Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Ya que eres informático, ¿Podrías…?

Si tenéis algún amigo informático (sí, los informáticos también tienen amigos) alguna vez habrás oído historias sobre las cosas que le piden. Que si me mires el ordenador, que me cambies la hora del vídeo, echa un ojo a mi teléfono móvil que quiero salir de un grupo de “guasap”, prueba tú en el cajero automático que me dice que no hay dinero… Y muchas cosas más. Es que los informáticos te lo arreglan todo, todo y todo. A veces…


¿Pero os imagináis que estas cosas pasaran en otras profesiones? No hace falta que te lo imagines, que ya te lo cuento. Pero estate atento, que no lo repito.


Políticos

¿Os imagináis que haya gente que hable con los políticos, alcaldes (el que elige el vecino… ¿o era el alcalde el que elige al vecino? ) para recalificar un terreno, o cambiar leyes, o recibir regalos para favorecer a otras personas?¡No lo quiero ni pensar!


Banqueros sin fronteras

¿Para qué queremos un amigo que trabaje en un banco si no es para darnos el juego de cacerolas, el robot cocinero, el “duvidé” y una Tablet? El boli no te lo regalan ni de coña, pero ¿No podían poner un cero a la derecha en el saldo de tu cuenta? ¿Qué les cuesta a ellos? Si un cero no va a ningún sitio.


Para qué voy a ir al médico si yo tengo un conocido…

Igual que el informático te instala el “guindous”, pues tu amigo el médico te puede recetar algo para cuando te duele aquí (siendo aquí, cualquier parte del cuerpo). Lo malo es que cuando te duele allí, tu amigo médico no es especialista en eso, sino en lo otro, y al final tienes que ir a un doctor de verdad. No como tu amigo, que no sabe de nada y al final te van a dar por ahí… literal J


Cambiar la trócola

Siempre es muy útil tener a un mecánico a mano. Lo mismo te cambia las ruedas del coche, que te carga la batería con el aparato “desfibrilador de coches”, o te pone la trócola nueva, un freno de mano y otro de pie. Y todo gratis porque para eso es tu amigo y no tiene nada que hacer y te lo hace a cualquier hora del día o de la noche porque para eso son los amigos.


Arquitecto (arqui, casa, tecto, planos)

Estás buscando casa y nada, que no te gusta ninguna… En realidad lo que no te gusta es lo que cuestan. Entonces es cuando te acuerdas que el amigo de tu cuñado es arquitecto, o ingeniero, o algo que tiene que ver con las casas. El caso es que lo mejor es hablar con él para que te haga los planos... Si total los hace el ordenador, a él seguro que no le cuesta nada y además tiene una impresora de esas de papeles grandes. O mejor una maqueta que son más chulas… Ya si eso que la construya un amigo de confianza que me lo hace más barato.

Mi “Dientista”

No me fío yo de cualquier “dientista”. Tengo un amigo que me hace la limpieza gratis y no me cobra los empastes, ni los puentes, ni los festivos, ni nada. Total, él ya tiene muchos clientes y de paso que me ponga unos alambres de esos para arreglarme la piñata, o mejor una dentadura nueva.


Traductor

Tener un amigo traductor te soluciona todos los viajes. Da igual que tu amigo sea traductor de ruso, tú le preguntarás cómo se dice arroz con leche en francés. ¿Cómo? ¿Que sólo traduces en un idioma? ¡Pues vaya traductor que no sabe traducir! O si da la casualidad que le preguntas por el idioma que controla, le utilizaras para la frase que menos sentido tenga… Que para eso es tu amigo.


Búscame algo, que para eso trabajas en Google

¿Conocéis a alguien que trabaje en Google? Sí hombre, uno de esos que están todo el día jugando en la oficina al futbolín, con comida gratis y con un robot que hace las búsquedas por ellos (lo sé de buena tinta, conozco a muchos…). Que tú les pides que te encuentren algo y te dicen que lo busques tú. ¡Así cualquiera! Lo que hace falta no es un buscador, ¡Es un encontrador!

Mi amigo Poncio, el piloto

Todos tenemos un amigo piloto, pero de los de verdad, no como Fernando Alonso, que ese no tiene amigos, que no lleva a nadie en su coche ni nada. De los que llevan aviones. Pues a ellos les da igual llevarte en su avión a Albacete que a Baden Baden, Bora Bora o New York New York. Que se lo pides con educación y seguro que te hacen caso. Si una vez que están volando, ya lo ponen el piloto automático y te llevan en un periquete (unidad de medida de tiempo que supone el doble de un “pispás” y la mitad de un cojón, que es la unidad más grande en la que se dividen los viajes en avión).


Tengo yo un amigo que es bombero

Igual te apaga un fuego, que salva un gatito o te abre una puerta, que te hace un calendario con sus colegas… Esos que tienen una enfermedad en la tripa, que les salen bultos. Y además, que siempre están para ayudar. Da igual que el fuego les pille lejos, que van con la manguera donde haga falta. Eso sí, no pidas que te den ideas, que ya sabemos cómo son las ideas de bombero.


Locutor de bingo

¿Conocéis a alguno? Eso sí que tiene que ser un chollo. Que sólo diga los números que tienes en tu cartón. Y tu todo el día cantando como los de Operación Triunfo, pero sin cruzar la pasarela ni nada. Eso sí, la conversación iba a ser un poco aburrida, nada más que números y seguimos para bingo.


Habéis pillado la idea ¿No? Lo bueno es tener amigos en todas partes. Un sacerdote porque siempre te puede dar un traguito de vino (siempre con moderación y ya si quieres te lo acompañan con una buena… bueno, ya sabes), o un óptico para ver lo que es bueno, y desde muchos puntos de vista, o floristero (parece un insulto antiguo, pero no, es el que te regala flores como si fuera un novio al principio de la relación), o un amigo escritor para que te regale su libro, si total, hay muchos en las bibliotecas…


Os tengo que dejar que he quedado con un amigo italiano y me ha dicho que me iba a regalar uno de sus coches.



Comentarios

  1. Ay amigo cómo te entiendo. Yo sólo he "sufrido" el 'tú que has estudiado publicidad, hazme un cartel (o un banners, que "semos" modernos) para la feria de coches de mi pueblo'. Pero en más de una ocasión he defendido a otros de ataques tipo 'pues pa qué tanto informático, si llevo meses esperando a que me libres el móvil'.
    Un abrazo Starshine 😉

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  2. Que suerte!!!!!. Esos coches son los que me gustan. Presentame a tu amigo para que me regale uno. ¡¡¡¡¡Uno nada mas!!!!!.

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  3. Mi abuela decía que era bueno tener amigos hasta en el infierno. No sé si se refería a que ellos le bajarían la temperatura de las calderas de Pedro Botero hasta convertirlas en spa.

    ibb

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