La lámpara maravillosa y otros descubrimientos
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No estamos para que nos cuenten cuentos, ni mucho menos cuentos antiguos como el de Aladino y la Lámpara Maravillosa. Que resulta que Aladino se llama ahora Aladín (no, no voy hacer la broma de ponerle apellidos como Aladín Aladán aladín bom ban). Tampoco os voy a explicar que el nombre real es Al-Ladín, que en árabe de Arabia significa “ahí a 5 minutos andando”.
Lo que sí os voy a contar es mi historia con una lámpara. No es una lámpara
maravillosa. Es más bien normalita. Ni siquiera te concede tres deseos. El
único deseo es que, si de verdad quieres que se encienda, sólo tienes que dar a
un botón (tenerla enchufada y tener pasta para pagar la factura. Esto ya es más
complicado, pero no tiene la culpa la pobre lámpara. Ni Aladín, ni Aladán…) Lo maravilloso
de la lámpara es que tenía un botón que he encontrado casi un año después de
comprarla. Con una sola bombilla, la lámpara tiene muchas más luces que el
dueño.
Durante bastante tiempo he estado desenroscando la bombilla, o desenchufando
la lámpara para apagarla. Pero el otro día, por arte de birlibirloque (que es
un arte muy antiguo y una de mis
palabras favoritas), se me apagó la bombilla. Ya, ya sé que los descubrimientos
se suelen ilustrar con una bombilla encendida, pero es que no sé qué toqué, que
se apagó la bombilla de la lámpara. Después de mucho investigar (cuando digo
mucho, me refiero a más de 30 segundos), descubrí que la cubierta trasera de la
lámpara era también un interruptor, que como su propio nombre indica interrumpe.
He aquí la maravillosa lámpara.
Como veis, tampoco es que sea maravillosa, pero luce, que es lo que tienen
que hacer las lámparas. El caso es que estas cosas pasan por no leer las
instrucciones. Y aquí os voy a poner más ejemplos.
¿Y estas palancas?
Los coches tienen unas palanquitas, todos los coches, no penséis que el
vuestro es particular, como el patio de tu casa. Una palanca sirve para indicar
que vas a hacer un cambio de carril o tomar otro camino (por ejemplo, las de
Villadiego). Otra sirve para activar el limpiaparabrisas. Lo del nombre de
parabrisas también necesitaría una actualización. Que sí, que para brisas, pero
también detiene otro tipo de vientos, y de frío, y agua. Pero esa es otra
historia.
La otra palanca
Eso que sale del volante (ahora los volantes tienen más botones que la nave de Alien), la palanca esa de la izquierda es, en muchas ocasiones, el gran desconocido para algunos conductores. Venderán el coche y en el anuncio pondrán, coche muy completo, tiene palanquitas a estrenar. 20 años conduciendo y aún no han descubierto que es muy recomendable avisar a la gente de tus decisiones al volante. No es necesario que grites al resto de conductores de todo lo que vas a hacer. ¡Que arranco! ¡Ahora voy a la izquierda! ¡Perdón! Era a la otra izquierda… No te lo vas a creer, esa palanca es precisamente para eso.
Los semáforos
Seguimos con cosas con luces. Es posible que aprenderte el significado de
los colores no sea sencillo. Verde, “palante”, rojo, “tatequieto”, amarillo, “cuidadín”.
Hay semáforos que incluso les ponen dibujitos: un señor con sombrero, una
pareja de señoras, un hombre rojo (posiblemente rojo de ira), una bailando el
Single Ladies de Beyonce, botones para que puedas cruzar… Y no todo el mundo
entiende cómo funcionan.
La cola
¿Puede haber algo más sencillo de entender que una cola? Es cierto que en
el colegio, al menos en mi época, no lo explicaran bien y que nos hayan quedado
muchas dudas sobre qué hacer con la cola, cómo funciona y cómo comportarte. Tus
padres tampoco te han dado una educación sobre el tema. Por lo que sea. Siempre
piensan que ya tendrás tiempo para aprenderlo y claro, al final tienes que preguntar
en la calle a la gente que te rodea. Incluso nos dijeron, para liarnos aún más,
que te pusieras a la cola que dan “pesicola”. Y no…
Escaleras mecánicas
Hay cosas que es difícil de entender cómo funcionan. Un avión, con lo que
pesa y vuela. Un barco, igual. No, no vuelan, pero son pesados y no se hunden (por
regla general). Las escaleras mecánicas tampoco deben ser fáciles viendo cómo
las utilizan algunos. Los que se quedan a la izquierda sin moverse, los que van
a contracorriente, los que tienen mucha prisa. Los que dan vueltas a todo… Todo
un mundo de posibilidades.
Mascarillas sin libro de instrucciones
Y así pasa lo que pasa. Pudiéndote tapar la nariz y la
boca, que es lo que debes tener tapado, hay gente que prefiere llevarla en el
codo, en la barbilla (la famosa masbarbilla) o en el bolso. Que el bolso
también tiene que estar libre de “viruses”. Tampoco nos han explicado que se puede
hablar con la mascarilla puesta. Es más incómodo, pero se puede. También hay
instrucciones para que no se empañen las gafas, pero yo no lo he leído porque
no veo bien…
Listas de espera
No todo el mundo entiende que hay ocasiones en las que hay que guardar el
turno. Para eso se crearon las listas de espera. Pero no todo el mundo entiende
lo de listas y espera de la misma manera. Hay gente que espera y es muy lista. Hay
gente que no espera y se pasa de lista. También hay algunos que no son muy
listos, pero que tampoco esperan.
Pero como os he dicho antes. ¿Yo que voy a saber ni dar lecciones a nadie si no he encontrado un jodío botón en un año?
No os podéis hacer idea lo cansado que es pensar… Voy a tomarme un par de semanas de descanso a ver descubro más cosas. Nos leemos pronto.
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Comentarios
Mi tia Lore despues de fumarse un cigarrito se quita los pantalones de mezclilla corte colombiano de moda y a la camita.
ResponderEliminarHay que tomar un curso de electricista y de pantalones de mezclilla de mujer para que no te pasen otra ves esas cosas.
ResponderEliminar