Cuando comencé a escribir el blog me dije que no había que hablar de tres cosas: política, fútbol y religión. Me digo tantas cosas que a veces se me olvidan… Y como ya me había saltado la promesa de no hablar de política y fútbol, y puestos a ir al infierno, también vamos a hablar de los grandes misterios de la Biblia.
A los que se ofenden rápido, les voy a pedir un favor. Leed el post entero y ya os ofendéis al final.
Es probable que para vosotros no sean grandes misterios, ni pequeños y que tengáis respuesta a las preguntas que me hago. Si os sabéis alguna, podéis compartirlo con todos y así salimos de dudas. No seáis egoístas, que eso está muy feo y seguro que es pecado.
A lo que vamos. Que la Biblia se escribió hace muchos años. Aún no se habían inventado ni los bolígrafos ni las fotocopiadoras. Lo tenían que ir copiando unos señores y seguro que de copia en copia se han ido perdiendo cosas. Además, que lo escribieron en hebreo, arameo (lo juro) y griego. Ni en español, ni en inglés. Y seguro que en la traducción también se han hecho líos.
Sea como fuere (o fuese), el caso es que uno de los libros más leídos. Más que Los Pilares de la Tierra, y el Hola, o las frases de Paulo Coelho. Y como os iba diciendo, hay cosas que no me quedan claras. De la Bibila, digo… Bueno, y de las frases de Coelho tampoco.
En el principio creó Dios los cielos y la Tierra
Antes todo era campo, pero Dios creó los cielos y la tierra, y la luz, y el gas. El teléfono vino un poco más tarde y lo pusieron los de Movistar, antes conocido como Telefónica (el de Marketing no tenía muchas ganas de currar). Y siguió creando cosas, Dios, y Telefónica también, pero ese es otro tema. Las montañas, los ríos, los mares, los animales y al hombre. Todo en seis días y al séptimo descansó. Y el resto de los planetas. ¿Quién hizo los planetas? Estrellas también hizo, y con su luz para iluminar las tinieblas. Pero de los planetas no se dice nada ni de los extraterrestres. ¿Los extraterrestres no son hijos de Dios?
Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra
En el Génesis, que es como el capítulo piloto de la Biblia, Dios se puso a crear cosas y a los animales. Con algunos se lo curró. El tigre, bien, bonito, con sus rayas y todo. Los leones, majestuosos, los reyes de la selva, el caballo, precioso, para que nos lleve de un sitio para otro. ¿Pero las putas avispas? ¿Por qué? Ni dan miel, ni mantequilla para toda la semana, ni hacen más que estar tocar los… No sigo que me caliento. Que hay animales que tampoco es que sean muy útiles, pero molan, y algunos te los puedes comer… aunque con la de veganos que hay, ya verás como nos invaden los pollos.
Eva, Adán, la manzana, la serpiente
Llamadme desconfiado, pero no veo yo a una serpiente hablando de manzanas. Realmente no la veo hablando de nada, pero de manzanas menos. ¿Y en qué idioma se hablarían en aquella época? El caso es que con todas las cosas que había en la tierra, todas gratis, lo único que no se podía comer era la manzana. Y van y se la comen. Que podían haber cogido percebes, o gulas, a puñaos, que no había límite. O cochinillos, ostras, trufas… Y pillan la jodía manzana. Que tampoco dicen si era reineta, Golden o Pink Lady.
Caín y Abel
Para dos hermanos que había y mira cómo acabaron. No debe ser fácil ser los dos únicos chiquillos en el paraíso, por muy paraíso que fuera. Todo el día sin colegio, sin deberes, sin amigos para jugar, ni una playstation o un móvil para poner cosas en Instagram. Pero es que estos dos hermanos se llevaban a matar. Literalmente. Y sin poder echarse novia, que eso también merece una explicación. Cuando murió Abel, sus padres tuvieron otro hijo, Set, como lo de los partidos de tenis. Que el nombre se las trae. Podría haber sido peor…. Ventaja al Servicio o Cuarenta Treinta… o ¡Vamos Rafa!
¿Todos los animales?
El marrón que le cayó a Noé. Ponte a hacer un arca para salvar a todos los animales. Va a caer la del pulpo, también conocido como el diluvio universal y ahí tienes al pobre Noe buscando bichos de dos en dos, construyendo un barco para que quepan, poniendo comida… Yo le veo muchas lagunas al tema (nunca mejor dicho). Vale que a lo mejor no tuvo que salvar a los peces, ni a las ballenas (ahora están más jodidas las pobres), pero ya me contarás cómo tienes a todos esos bichos cuarenta días y cuarenta noches tranquilos. No veo yo a los tigres y a los leones junto a las cebras y “ñuses”. ¿Y dónde metes a un oso y una osa polar en un barco? Si fuera el Titanic, que venía con iceberg, vale, pero… no lo veo.
La anunciación
Vamos avanzando en la Biblia y llegamos al Arcangel San “Grabiel”. El momento en que tiene que anunciar a la virgen María que el señor es contigo y bendita tú eres no debió ser fácil aunque seas arcángel, que es como un ángel, pero de más categoría. Me le imagino al pobre antes de encontrársela. “A ver cómo se lo cuento. Cómo le digo yo a esta mujer que se vaya comprando ropa cómoda... que está embarazada. Y ella todavía, pero José. Que por muy espíritu santo que sea, estas cosas no te las puedes tomar bien”. Daría cualquier cosa por saber qué le pasaba por la cabeza en ese momento. Es posible que se le fuera el santo al cielo.
Hablando de José
Poco se ha dicho sobre su carpintería. No sabemos ni cómo se llamaba, ni cuál era su especialidad. Que igual el hombre hacía unos muebles para la televisión preciosos. O muebles bar. O esas cajitas tan bonitas que pone recuerdo de Nazaret, que seguro que ya había turistas en aquella época. ¡Yo qué sé! Es que me parece tan injusto como han dejado de lado a este hombre.
La parejita
Que Jesús llegó de una manera poco ortodoxa, y el parto no debió ser muy fácil. No tenían seguridad social y les tocó irse a un portal. Que sí, que les llegaron los reyes y tuvieron regalos y eso, pero no fue una situación ideal. Pero seguro que luego ya con la carpintería a pleno gas me extraña que no se animaran y fueran a por la parejita. Que ya sabemos lo especialitos que son los hijos únicos.
Los difíciles años de la adolescencia
¿Alguien sabe dónde estuvo metido Jesús en la adolescencia? Que seguro que estaba en casa estudiando y ayudando en la carpintería y saliendo con sus amigos. “¡Hay que ver vaya horitas de llegar! ¿Qué te has creído que esto es un hotel? Como una esclava me tienes. Y vete a recoger la habitación que tienes todas las túnicas y los papiros por el suelo”. Porque María seguro que tenía sus momentos y por muy Mesías que sea, una madre es una madre.
Convertir el agua en vino. ¿En qué vino?
Queda claro que Jesucristo fue la estrella de la fiesta. Tener a un amigo que convierta el agua en vino en una boda es lo más, pero nunca nos contaron si era un crianza, un reserva. ¿Ribera? ¿Rioja? Blanco o tinto. Porque igual convirtió agua de la buena por un Don Simón y menudo día siguiente iban a tener los invitados. Y tampoco nos dijeron cuántos litros, o arrobas, o celemines por segundo (cómo quiera que se midiera el vino en la época).
¿Qué cenaron en la última cena?
Pan y vino seguro, pero que se junten un grupo de hombres, por muy apóstoles que sean y no haya nada de picar, no me lo creo. Que seguro que alguno pidió unas aceitunas, y un poco de queso y jamón. Y unos chupitos de la casa, que eso no puede faltar nunca.
Ríete tú de la confidencialidad
¿Y qué os parece que todo el mundo pueda leer las cartas que les escriben a los Corintios, Romanos y Efesios? En todas las misas, siempre hay una parte para la correspondencia de San Pablo a estos pobres. Que no hay intimidad ni nada. A mí no me gustaría que se leyeran mis cartas. Ni en misa ni en miso. Que esas cosas son muy personales.
¿Hay muchos ofendidos? Pues ya lo siento. No era mi intención que os lo tomarais a mal. Y si hay alguno (que alguno habrá) que piense que por qué no me meto con otras religiones, ya os lo cuento. Es que no sé demasiado de las otras religiones, pero seguro, seguro, que también tendría preguntas sobre ellas.
Voy a ver si me informo de otras cosas y ya os voy contando.
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