Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

La vuelta

Como decíamos ayer, bueno, algo más de un mes, he estado dando una vuelta. Casi 4.000 kilómetros.

También he hecho algún que otro kilómetro andando, pero muchos menos y algo más despacio, que para eso estaba de vacaciones. El caso es que hemos ido, y vuelto, desde Suiza a España. No, no hemos visto a Corinna. Ni al Rey. Ni a un triste marqués. Tampoco a un marqués alegre. Debe ser que los nobles no son para el verano. Como las bicicletas… Ya me estoy liando.


Por si tenéis curiosidad, hicimos etapas como en una vuelta ciclista. De Zúrich a Ginebra (sin alcohol), luego a Andorra pasando por Francia (pasar por la República Checa habría estado bien, pero era demasiada vuelta. Y luego a Almenara, Castellón. Más tarde Madrid, de ahí a Logroño (qué buena rima tiene esta ciudad), Clermont Ferrand (que no es el nombre de un señor de Francia, aunque podría serlo) y vuelta a Zúrich. Casi los mismos kilómetros que en el Tour de Francia, pero a nosotros no nos animaba nadie, ni nos daban botellas de agua. Nos las hemos tenido que comprar.


Y en lo largo y ancho del camino he visto cosas que vosotros no creeríais. Bueno, sí que las creerías, porque pasa en todas las carreteras, pero te las recuerdo. Vamos a hablar de los amigos conductores.  


¿Para qué servirá esta palanca?

Esas palancas que traen todos los coches de serie. Esas que ponen debajo del volante, medio escondidas, y encima en el lado izquierdo. Algunos conductores la utilizan para señalizar hacia dónde van. ¿Qué quieren ir a la izquierda? Pues lo avisas. ¿A la derecha? Pues pones el intermitente. ¿Que no sabes para qué lado? Pues te haces de Ciudadanos. Perdón, nada de política. Si quieres decir que vas a casa de tus padres. Eso no hace falta que lo señalices. Lo pones en redes sociales y se entera todo el mundo.

 ¿Para qué voy a correr si voy el primero?

Ahí le tienes. Sin prisas, que no son buenas. Se toma muy en serio lo de no sobrepasar el límite de velocidad. Eso sí, el límite de la paciencia de los demás, ya lo sobrepasó cuando va por esa carretera a cuarenta kilómetros por hora.


Lo del límite es orientativo ¿no?

Esas cosas que hay en la carretera. Las piruletas gordas con un número, no van con ellos. Lo de 50, 60, 100, 120… Serán los números de la primitiva o algo. Yo controlo. ¿Quién me dice a mí a la velocidad a la que se puede ir? ¿Curvas peligrosas?


Veteranos y noveles

En las carreteras del mundo mundial se juntan veteranos y noveles, como en el himno del Real Madrid. Y suelen conducir de forma muy parecida. Van concentrados. Más concentrado que un zumo de limón. Y muy cerca del parabrisas. No tienen espacio ni para que salte el airbag. Los brazos pegados al volante. Esos huecos que tienen todos los volantes para agarrarlos ergomo, ergoni, bien, no vienen de serie. Los coches, los prueban de fábrica estos conductores y les dan la forma. Con el freno de mano hacen lo mismo.


No muevas el volante ¿Para qué mueves el volante?

¿Os acordáis de las películas antiguas en las que salían moviendo el volante como si fuera un coche de choque? Pues todavía queda gente que piensa que hay que mover el volante. Mucho y a todos lados. Lo de las marchas también es caso aparte.


¡Que mires palante!

También los hay muy sobrados y ni miran al volante, ni a las marchas, ni a los que van a su lado. Pueden mirar el móvil, leer un periódico… Se han dado casos de conductores que escriben libros. Mientras conducen. Otros van más pendientes de otros conductores.


Les gusta conducir

Hay gente a la que le gusta conducir. Con una mano, eso sí. La otra la sacan por la ventanilla. Como si estuvieran dando paso, pero pasan. De todo.


La banda sonora

Claro que sí, guapi. Todos necesitamos ir escuchando tu música. Pon más alta esa bella tonada, que nuestros coches no tienen radio, ni equipo de música con esos altavoces tan potentes como los tuyos. Y además, que tienes un excelente gusto musical.

Tú por aquí

Seguro que os ha pasado más de una vez. Si un coche sale de Málaga y otro también, se encuentran durante 500 kilómetros en todas partes. Le adelantas, te adelanta. Paras a tomar un café, él también. Os hacéis amigos. Vuestra amistad va más allá. Tenéis dos hijos…. Y así sustantivamente.


Te he dicho que salgo y salgo

Él ya ha decidido que sale y sale. Para eso ha puesto el intermitente. Es la ley. Tú pones el intermitente y una vez puesto ya tienes preferencia para cruzarte en el camino de los demás. ¿es que no has visto que he puesto el intermitente?


Laudrup

Michael Laudrup fue una estrella del fútbol. Desconozco si conducía bien. El caso es que una de sus características eran los pases mirando al otro lado. Ponía el balón por la izquierda amagando con centrar a la derecha. Pues hay algunos conductores que hacen lo mismo. Te señalan con el intermitente que van hacia un lado y te hacen un Laudrup. Van al otro. Te dan ganas de aplaudirles….

Jean Claude

Este también es famoso. Jean Claude “Van Dazos”. Lo de ir en línea recta no esta hecho para él. Le gustan las rayas más que …. (mejor no lo digo). Que las coge todas, vaya. Y es mejor quitártelo cuanto antes. Otros dan bandazos sin coche ni nada.

Las rotondas no tienen misterio para él

Si hay una rotonda de tres carriles, él usará los tres. El mundo no es suficientemente grande para él y su coche. Por supuesto, no sabes si va a tomar la primera salida en la rotonda, la segunda o si tomará un vodka con Martini seco… o las de Villadiego. Ya se cansará de dar vueltas.


La hormiga atómica

Vas tan tranquilo con tu Ferrari o tu Maserati (el que vaya tranquilo en un Ferrari o un Maserati) y te adelanta un Opel Corsa (con todos los respetos a los Opel Corsa que adelantan a Ferraris y Maseratis). O un Reanult Clío (también respeto a los Clíos. Y a las Clías, y a todos los pequeños).


Yo iba tan tranquilo pero…

Señores que van a una velocidad constante hasta que ves que les has adelantado. Es como si no les sentara bien que les hayas pasado… Recuerdo aquella vez que iba conduciendo mi Opel Corsa y adelanté a un Lamborghini…


Es posible que nunca haya tenido un Opel Corsa. También es probable que jamás haya adelantado a un Lamborghini, pero ya os dije que he visto cosas que vosotros nunca creeríais… Cosas increíbles.


Ahora os dejo, que ya estoy a punto de llegar a casa…Y no está bien conducir y escribir el post a la vez.


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