Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Hoy en deportes de riesgo, el compring en el supermercading

Hace ya más de 4 años os contaba lo que supone que te cambien de sitio las cosas en el supermercado. Pero no había caído que ya el sólo hecho de ir supone un deporte de riesgo.



Vale que me he inventado el término del compring, pero otros están con lo del running en vez de correr y ahí están forrándose. Yo veo un nicho de “mercading”. 


A lo que vamos… Cosas que pasan al ir al supermercado… Y lo peor es que pueden pasar todas juntas.

¿Preparados?

El primer paso de ir a la compra es hacer la lista… Perdón, antes de eso está el tener la nevera más vacía que el cerebro de Trump a la hora de acostarse (da igual a la hora que se acueste). Hay gente que tiene algo más que el limón y una cerveza caducada y sale a comprar… Hay “gentepató”.


The compring list

Para los que no sepáis inglés, (y para los que sepáis, también), es lo que viene siendo la lista de la compra. Es ese trozo de papel en el que pones lo que te gustaría comprar. A veces, coincide con lo que compras, pero no siempre se da el caso. Y hay otras ocasiones en las que entiendes tu propia letra, que no siempre pasa…


The compring list II

Ya no hay excusa, lo puedes escribir en tu móvil, en el iPad, pedirla por Internet… Pero imagina que eres pobre y tienes que hacer la lista en papel (yo aunque no sea pobre lo sigo haciendo en papel, me gusta lo “vintage”). El caso es que ahí pones todo, sin orden ni concierto y juntas las manzanas con las peras, carne con pescado, agua, aceite. Todo ahí, y si no se te olvida en casa la lista, que también suele pasar, sales tan ufano (no, no es un jugador de fútbol, ni familiar de fulano, ni de mengano).


Bolsas, las putas bolsas

¿Te has acordado de coger las bolsas para guardar la compra? Porque a mí se me olvida siempre y tengo una habitación en casa sólo para guardar bolsas… Carredona, El Corte Preciado, Mercafour… todas, de todas las temporadas y épocas del año. Estoy pensando en montar el museo de la bolsa.


Yamosllegao

Pues ya estamos en el supermarketing para hacer la compring y ahora es cuando viene el running por los pasillings. Voy a dejar de hablar inglés, para que me entendáis todos (yo, el primero). Tengo la costumbre de hacer todo el recorrido por el supermercado para que no se me olvide nada. También tengo la costumbre de olvidarme cosas (me gustan las tradiciones). ¿Os habéis dado cuenta de la cantidad de cosas que hay en un supermercado? Es como los bazares chinos, pero sin tener al chino detrás vigilándote. Comida para perros, jaula para el hámster, alpiste para el jilguero, jilgueros para los gatos… y ropa, y teléfonos, y a veces, también hay comida… y bebida.


El carrito

Ya sabía yo que se me había olvidado coger el carrito… Sal otra vez y darte cuenta de que no llevas nada suelto y…. ¿Qué os voy a contar que no sepáis? Y yo no sé vosotros, pero siempre cojo el carrito que tiene vida propia. Siempre quiere ir hacia un lado. Al lado contrario que yo. Es como algunos políticos. Que quieren ir al centro y van siempre a la derecha… pues los carritos igual.


La toma de decisiones

Ir a la compra es como estar en esos concursos de televisión que hay que contestar rápido y que siempre te equivocas, pues igual. Vas a por yogures y tienes doscientas mil versiones de otro millón de sabores y los hay  con muesli, sin muesli, con azúcar, sin azúcar, azucarado, agradecido y emocionado, solamente quiero decir, gracias por veniiiiir (¿Véis, ya me he liado)


Más complicaciones

Y si es para ti bueno, pero cuando vas a comprar para la familia, ya se complican más las cosas. Que si a uno le gustan las manzanas rojas, pero rojas rojas, y al otro verdes pero tirando a rojas, y al otro maduras, y es muy probable que te equivoques…. Y termines diciendo, es que de las tuyas no había… sólo había peras rojas y manzanas reinonas (que son mucho mejor que las reinetas)


Así limpiaba, así así

Los productos de limpieza son un mundo aparte. Eso sí, tienes que tener muy claro para qué los quieres, porque no se puede limpiar el baño con el mismo producto que para la cocina o el salón. Hay limpiabaños, limpiasalones, limpiaterrazas, limpiadormitorio de los niños… y así “sustantivamente”. Y hay marcas para cada cosa, para los cristales, el suelo de madera, el horno, la bañera, que a veces me he equivocado y en vez de gel de baño, me he rociado un poco de Don Limpio, el hermano pequeño de Mr. Proper, y me quedo todo reluciente.


Carne o pescado

Te dan tantas opciones que nunca sabes si traer muslitos de merluza o palitos de cordero. También están muy buenas las pechugas de sardina y las chuletas de cerdo en su tinta, sin espinas ni nada… Creo que voy a tener que pedir consejo antes de comprar porque es probable que me esté liando.


Cajeras y cajeros un poco automáticos

Aquí viene otro momento importante en el compring. Y es meter las cosas en las bolsas para que no se te acumulen en la cinta. Yo creo que los cajeros se aburren y se ponen a echar carreras contigo… Le gano, le gano, ¡Le gané! Y cuando te ven agobiado te miran con aire de superioridad… son ochenta y cino euros con cuarenta y cuatro… Te lo dicen sintiéndose vencedores… Como si no tuviera que pagar de todas maneras aunque hubiera ganado yo… No lo sé, como nunca he ganado, a lo mejor no pagas si ganas…


El unpacking

Es lo que viene siendo poner la compra en su sitio. Pero antes tienes que llegar con las bolsas desde el supermercado hasta casa. Si no se te cae nada por el camino es un triunfo. Puede que pierdas también algo en el coche (conmigo ha viajado una lata de Mirinda del 75 durante algún tiempo en el maletero del coche). Ya hay un deporte olímpico de “llevamiento” de bolsas de la compra.


¿Se me ha olvidado algo?

Vas dejando todo en su sitio y es cuando te preguntas si se te ha olvidado algo… Aunque lo correcto sería, ¿Qué cojones se me ha olvidado esta vez? Se han dado casos de poner cuatro cosas en la lista… Pongamos por ejemplo leche, cacao, avellanas y azúcar (como si fueras a hacer nocilla). Pues no tienen la leche que tu querías, el cacao se ha “acabao”, sólo hay nueces y en vez de azúcar, no quedaba más que sacarina. Eso sí, has comprado, algo que o bien ya tenías, o algo que es light, sin calorías, sin vitaminas y sin ton ni son, como cada vez que nos toca ir a hacer compring.


Ya sabéis que a veces me gusta exagerar un poco en el blog, pero esta vez cualquier parecido con la realidad es muy similar J

¡Nos vemos haciendo compring!




Comentarios

  1. ¡Pues nos vemos haciendo compring y, como soy bajita, seguro que mi carro corre más que el tuyo! ¡ji, ji, ji!

    ibb

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  2. Como dominas todo lo del Super, se conoce que vas por esos sitios tan odiosos, pues vas por cuatro cosas y sales con cuarenta.

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