Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Reinventando las canciones del verano
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Igual debería cambiar el título y poner
reventando las canciones del verano, pero no me gusta hacer spoilers (lo que
antes era joder el final, ahora lo llaman spoiler).
El caso es que estamos a punto de llegar a la
época estival (el calorcito, para los que no tienen estudios) y aún no hay
canción del verano. ¡Qué tiempos aquellos en los que Georgie Dann o su primo
King África nos daban la turra! ¿No lo echáis de menos?
Yo tampoco. Pero como me debo a mi público,
vamos a recordar algunas. Imaginaos que suena un arpa (que es el instrumento
que sirve para avisar de que hay que recordar algo).
Prometo que no voy a poner el vídeo de ninguna
de las canciones del verano. Podéis seguir leyendo.
También te aviso, que algunas no son del verano,
son de entretiempo, que viene a ser ese tiempo en el que puedes ver a uno en
pantalón corto y chanclas cruzarse con una señora con bufanda y abrigo de piel.
El
establecimiento playero
También conocido como El Chiringuito. Si
hablamos de canciones de verano, no podía faltar (sí podía faltar, de hecho era
mejor que no la hubiera escrito nunca este señor que echaron de Francia por
pesao y nos lo trajeron aquí). Los franceses siempre nos han tenido mucha manía
y empezaron mandándonos al hermano de Napoleón, luego nos tiraron los camiones
con las fresas y después, para rematarlo, nos mandaron a Georgia Dann. Y lo
peor, es que además vino cantando.
Ya os avisé que no os iba a
hacer pasar por el mal trago de poner el vídeo, pero no os dije que podría
poner la letra. Sólo con leer esta, te das cuenta de que el señor francés, vino
a hacer daño. Más malo que el peluquero de Donald Trump. ¿Qué eso de dar a
probar a las chicas tu sardina Georgie? O dar morcilla a la gente que se
amontona en tu chiringuito a orilla de la playa? Y no os perdáis el final de
este pervertido corriendo detrás de la rubia para ponerle el bronceador.
Demanda al canto para el señor y que le cierren el chiringuito ya… Y si se
equivocan y cierran el programa de fútbol que se llama igual, pues mala suerte.
Hemos venido a jugar J
El
artefacto explosivo
Seguimos con gente cansina y sus canciones. Que
no tengo nada en contra de los extranjeros, pero… (lo único que voy a decir en
serio es que de verdad, no tengo nada en contra de los extranjeros, de hecho yo
vivo en el extranjero. Aunque depende de para quién, no es el extranjero… mejor
no me explico más que parezco un político dando explicaciones tras su última
cagada los recientes acontecimientos.
El
caso es que este señor vino de Argentina para CANTARRRRR y BAILARRRRR, y todos
los infinitivos que se os ocurran y dar la lata en todas las fiestas de pueblo
con la Bomba, el movimiento sexy, suavecito para arriba y para abajo. Espero
que el karma actúe y el destino le tenga preparado un DESPERTADORRRRRRR cada
dos minutos que no le deje DORMIRRRRRRRR.
Ave
María, ¡Qué verano nos diste!
No todos los que dan la lata vienen del extranjero.
Nosotros también importamos (poco, importamos muy poco) a gente a otros países.
El caso es que ahí estaba David Bisbal vendiendo discos en 2002. 16 años ya y
aún no sabemos cuándo serás mía Ave María. Bueno, mía no, de Bisbal, que yo
tengo bastante con mis cosas como para cuidar de un ave. ¿Todavía andará el
muchacho dándole vueltas al tema?
Ricky
y María
Otro que también nos dio guerra con la María. ¿Y
si están hablando de drogaina todo el
tiempo? Porque dice cosas muy raras para ser una señora. Que es blanca como el
día (ya me dirás de qué día habla) o veneno, y caliente y fría y que es un
espejismo sexual.Yo de momento voy
hablando con arroba policía o arroba guardia civil para que vean si esto es
delito, aunque como es de 1995 (vosotros aún no habíais nacido) a lo mejor ya
ha prescrito.
Eso sí, sirvió para que los guiris aprendieran a
decir, un pasito palante y pasito patrás.Que ya me dirás en qué conversación van a meter aquello. A no ser que te dediques a ser instructor de
yenka, que eso sí que debe ser delito.
Mucho
bailaban estas señoras
Dos jóvenas que estaban todo el día, (en realidad, era toda la noche)
bailando. Y dale, y baila, baila, bailando ba…. ¿Bailando ba? Es lo que tiene
estar todo el día pensando en la danza, que no te da tiempo a ir al colegio y
pones va, tercera persona del presente de indicativo, escalera a, piso 3º del
verbo ir, con b. ¡Con b! Lo que no entiendo es cómo los chicos se enamoran
cuando llega el calor que no se fijan en cómo escriben Sonia y Selena, que así
se llamaban las cantantas. O igual es
que a los chicos no se fijen tanto en las letras.
¿Qué
coño es Sarandonga? ¿Y cuchibiri?
No me he vuelto loco. Es que esto es de una
canción que canta Lola Flores, la hija, la que no es Rosario, la otra, la que
antes era Lolita. ¿O la canta Rosario? ¡Qué más da! El caso es que esta señora
también ha dado la lata con la sarandonga y el arroz con bacalao, que igual
debe ser una salsa. Lo del cuchibiri no tengo tan claro que quiera saber lo que
es. ¿O es cuchibili? A veces es mejor vivir en la ignorancia.
Mayonesa
Seguimos con la comida. Y os voy a contar un
secreto. Todas las parejas tienen una canción. Su canción. Que tampoco es que
sea personal e intransferible, puedes compartirla con otras parejas. Pues esta
es la nuestra, la de mi pareja y mía. Todo empezó como una broma porque estaba
de moda cuando empezamos y quizá por eso nunca nos hemos casado, para no tener
que bailar un vals y cantar lo de que ella
me bate como haciendo mayonesa. ¿Sabíais que el grupo que lo cantaba se
llamaba chocolate? No podían tener un final feliz y eso al final se cortó. Como
la mayonesa.
No tan aprisa
Os podéis imaginar de qué canción estamos hablando. Los únicos que no
sabemos pronunciar bien la canción somos los españoles. ¿Quién dice despacito?
Es despasito, y así la canta todo el mundo. Eso sí, cuando les sacan de ahí, ya
no la controlan tanto.
Desalojemos
lo que no sea óptimo
Esta es mi favorita. La canción del verano que
más me gusta. No sé cómo no aprendéis, al final os voy a poner la canción.
Lo que sí que haría es algunos cambios para
adecuarse más a mi edad. Tendríamos que trabajar un poco en las rimas y ver
cómo cuadraría con la música.
Y yo me aproximo, aproximo, aproximo, preparada
para la danza
Debido a que recientemente, has provocado mi ira
Y yo me encamino, encamino, encamino, presta
para realizar una coreografía
Estoy convencida que no voy a reparar en
En un doncel siniestro negativo, negativo,
negativo,
Desalojemos lo que no sea óptimo, negativo,
negativo, negativo
No anhelo elementos perversos negativo,
negativo, negativo
En mi existencia nocivo, negativo, negativo,
negativo.
Mejor lo dejamos aquí, que bastante daño han
hecho ya las canciones del verano.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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