Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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El alemán, el sexo y las Kartoffeln
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Hoy, tampoco, vamos a hablar del monotema. Seguimos con los minutos musicales. Llevamos más de 2 meses hablando de lo mismo. En la tele, la radio, los periódicos, en tu WhatsApp, en las redes sociales. En este blog he escrito 8 post sobre el jodío Covid19. Podría escribir más, pero…
Que no digo yo que no haya que hablar del tema. Cada uno es libre de decir lo que quiera. Aunque digas gilipolleces. En mi defensa, tengo que decir que no soy el único en escribir chorradas y publicarlas. Incluso hay algunos que cobran por eso… ¡No es justo!
En el post de hoy voy a hablar del alemán. No de un alemán en concreto. Tampoco vamos a discriminar a los austriacos, a los de Liecth, Liche…. los del país pequeño que rima con Frankenstein… o a los suizos. Los suizos que hablan alemán. Al final, sí que voy a discriminar gente. ¡Si es que no aprendo!
El caso es que voy a hablar del idioma alemán. Si por el título habéis pensado que iba a hablar de cómo se reproducen los teutones y teutonas (seguimos hablando de los alemanes), o si utilizan las patatas para fines sexuales, ya te aviso que no. Y no es por quitarles méritos, pero en esto los alemanes no son muy diferentes a los demás. Todo consiste en hacer tralarí, tralarí. Aquí y en la China Popular.
Voy a empezar por el principio. Como algunos sabréis, llevo unos meses viviendo en Suiza. Y aquí, serán muy neutrales, pero por lo que sea, no hablan español. Dicen alguna palabra y casi siempre mal, como Pael-la o servesa. Para que veáis que tampoco son tan listos. Que tendrán muchos relojes, queso y chocolate, pero tienen sus cosas, y el español no ha agarrado bien aquí. La falta de educación, supongo… O no tener una madre que les haya enseñado como dios manda.
No sólo no hablan español, podrían hablar italiano que al menos se entiende algo mejor. O francés, que algo hemos aprendido viendo anuncios de colonia. Pero no, hablan un alemán raro. Si ya el alemán no es un idioma muy sexi, estos son como si una hamburguesa (señora de Hamburgo) se estuviera enjuagando la boca. Mira cómo habla Federer. Con lo clarito que se le entiende a Nadal…
¡Di algo, di algo!
Cuando estás aprendiendo un idioma, tarde o temprano, alguien te pregunta cómo se dice buenos días, gracias, una cerveza por favor, y por supuesto, si sabes algún taco. La primera parte, la de buenos días y la cerveza puede llegar a ser práctica, pero lo primero que vas a aprender son los tacos. Caca, culo, pedo pis. Yo sólo se decir caca, Scheisse… Que en realidad es mierda (perdón por el lenguaje) … En lo demás voy de culo. Que, por cierto, se dice Arsch. Y comienza por mayúscula, como todos los sustantivos. Al final, vais a salir aprendiendo algo de aquí.
Todos venimos con algo de alemán de serie
No sólo las piezas de la lavadora o del coche vienen de Alemania. ¿Quién no conoce algunas palabras en alemán? Mercedes, que quiere decir coche, BMW, acrónimo de “Me gusta conducir”, Braun, que significa electrodoméstico marrón. Y luego algunas palabras de deporte, como Beckenbauer (de Becken, muy buen, y Bauer, defensa), y Boris Becker, el hermano de Gustavo Adolfo, que le dio por jugar al tenis.
Fuera de “cachondeen”
Antes de llegar aquí, mi nivel de alemán era el de saludar, Guten Morgen (me daba igual la hora del día), despedirme (“orvidense”). Contar hasta 2, eins, zwei, algunos colores, como braun (significa marrón, lo prometo). También lo de Das Auto, que es lo que sale al final de los anuncios de los coches Volkswagen. Que también sabía lo que significaba… Y he aprendido que autobús no se dice “subenempujenestrujenbajen, ni “gotaskaen” para traducir lluvia. También sé decir Frau. Por ejemplo, señora de, sería Frau-de. (Me dice mi profe de alemán que siga estudiando).
No todo acaba en “en”, pero…
A veces piensas que las palabras alemanas acaban casi todas en en. Como las inglesas en “eision, un buen ejemplo sería “selebreision”. Las palabras italianas da igual cómo terminen, sólo pon acento de Rafaella Carra y mueve las manos. Pero sí que es verdad que muchas palabras terminan en “en”. Por ejemplo, organizar es “organisieren”, adoptar es “adoptieren”, copiar es “kopieren, estudiar es “studieren”. Y entonces piensas, ya está, voy a hacer mi primera frase. “Mein namen ist Javier”… Fácil ¿no? ¿Y sabes cómo se dice mugir en alemán? Efectivamente “muhen”. Palabrita del Kinder “Jesusen”
El tiempo
Al alemán le gusta Mallorca porque el tiempo es mucho mejor que en su país. Pero los tiempos verbales son casi igual de complicados en español. Que tu dirás que en español son fáciles, pero no tienes en cuenta, que probablemente eres español y muy español y a nosotros nos lo ponen menos complicado. Ahora que te había convencido de que el alemán no es tan “komplicaden”, viene la parte mala. Es difícil de “kojonen” o “peloten”. Viene la parte en que te tienes que aprender el presente, el pasado, el futuro (más oscuro que trabajando en el carbón). Ich bin, du bist, er/es/sie ist, wir sind, ihr seid y Sie sind…. Y eso sólo para el verbo ser y estar. Luego está el perfecto (que a los alemanes les gusta hacer las cosas bien), el imperativo (que también les gusta mandar), el pasivoagresivo… Creo que me he liado
Acusativo, dativo, nominativo, aperitivo
Y no sólo cambia la primera persona del singular, plural, la segunda persona… También cambian los adjetivos, los pronombres, los sustantivos… Todo cambia! ¿Así cómo vas a aprender un idioma sino hacen más que cambiar las cosas de sitio?
El sexo de los alemanes
Cuando un guiri aprende español nos reímos porque cambian el sexo de las palabras., Son capaces de decir que “la símbola de la Madrid es la osa y la madroña” y “voy a comer una arroz con habichuelos”. Pues en alemán mesa, periódico y silla son masculinas, ventana y auto son neutros, maleta y montaña son masculinos…. Como decía aquel en la orgía… ¡Organización! (si no te sabes el chiste, me avisas y te lo cuento por privado, que esto lo leen niños…
Las kartofen
Ya lo he escrito mal. El plural de patata, Kartoffel es Kartoffeln. Por complicar las cosas. Que podrían hacer como nosotros. Una s y ya está. Menos en jabalí, que son jabalises o en chisgarabís, chisgarabises (preciosa palabra, por cierto). Pues los alemanes, a vecen lo terminan en n, otras en s, o en “er”, o el singular y plural es igual otras veces ponen los dos puntitos encima de la letra, como los muebles de Ikea (no es que pongan puntitos en los muebles, sino en el nombre del mobiliario).
Palabras más largas que un día de cuarentena
Tú creías que esternocleidomastoideo era una palabra con más letras que una hipoteca. Pues los alemanes, tan organizados ellos, las juntan. Lo que para nosotros es un traje de noche, para ellos es de tarde y lo llaman “Abendkleid”. Pero seguro que forman una palabra para un “traje de noche que también puede servir para ir a un cóctel si no es demasiado atrevido”. También tienen cosas buenas, como Backpfeifengesicht, que se forma por tortazo y cara. Todo junto da “cara a la que dan ganas de dar un tortazo”. No me digas que no has visto una cara así antes.
Mi sastre es rico
Como decía Gila, a ver dónde meto yo esta frase. Y esta es una de las típicas que aparecen en los libros de idiomas. Luego están las preguntas personales. ¿Cómo se llama tu abuelo? ¿Dónde va tu madre? ¿De dónde es tu padre? Que eso seguro tienen que estar prohibido por la ley de protección de datos. En una aplicación del móvil para aprender alemán, me salió la siguiente frase.
Y ahora no sé qué clase de persona disfrutaría haciendo eso. Sean de quien sean los huevos.
¿Me entiendes?
Esa es la peor parte. Que cuando hablas tienen que entenderte. No sólo saber en qué orden van las palabras con sus letras correspondientes, sino decirlas en voz alta y que otro señor, al que seguramente no conoces, te tiene que entender. Y claro, todo esto, en alemán. Que también podría hablarles en inglés (y es probable que hablen mejor que yo), pero yo voy a seguir intentándolo en alemán. A ver si me entendéis, si digo adiós.
Nunca se me dieron bien las despedidas 😉 Os dejo que tengo que seguir estudiando.
Te recomiendo Die Sendung Mit der Maus, serie infantil de la WDR. Hablan más despacito , más clarito y es vocabulario para niños :) bien es cierto de todas formas que los suizos hablan alemán como habla castellano un Badajocense, no es raro que los subtitulen en la tele alemana (no es coña) . Y tranquilo, que Verhandlungssicher no vas a ser en la vida -no lo son ni los propios alemanes, todo lo que aprendas es a más a más.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Heute hast du mich die Kartoffeln angefasst...
ResponderEliminarTe recomiendo Die Sendung Mit der Maus, serie infantil de la WDR. Hablan más despacito , más clarito y es vocabulario para niños :) bien es cierto de todas formas que los suizos hablan alemán como habla castellano un Badajocense, no es raro que los subtitulen en la tele alemana (no es coña) . Y tranquilo, que Verhandlungssicher no vas a ser en la vida -no lo son ni los propios alemanes, todo lo que aprendas es a más a más.
Beseten en el mofleten, a Ana también .
Gracias!! Mi seño de alemán me ha recomendado esta serie también. Me pongo con ella :-) Un abrazo!!
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