Hace algún tiempo ya proponía regular las reglas de urbanidad y ya hablábamos de que es necesario que alguien ponga
orden en la forma en la que nos saludamos o nos despedimos. Y es que no es nada
fácil.
Hay gente que te abraza nada más conocerte, otros no quieren que les toque
ni la lotería, algunos dan besos al aire y tienen que hacer el muá con la boca
como si fueran un ventricu… ventrílu…, como José Luis Moreno y los muñecos de
Maricarmen… Vamos a ver si nos ponemos de acuerdo.
¿Estimado?
Cuando te llega una factura de la luz, el agua, el gas, lo que sea que te
toque pagar. ¿A ti no te jode que te digan estimado? ¿Por qué dicen estimado si
lo que de verdad quieren decir ES –TIMADO? Por favor, firme aquí, dónde pone el
timado. Te cobran el agua como si fuera whisky de Malta (y es que al ser una
isla, cuesta más traerlo de allí… ya me he vuelto a liar), y todos sabemos que
cae del cielo. Yo entiendo que la luz sea cara porque meterla en esos cables
tan pequeños debe costar un dineral , o el gas, que no debe ser fácil guardarlo
en las bombonas de butano, pero como puede ser que te cobren el “internez” al
precio que está… Si al final lo tienes que buscar tú todo, y Google es gratis…
(lo voy a dejar ahí, que ya me he metido en muchos jardines)
No más queridos o queridas
No estoy en contra a que cada uno tenga los líos que quiera. ¡Líbreme el
señor de decirle a nadie lo que tiene que hacer! Me refiero a que no está bien
engañar a la gente. ¿Por qué empezamos las cartas con lo de querido o querida? Si
no me quieres. Queridos Reyes Magos… ¿Queridos? Espera a que te traigan la
corbata o la freidora, y esa colonia que huele a señor mayor recién afeitao y se te quitan los “querimientos”.
Deberíamos ser más honestos y no ir por ahí queriendo a tanta gente. Si además,
los reyes magos no leen las cartas… ¡Son los pajes! Sí, esos que están al lado
de cada uno de los reyes, y van vestidos como la sota de bastos, pero sin la
porra gorda (esto va a tener muchas interpretaciones, pero no vamos a entrar en
connotaciones sexuales).
No todo el mundo es saludable
Hay gente que por lo que sea, no quiere que la saluden. Son los que te ven.
Te han visto. Tú les has visto. Os habéis visto… Quiero recalcarlo bien para
que luego no digáis que es que no te había visto… Me seguís ¿no? Pues esta gente
no quiere que les saluden. Hacerse el longuis, el sueco, como quieras llamarlo,
pero el caso es que no se alegran de haberte visto. Y se van sin saludar ni
nada…
¿Qué hacer con los no
saludables?
Tienes dos opciones. Voy a descartar la de no saludarle. No vamos a dejar
que salga con la suya. La primera opción es saludarle aunque él no te diga
nada, y la segunda es salir corriendo detrás de él o de ella con los brazos
abiertos, gritando su nombre, como si fuera una canción de Nino Bravo. Eso sí
que les jode. Y un codazo. Eso también jode. Pero no nos vamos a poner
violentos. Bastante susto les damos corriendo haciendo hacia ellos como un
poseso para darles un abrazo.
¿Un beso, dos, tres?
Deberíamos crear una comisión en la ONU o en la convención de Ginebra, o
una reunión de vecinos o en algún sitio, para ponernos de acuerdo una vez por
todas. ¿Qué es eso de que en unos países se den un beso, en otros dos, y en
otros ya sea una ensalada de ósculos? Y no sólo el número de besos, si no por
qué lado empezar… Aunque si no nos hemos puesto de acuerdo por qué lado debemos
conducir, esto lo veo un poco algo más complicado.
Da la mano como es debido
Tiene que haber un término medio entre dar un apretón como si fueras a
partir sandías y dar la mano como si te tendieran una merluza (sin
descongelar). Tampoco vale lo de hacer la pinza. Que tampoco es tan complicado.
Es sólo alargar la mano… Ah! Y también habría que regular el tiempo que dura el
apretón. Si te la estrechan más de 5 segundos ya es cosa de preocuparse… Que se
lo digan al primer Ministro de Japón cuando se encontró con el amigo Trump.
Puño, guiño
Si tienes más de 15 años y das la mano con bailecito, es para pensar seriamente
ir a un especialista. Tiene que haber médicos para que te quiten la tontería.
¿Qué es eso de dar el puño, hacer una cabriola, cantar el aserejé y chocar el
pecho? Todo a la vez. Que quedaba muy currao
en el Príncipe de Bel Air. Pero tú no eres príncipe, ni estás en Bel Air,
ni eres actor… y aunque lo fueras.
¿Te has dado cuenta de que
los niños no se saludan?
Llegan, se sientan uno al lado del otro, se ponen a jugar, se abrazan, se
tiran del pelo, se dan dos puñetazos, hacen las paces, luego se besan y se
vuelven a abrazar. Y todo esto sin que hayan dicho “hola, me llamo Fulanito,
encantado de conocerte menganito… pasó usted ya por casa, por su casa yo pasé… (Creo
que me he ido de canción). El caso es que no necesitan darse la mano, ni ser
presentados oficialmente. Se juntan y ya está. Bueno, hay alguno que no
necesita juntarse a nadie… se salta todos los protocolos.
¿Cómo de amigos hay que ser
para abrazarse?
Esto también habría que regularlo. Hay gente que te acaba de conocer y te
abraza como si no hubiera un mañana. Y otra moda ahora es dar el abrazo de
medio lao, que ni es abrazo ni nada. Mucha película americana ve la gente. Yo
abogo (¿habéis visto qué bien utilizo las palabras? Abogo, del verbo abogar
como el actor de Casablanca)… por
abrazar a todo el mundo. Aunque hay gente que no se lo tome bien.
Hay quién le encanta las
despedidas
Seguro que os habéis encontrado a gente que no le gusta las despedidas. Se
van y ya está, sin avisar. Como tu sueldo, cada mes. Otros, se despiden cincuenta
veces. Bueno, me voy yendo… Oye que ahora
sí que sí. Al final, mira qué hora es y
no me he ido… Y tú quieres matarle para despedirle de una vez por todas.
Tiene que haber un término medio. Entre no decir nada o despedirse de todos
debemos regular esto. Yo propondría hacer como en el fútbol, hacer una fila e
ir pasando para despedirse de todos. Aunque a veces, tampoco funciona muy bien.
Hablando de despedidas, va siendo hora de ir diciendo adiós. Es difícil, ya
lo sé, pero hay que hacerlo.
O sea, que sin otro particular, se despide atentamente, un salido, salado, saludo… Ya os dije
que no era fácil J
Y ahora yo ¿qué te mando? ¿Besotes? ¿Besitos? ¿Un abrazo? ¿Te dejo esto sin comentar? ¿Ni un mal saludito? ¡¡¡Jo, qué dilema!!!
ResponderEliminarPues hala, a pelo...
ibb
Esta semana estás que te sales. Das en el clavo al cien por cien. Besos.
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