Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Hemos ganao, hemos ganao
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¿No os habéis enterado? ¡Que hemos ganao! ¡Los del equipo colorao!
Foto de El País
Seguramente hayáis visto en la tele a unos señores muy altos con barba, pantalones cortos, camisetas sin mangas, jugando al baloncesto. Podrían ser guiris en Mallorca, pero estos señores no se les notaba estar bajo los efectos del alcohol y hablaban perfectamente en español... e inglés.
Como ya os habrán contado en la televisión, en los periódicos, radios, en vuestros “feisbus”, “instragrames” y una vecina en el ascensor, la selección española masculina de baloncesto ha ganado el Mundial. El de Baloncesto. Que hubiera estado bien que ganaran el de petanca. Señores tan altos venga a agacharse para recoger sus bolas (las de la petanca). Que también tiene mérito ganar el de baloncesto, pero es que estos señores llevan mucho tiempo entrenando además que ellos llegan a la canasta.
Estos días todos somos expertos en este deporte. Hay gente que hasta sabe las reglas (las del baloncesto…) que las ortográficas ya no se las sabe casi nadie. Por cierto. Si el fútbol es el deporte rey, ¿El baloncesto es el deporte Príncipe? ¿Reina?
El caso es que tengo muchas dudas. En general, y sobre el baloncesto en particular. Hablemos del mineralismo, ya..
Ya, ya sé que he utilizado este vídeo más veces, pero hay cosas que siempre hay que recordarlas.
¿Canasta o cesto?
Por qué cuando encestan se dice que ha habido canasta. No me digáis que no es un poco lioso. Tampoco veo de mucha calidad las canastas o los cestos con las que juegan. Que por ahí se les escapan todas las pelotas. Ponedles un fondo o a algo. Me gustaría ver a esta gente pescando con una canasta como las que usan para jugar al baloncesto. Hombre, ya… pensad un poco.
¿Sólo juegan 5?
Aquí haría falta explicar que juegan 5 en cada equipo. Luego hay tres árbitros, las canastas, las líneas (que aquello parece el plano de metro de Londres con tanta línea). Y es que en la pista también se juega al balonmano, al “volibol”, al fútbol sala, Badminton, al rescate, a la comba y aparcan los autobuses (al menos en el patio de mi cole era así).
¿Cuántos hay en cada equipo?
Al principio salen 5, casi todos muy altos, y luego se van cambiando. Unos por otros, no es que se pongan otra ropa, y aquello sea un desfile de moda. El caso es que no puede haber más de 5. Aunque algunos pesen y midan como dos señores normales.
La ropa
No os creáis que podéis poneros cualquier cosa para jugar al baloncesto. Esto no es el póker que cada uno va como quiera. Unos en chandal, otros con traje… Nada, todos con camiseta de yonki en verano, pantalones cortos largos (a la altura de la rodilla), medias (hasta la rodilla) y zapatillas de rapero. La camiseta sin mangas tiene que tener un color especial (como Sevilla) y todos los del mismo equipo deben llevar la misma. No exactamente la misma, sino que sea del mismo color especial aunque con números diferentes. Te puedes poner el número que quieras. Como si quieres llevar el número de teléfono de casa de tus padres, el de los bomberos…
Nombre de los equipos
Aquí también hay mucha libertad. Se pueden poner el nombre que quieran. Los de Estados Unidos se suelen poner el nombre de la ciudad y luego alguna flipada de ellos. Los “Jiuston” Rockets (cobetes en español), Los Angeles Lakers (Lakers vendría a ser como los del lago… Nosotros tenemos a Los del Río, pero no juegan al baloncesto). Macarena tampoco, que andaba con sus cosas.
Más nombres
Por ejemplo el equipo que ha ganado el mundial se llama España. Aquí no hemos sido muy originales, le hemos puesto el nombre del país. Argentina es otro, Estados Unidos, otro… y así sustantivamente. Luego algunos tienen nombre de ciudad, como Barcelona, Madrid, otros se ponen Estudiantes, otros Joventut de Badalona, Juventus de Turín (que no juega al baloncesto… y tampoco es que sean muy jóvenes). Pero los más famosos son los de la NBA, que son los de Estados Unidos, aunque el campeón sea de Canadá, los Toronto Raptors. ¡Chúpate esa Donald Trump!
Árbitros
Hay muchos, pero en cada partido de liga profesional o de mundiales hay 3. Si no es un partido oficial es posible que no haya ninguno y entonces tenemos el lío armado. Es posible que se forme lío con los tres árbitros también y con posibilidad de ver repetida la jugada y con jueces de mesa y un policía de paisano y dos bomberos. El caso es que suelen ser muy buenos. Cuando pierdes, ya no son tan buenos. Los distingues porque llevan pantalón largo y están en la pista. Que puede que veas a un señor por la calle con pantalón largo y creas que es árbitro. También puedes diferenciarlo porque llevan un pito en la boca o colgando. No, no voy a explicar más.
Canasta
Ya os he comentado que está rota por los dos lados. Para que valga el punto, la pelota tiene que entrar de arriba abajo. Así de caprichosas son las reglas. Y para hacerlo más difícil la canasta está a algo más de 3 metros. Es como las medicinas que tienes que tenerlas fuera del alcance de los niños. Pero hay jugadores que miden más de 2 metros y si estiran los brazos y además saltan pues les es más sencillo meterla. La pelota. En la canasta. Y si la meten desde muy lejos vale tres puntos, y si es de tiro libre solo 1 punto. En fútbol por ejemplo da igual como la metas, que siempre vale un gol. También es verdad que como juegan con las manos es más fácil meterla y es muy complicado que un partido de baloncesto termine 0-0. Muy bajitos y malos tendrían que ser los jugadores.
¿Hay “penaltiles”?
Ni penaltiles, ni se rompen el servicio (que sepamos). Si empatan, juegan otro tiempo de 5 minutos para que gane uno de ellos. ¿Y sabéis quién ha ganao? Pues lo del equipo “colorao”. Aquí están los “jailits” del partido.
Bueno, pues ya sabéis algo más, o no, sobre el baloncesto. Ahora sólo hace falta que le hagáis más caso durante todo el año y no sólo cuando ganan. Que no todo va a ser balompié. Vamos acabando ya que estos señores tendrán que descansar.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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