Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Más superpoderes que Supermán y sin capa
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
-
Volar no está mal, pero a mí las mallas no me van y no me veo con capa, que seguro que me confunden con un tuno. Y los calzoncillos, siempre por dentro, seas tuno o Supermán.
Tener superfuerza tiene que estar bien. Seguro que te vale para abrir un tetrabrik. Y los rayos X son una ventaja cuando te tuerces un tobillo y saber si es un esguince o algo más grave. Ser más rápido que las compañías eléctricas en subir el precio de la factura debe estar bien, pero tampoco las prisas son buenas… Lo del superoído, no le veo muchas ventajas… para lo que hay que oír.
El caso es que todos tenemos superpoderes. Diferentes que los de Supermán, pero poderes al fin y al cabo. Y hoy os voy a contar algunos de mis poderes. Vosotros ya juzgáis si son útiles o inútiles.
Ganar las discusiones
En todas las discusiones encuentro el argumento y la respuesta correcta que convence a todo el mundo. Da igual con quién discuta, siempre, siempre tengo la razón. El único problema es que el argumento o la respuesta la encuentro un poco más tarde de la discusión. O mucho más tarde. Cuando ya estoy solo, y la otra persona seguro que se ha olvidado de lo que estábamos discutiendo.
La ley de la gravedad es mi aliado
Que las cosas caen por su propio peso es algo que todos sabemos. Y a mí se me caen las cosas, aunque no pesen. Tengo una habilidad especial para tirar cosas. Que diréis que a todos se nos caen. Pero yo he perfeccionado la técnica. Los platos son mi punto fuerte. Podría ser campeón de “tiro el plato”, pero no descarto especializarme en tirar otras cosas.
Colega ¿Dónde está mi coche?
Un parking es como entrar en una dimensión desconocida. Lleno de coches y columnas y números. Se dice que el Partenón en otra vida, fue un parking. No hay más que ver los rozones que tienen las columnas. El caso es que mi coche se vuelve invisible al entrar en un parking. Ni dándole al chui chui (el mando a distancia de la llave) lo encuentro. Y sí, he probado a hacer fotos del sitio en el que dejo el coche. Pero seguro que se mueve solo para que no le encuentre… ni el sitio, ni el coche.
¿Buscas sitio para aparcar?
Siempre, siempre encuentro sitio para aparcar. Da igual que sea en una ciudad abarrotada y en hora punta. En la calle, o en un parking. En cualquier lugar. Sin problema. Y encuentro aparcamiento sin dificultad, sin ni siquiera buscarlo. La única condición es que no lleve coche. Cuando llevo el coche, ya es otra cosa. Ahí empieza el problema.
¿Qué pasaba al final de Titanic?
Otro de mis superpoderes es poder ver películas sin recordar el final y sin saber lo que pasa al principio, ni en la mitad… Básicamente se me olvidan las películas. Sé que las he visto, pero se me olvida qué pasa.
También tengo facilidad para olvidar libros. No, el libro físico, que nunca lo pierdo, o casi nunca, pero lo que hay dentro y todos esos momentos… esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
El maravilloso mundo de las sábanas bajeras
Podría ser un título de un libro de aventuras, pero no lo recordaría. El caso es que otro de mis superpoderes es la incapacidad de doblar sábanas bajeras. Y lo he intentado. Muchas veces. Que eso de que se ajusten está muy bien, pero una vez fuera de la cama, ya dejan de ajustarse. Seguiremos intentando.
Carril lento
No me pidas que acierte una quiniela, ni los números de la lotería, pero en esto sí que acierto siempre. En la fila que me ponga será la más lenta. Si elijo un carril para ir con el coche, la velocidad será inversamente proporcional a ir rápido.
Animar al equipo que pierde
Normalmente en fútbol apoyo a un equipo que no gana demasiado, pero esa habilidad la he perfeccionado en otras ligas y deportes. Siempre me pongo de lado del equipo menos fuerte y espero a que gane. Y eso pasa muy pocas veces… No sé por qué me sorprendo… Aunque siempre hay gente que anima y lo pasa peor.
¿Quieres ir al baño?
Pues no hay baño. Ni baño, ni baña. Siempre me entran ganas cuando estoy más lejos… Y si en el hipotético caso de que hubiera o hubiese, es muy probable que no funcione la puerta, o no haya papel…
El listo de la compra
Normalmente hago una lista con las cosas que hay que comprar, pero hay veces que no hace falta… o eso creo, que no hace falta. Total, si sólo voy a comprar una cosa. Leche, o pan… o papel higiénico… Pues soy capaz de ir a comprar una sola cosa y volver con más de 11 artículos (siempre uno más para no poder utilizar la caja rápida), sin que se me olvide nada… excepto lo que necesitaba.
También tengo facilidad para dar con la caja que se estropea, al cajero que acaba su turno, o al más lento de este y del otro lado del Mississippi.
Hoy no llueve seguro
Otro poder es el de evitar la lluvia. Basta con que lleve paraguas, o ropa para lluvia. Ese día no llueve y es probable que haga más sol que en las películas alemanas que ponen en Antena 3 al medio día. ¿Os habéis dado cuenta de que siempre hace buen tiempo? Que lo pasan muy mal y la gente es muy mala, malamente, pero tienen sol.
En el último sitio en el que miro
Siempre encuentro las cosas en el último sitio en el que miro. Que vosotros diréis que eso os pasa a todos. Una vez que las encuentras, ya dejas de buscar. Podrías seguir buscando, pero el objetivo ya está cumplido. El caso es que si vosotros necesitéis tres sitios para buscar, yo necesito más… porque para eso soy un superhéroe.
Esta sí, esta no…
Esta me gusta, me la pongo yo. Te tiras un buen rato cambiando de canal para ver si hay algo bueno en la tele. Y por fin lo encuentras… Mi superpoder consiste en encontrarlo justo en el momento en el que hay una pausa publicitaria… de 30 minutos… Y vuelta a empezar.
Como veis, tengo muchos poderes. Y eso que no os he contado que en mis tiempos de estudiante podía adivinar lo que entraba en el examen, simplemente dejando de estudiar un tema…. Ese entraba. O también guardar todas las garantías de los electrodomésticos de casa, hasta del abrelatas, y perder la que vas a necesitar para que no te cobren la reparación.
Tener la llave en el bolsillo al que no puedes acceder… Tener sueño sólo por la mañana y no poder dormir por la noche… Elegir el único bolígrafo que no escribe de entre todos los que tienes, salir mal en las fotos del DNI o del pasaporte.
Como podéis ver, soy un “desecho” de virtudes… Espero que todo dé un giro de "360 grados "😉
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
¿No serán demasiados superpoderes, Javier?
ResponderEliminarBesotes,
ibb