Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Cosas de los americanos
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Según los americanos muy americanos, el resto de americanos deberían irse fuera de América… Aunque los otros sean más americanos y desde hace mucho más tiempo.
A ver si me explico. En el post de hoy os voy a contar cosas de los americanos de Estados Unidos. No de todos y cada uno de ellos porque sería un post larguísimo y tampoco los conozco a todos. En mi defensa tengo que decir que tenerlos a todos de amigos de Facebook no sería muy práctico… Roberto Carlos, el que no jugaba al fútbol, decía que quería tener un millón de amigos, pero es que 300 millones (4 mil billones, según los organizadores), ya me parecen muchos para invitarles a un cumpleaños.
A pesar de no conocerlos a todos, me voy a arriesgar y os voy a contar algunas cosas sobre ellos.
Son grandes
Muy grandes. Muchos de ellos son 3D. Alto, ancho y más anchos. Por eso necesitan esos coches tamaño autobús. Como tuvieran que aparcar en Toledo con un coche de los suyos, iban listos. Y es que no son mucho de andar, ni de hacer ejercicio. Con decir que en uno de los deportes más populares juegan con pijama.
Y libres
Estados Unidos es el país de la libertad. Eso dicen ellos. La tierra de las oportunidades. Es la versión enorme de la séptima planta de el Corte Inglés (chiste para gente de una edad… o dos edades). ¿Quién no ha oído la típica frase de las películas?: “Soy ciudadano americano. Pago mis impuestos”. Como si pagar impuestos ya te diese derecho a algo. En otros países, si pagas impuestos, eres un “pringao”. No quiero señalar, que está muy feo.
Hablando de presidentes y dinero
Los americanos no suelen llevar suelto. La calderilla no les va. Son más de billetes. Y en casi todos tienen la cara de un presidente. No es que cada billete elija el presidente que quiera. Uno con Bush, el otro con la cara de Obama, con Reagan… No, son todos señores antiguos con peluca. Con peluca antigua también. En eso no han cambiado mucho. El presidente de ahora también tiene el pelo raro. A lo que vamos, que ponen en el billete de los dólares a señores como Washington, Jefferson, Lincoln, Jackson, Franklin, Hamilton… Ni uno con nombre normal como Pérez o García, o de un rey, o una reina… ¡Qué injusticia!
Les gustan las banderas
Ningún americano sin su bandera. En la entrada de la casa, en el coche, a la salida de la casa. Eso sí. Con la misma. No es que se pongan la del Real Madrid, o la del Barcelona, o ni siquiera la de su equipo de fútbol con hombreras, los Krispies de Alabama o los Fried Chicken de Kentucky. Eso sí, se parece a la bandera del Atletico de Madrid, pero les ponen estrellas, una por cada estado (cada Estado de Estados unidos, no si están tristes, felices o … es complicado).
Comida
Mucha. Los americanos comen mucha comida. Aunque hay algunos que se han vuelto verduleros (veganos, los llaman ahora) y comen cosas como la Chenoa (¿o es quinoa?) y otros tipos de alpiste. Pero un americano de bien come Hamburguesas, rellenas de perrito caliente y pizza de costillas de cerdo, todo ello maridado con 5 litros de Coca Pepsi y Fanta. Es probable que por motivos humorísticos, haya exagerado un poco. Puede que no beban 5 litros y sean sólo 4 y medio.
Fiestas de guardar
Nunca tuve muy claro qué significaba lo de guardar las fiestas, pero eso es cosa mía. Los americanos tienen poca fiestas, pero todas salen en los episodios de las series. El día de Dar las Gracias, que se juntan todos en comerse un pavo relleno de otro pavo y de arándanos y otras mil cosas más. Luego está el 4 de julio que es cuando se declararon independientes de Gran Bretaña. Algo así como el Brexit pero sin Theresa May. Y lo celebran con fuegos artificiales. Lo de la independencia. Igual cuando haya Brexit, también.
Rezar antes de comer
Siempre me llamó la atención lo de que rezaran antes de comer. Pero no me extraña. Con las cosas que comen, más vale prevenir. Te metes un pavo entero con puré de patatas, arándanos, cebollas, calabacines, zanahorias, otro pavo, dos vacas y un bigmac. Y todos de la mano, que no sabes si están rezando o invocando al espíritu del pavo…
Mapamundi de Estados Unidos
Puede que seamos algo injustos diciendo que los americanos no saben dónde está el resto del mundo. No es cierto. Por ejemplo un mexicano sabe dónde está Europa y sabe que París no es la capital de Roma. Si ya hablamos únicamente de los estadounidenses, aquí ya no está tan claro. Bastante tienen con saberse los estados de su país con sus capitales. Que aquello es muy grande, y muy libre. Aunque más grande es Rusia, y seguro que saben dónde Siberia… por la cuenta que les tiene. Menos mal que los niños sí que lo saben… Espera hasta el final del vídeo.
A este lado o al otro del Mississippi
No saberse los países… ¿Pero saber colocar las eses y las pes en Missississipppiiiipipi? El caso es que todo lo miden a un lado o al otro de los ríos. Al norte de Río Grande, al oeste del Mississippi. A decir verdad, eso era así en las películas del Oeste. Que no había películas del Este, ni del norte o del Sur. Me estoy desorientando.
Yo tenía una granja en USA
Hay gente que tenía una granja en África y le hicieron una película y todo. En Estados Unidos el que no ha tenido una granja, tiene una cabaña en el bosque. Y allí en las cabañas ya aprovechan y hacen películas de terror.
No cinquillo, no fun
¿Te puedes creer que los americanos no saben jugar al cinquillo? Ni al mus, ni al dominó… Ni siquiera juegan con las cartas de Heraclio Fournier. Ni sota, ni caballo… rey, sí, pero sólo 4. Que en España ahora mismo tenemos los mismos reyes y reinas. Al póker sí que saben pero no se juegan los cafés, o el vermú, estos se juegan la casa, el coche, o la granja. Y no sabes cómo se ponen cuando pierden.
Cuidadito con ellos que son de armas tomar
Literal. Les gusta tomar armas. Todo lo que dispare, les viene bien. No les quites la pistola que se lo toman muy malamente, tras, tras. O sea, que mejor paramos de meternos con ellos, por si las moscas. Que son de gatillo fácil.
Espero que no se lo tomen a mal mis amigos americanos de los Estados Unidos de Norteamérica del Norte… Aunque si se enfadan, tampoco van a saber dónde estoy. Es bromita 😊Ya sabéis que aquí siempre os recibimos con alegría.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Los americanos no me caen mal pero s les entiende poco... Con lo claro q hablamos los españoles...
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