio.

La alfombra roja

Había que elegir y entre todos los colores, escogieron la alfombra roja.  Podían haber puesto pieles de vaca, pero había que cargarse muchas vacas para que cupieran todos los invitados. O moqueta, pero igual les hubieran hecho quitarse los zapatos y hay que lucir tacón. El caso es que el rojo queda muy bien con la gente arreglada. Las orientales son muy bonitas, pero te salen por un ojo de la cara.

La gente de encima de la alfombra

La alfombra sola no diría nada. Lo que cuenta son las personas que van por lo alto de la alfombra roja. Se ponen vestidos que no son suyos. Son de otra gente. Se conoce que a Carolina Herrera, a Armani, a Dolce o a Gabanna (no me digáis que no tienen nombre de delanteros del Inter de Milán o de postre del Gino’s) les sobran los trajes y vestidos y se los dejan a los actores. ¡Qué guapos van! Un consejo por si te invitan. No te pongas el chándal. Que sí, que vas más cómodo, pero por lo que sea, prefieren que te pongas vestido.

Qué guapa va… ¿Y éste quién es?

En las alfombras rojas ponen a gente a preguntar cosas super interesantes. ¿Cómo estás? ¿De quién es el vestido? ¿A quién le has robado las joyas que llevas? ¿Y éste quién es? Por que hay veces que no sabemos exactamente quién está en la alfombra roja.

La gala mismamente

El mecanismo consiste en que hay presentadores que presentan, cantantes (o gente que no es cantante) que canta, personas que hacen gracia, o no, los nominados, los ganadores que te hacen un Rosendo y prometen estar agradecidos y la foto de familia. Que normalmente no son familia. Pero vamos con los minutos musicales.

¿Y aquí que se reparte?

Algo en común en todas estas galas es que dan premios. A mí personalmente, me encantaría que me regalaran un jamón, pero como hay mucha gente vegana, pues te dan una estatuilla. La cabeza de un pintor (de bronce, no esperéis que se carguen a nadie), o un Oscar… Cosas así. ¿Y se lo dan a mucha gente?

Premiados

Los premiados son el 15, el 20 y el complementario el 2. Aunque no siempre coincide. Hay veces que les dan premios a gente. Primero eligen a unos pocos, cuatro, cinco…  y de ahí se escoge al vencedor. Y se ponen muy contentos. Los que ganan. El que no gana, no tanto, aunque como son actores, a veces actúan y parece que sí.

¿Otra actuación?

Ya os dije que esto era largo. Entre nominados, ganadores, más categorías, ¿Mejor peluquería? Guion adaptado, “defectos” especiales, mejor película extranjera de fuera, documental animado, corto más corto, mejor corto desanimado… Otro señor haciendo gracia, mejor canción cantada… ¡Un fuerte aplauso!

“Recuerdamientos”

Personalmente me parece la parte más cruel de todas. Esos minutos que sirven para recordar a los que ya no están. No porque se hayan aburrido y se hayan ido de la gala, que alguno habrá, sino a los que ya no están con nosotros. ¿Ha muerto? ¿Este estaba vivo?  Es una pena que nos hayan dejado artistas increíbles, pero está feo que sólo les aplaudas a ellos. Que el señor responsable de iluminación, o la directora de reparto también se merece un aplauso. O se aplaude a todos o a ninguno.  

Agradecimientos

A mi madre, a mi padre, al productor que me “produció”, a mis vecinos, a mi peluquera, a la Virgen (inserte aquí la virgen a la que le tenga usted más devoción), a San Tander, San Tidisturbios y a todos los que han hecho posible que haya llegado hasta aquí.

Mi no entiende

Si no hay un guiri en la gala se pondrá uno de oficio. Al menos uno. Ahí le tienes. Mejor actor, actriz, artista, artisto de allende las fronteras cualesquiera sean las fronteras. Normalmente no se entera de nada. Imagínate, una gala con su antes y después rodeado de gente a la que no entiendes. Que pensándolo bien, a lo mejor no es tan malo. Si, estoy hablando de usted.

And the winner is…

Ya han entregado los premios a los mejores vestuarios (no voy a decir que son los del Wanda “Napolitano”) y al mejor guion original, al original más musical, al maquillaje, sombra aquí y sombra allá, sonido más fuerte, al que mejor reparte… Y ahora vienen los importantes.

Los más mejores son…

En cualquier gala harían otra pausa, un momento musical, aparecería un actor conocido, premio a toda una carrera (con la de carreras que me he pegado yo y no me han dado ni un Goya, ni un Pichichi o un premio Nobel. ¡Nada!) y llega el momento más esperado….

Un Goya como una….

Esto de dejar para el final lo más importante, no lo veo bien. Con la fácil que sería ponerlo al principio y luego el que quiera ver a los cantantes cantar, a los bailarines bailar y a los discursantes discursar… Para el próximo año que empiecen por dar el premio a la mejor película y ponen la película. Luego al mejor director y ponen la película. Más tarde a la mejor actriz y pones las mejores jugadas, y la película y así “sustantivamente”. ¿No es un festival de cine? Pues a ver cine. ¡Coño ya!

Pues eso, que veáis más cine, y que les den premios a todos, que hacer una película tiene mucho mérito. ¡Todos al cine!

 

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