Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Stephen Hawking, Napoleón, Marco Polo y los del Chiringuito
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Si no sabéis quiénes son los del Chiringuito, eso que ganáis. Si sólo sabéis quiénes son los del Chiringuito y no conocéis a Hawking, Napoleón y Marco Polo, puede que estéis en el blog equivocado.
El resumen del Chiringuito, es que un montón de señores se ponen a hablar de fútbol, como en el bar, pero televisado, que eso no es lo grave. Lo peor es que hay gente que le interesa lo que dicen estos señores algo menos inteligentes que “Stifen Joaquin”.
Os voy a ahorrar un vídeo de los señores del Chiringuito o de los que hablan de fútbol en el bar, pero sí que vamos a dejarles un espacio para que nos describan a algunos personajes de la historia.
Stephen Hawking
¿El de la silla eléctrica que habla? Pobre hombre. Se nos ha ido sin haber ganado ni un Goya, ni una medalla en los Juegos Olímpicos, ni nada… ¿Y este hombre qué méritos tiene? Hablar de los agujeros negros e investigar el universo. No, si para perder el tiempo sí que hay dinero. ¿A quién le importan los agujeros ni negros, ni blancos, ni de ningún color o el universo? Que por cierto, ni habló con alienígenas, ni “extraterristras”, ni gente de Marte. Ni un balón de oro se ha llevado. Tan bueno no sería.
Einstein
Otro que tal. Muy inteligente pero luego no le da la cabeza para peinarse. Eso sí, tiene un nombre de persona que sabe lo que quiere, como nuestro Rivera. Albert, qué gran político. Que ese sí que está salvando España, ¿Pero el melenas este? Hecho un andrajoso por la vida. ¡Ponte un traje hombre! Y déjate de decir que todo es relativo y esas zarandajas (una de las palabras más bonitas sin discusión ninguna). Eso sí, a este le dieron un Óscar de Física o algo parecido. Ya sabemos que los alemanes no dan un partido por perdido y…
Isaac Newton
Hablando de ingleses aquí va un listo de la vida. Dicen que fue físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés… Todo para sentarse debajo de un manzano para darse cuenta de que al final te puede caer una manzana… ¿Qué esperaba que le cayera? ¿Un kiwi? Claro, en esa época todavía no se habían inventado y no los conocía… Con lo buenos que son y la cantidad de vitaminas que tienen los kiwis… Yo creo que a los antiguos les faltaban vitaminas y un hervor, porque hasta los listos eran poco espabilaos. Pues a este premio ni Nobel, ni nada, pero su nieta Olivia bailaba y cantaba que quitaba el sentido. Ahí la tienes con John Travolta. Por eso se llamaa Olivia Newton-John.
Darwin
Otro “avispao”. ¿Os podéis creer que este tipo decía que veníamos del mono? Que algunos lo parecen, pero ¿Cómo va a ser? ¿Y cómo explicas lo de Adán y Eva y la serpiente? ¿O que aún haya monos? (hay gente que de verdad piensa eso… recordad que esto no lo estoy escribiendo yo ). Pues este hombre se puso a escribir cosas como el origen de las “especias”. No lo he leído, pero no creo que sea muy interesante leer sobre la pimienta, el jengibre y todos esos condimentos. Eso sí, le envidio por el paseo que se dio por las islas Galápagos… Que curiosamente están llenas de tortugas… Espera que ahora caigo...
Colón
Otro que se pegaba unos viajes de escándalo a cargo del gobierno… Siempre ha habido listillos, pero este es un caso aparte. Que dice que va a las Indias y acaba donde acaba. Y trae tabaco… Pero ni cajetillas ni nada, tabaco suelo para que te lo líes tú. Que los reyes se han gastado un dinero en el viaje, ten un detalle con ellos y un poquito de tacto, que son Reyes. . No sé, un cartón de Marlboro o Camel Light. Eso sí, que coincidiera el día que llegaste a América con el de la hispanidad sí que fue un detalle. Un español como dios manda. Porque Colón era español y mucho español.
Cervantes
Otro español, pero este era otro listillo. No me digáis que nadie se había dado cuenta que copiaba el tópico del gordo y el flaco. Que eso ya salía en el cine mudo que tiene más años que una banda de loros. Y todo el mundo diciendo que si es una obra maestra el Quijote. Un señor perjudicao y otro montado en un burro. Lo que hay es mucho crítico que por quedar bien no dice la verdad. Como esos que ven un cuadro pintarrajeado o monigotes que puede pintar un niño de 6 años y dicen que es lo más… No tienes más que ver lo sobrevalorado que está el Guernica de Picasso. Que el coche no le salió malo, pero pintando, no tenía ni idea.
Confucio
Dejemos a esta señorita, que aunque no trabaja en el Chiringuito tiene las mismas luces que los presentadores, que explique quién es Confucio.
Marco Polo
Otro que también andaba por China o por Japón, pero este no era filósofo ni nada. Este se dedicó a hacer documentales, cuando todavía no había televisión, de ahí su fama, sobre los fideos y los espaguetis que luego se los llevó a Italia y que fue colega de un tal Kan, que probablemente tenga algo que ver con el Kun, que este sí que sabe regatear… ¿Pero hacerte famoso por robar los espaguetis a los chinos?
Aristóteles
Con ese nombre sólo se puede ser griego y filósofo, como Valdano, que no es griego pero también da la turra. Se hizo famoso por ser profesor de Alejandro “Magnum”, el de los helados, y por ser el fundador de la lógica. Antes de él nada tenía sentido… ¿Vosotros os creéis eso? Otro que me parece sobrevalorado, como Neymar.
Napoleón
Realmente se llamaba Napo, pero ya sabes cómo son los franceses, que pronuncian una cosa y escriben otra. Se apellidaba León, como Paco León, el actor que hacía del Luisma, y Rosa, la cantante de las gafas del Un Dos Tres (la del vídeo de luego). Pues ya ves, el mérito es que siendo español se convirtiera en Emperador (o pez Espada) y conquistara un montón de sitios… hasta España, para que luego digan que nadie es profeta en su tierra.
Washington
Los americanos también tienen lo suyo. Su fuerte no ha sido la historia. En este post os explico parte de su historia y de la de otros señores. Pues bien, que hay gente que tiene nombre de cigarrillos como “Güinston” Churchill, y a la capital de Estados Unidos le pusieron el nombre por el actor Denzel Washington. Que aún no había nacido todavía y ahí está el mérito de los americanos. Y luego decís que no son tan espabilaos. Atención.. me dicen por el pinganillo que no fue por Denzel, sino por George Washington, el primer presidente de Estados Unidos. … Ya decía yo que no eran tan listos. Que le podían haber puesto un nombre más fácil, como García, Pérez,
Ya escribiré más sobre personajes histéricos, y algunos históricos de España pero por hoy ya está bien, que tampoco quiero que os deis un atracón de cultura.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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