Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Nos creemos hasta lo increíble
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Hace poco salía a la luz (vamos a empezar con tópicos que así se da más
credibilidad) una noticia en la que se decía que los americanos pensaban que
las vacas marrones daban batido de chocolate.
Sería injusto decir que todos los americanos son tontos. Ni siquiera esos 16 millones... Aunque teniendo en
cuenta lo que votan… pero nosotros tampoco estamos para presumir. También
habría que ver cómo han hecho la encuesta. A mí me llaman por teléfono a las 3
de la mañana para preguntarme una gilipollez y lo mismo contesto que el café
con leche viene de las vacas blancas y negras.
Y es que no los creemos todo… Vamos a ver más ejemplos
La fórmula de la Coca-Cola
Siguiendo la misma lógica del batido de chocolate, ¿A quién hay que ordeñar
para que salga Coca-Cola? Es una pregunta retórica, no hace falta responder. Y aquí está el misterio de la bebida refrescante de
Cola que no se llama Pepsi-Cola (es por no darle más publicidad a la Coca-Cola…
¡Nada de publicidad gratuita!... O igual ya es tarde ¿no?
El caso es que la Nocilla lo tenemos muy claro: Leche, Cacao (proveniente
de vacas del áfrica Tropical que cultivando cantaban), avellanas y azúcar (un
bote de Nocilla tiene 3 millones de terrones, lo que equivale a unos 200 campos
de fútbol)… A lo que vamos. Que la
fórmula de esta bebida es secreta. ¿Seguro? La hace el mismo tío, el Señor Cola,
en su casa y se pasa rellenando botellines, y latas… ¿Y qué pasa con los grifos
de los “Mardonals” o “Burriquines”? Ahí no está el señor Cola o la Señora Coca
para llenarte el vaso… ¿O se esconden debajo del mostrador para que no les
veamos?
Me senté en el baño y me
quedé embarazada
Y es que la gente se sienta en cualquier sitio. O se embaraza muy rápido,
una de dos. Que también se han dado casos de personas humanas (femeninas casi
siempre) que se han bañado en una piscina o en el mar (en la Manga hay menos
movimiento que en una piscina de gente mayor a las 3 de la madrugada) y a los 9
meses, embarazo que te crió. Por eso los hombres no nos sentamos en el baño. Por
si acaso. Y la piscina, salir rapidito, que los espermatozoides pueden vivir
ahí años, agazapados, esperando fecundar el glóbulo (el rojo o el blanco,
cualquiera de los dos, si es rojo será niño y así sustantivamente), provocar la
mitocondria y llegar hasta las trompas de
Eustaquio y llegar hasta el “istentino” delgado y luego al grueso… Esta clase
de medicina es gratis, no os la cobro.
Walt Disney está congelado y
Hitler vive
No me imagino a Walt Disney con su bigote y con Pluto y Goofy (¿Qué cojones
es Goofy?) en un congelador, junto a la leche, la fruta y los huevos. Y a su
lado Hitler, Elvis y Jesús Gil, todos juntos. Que esa nevera debe ser una
fiesta. Uno pintando dibujos animados, el otro cantándole a Hitler “Don’t be
cruel” y Gil, haciendo gili… Pues siento
deciros que no están congelados. Que sí, que están vivos, los 4, con Ruiz
Mateos (sin los hijos) pero se han operado y ahora cantan en un consorcio... un consorcio de gente mayor que canta… lo
que venía siendo Mocedades.
El Perro de Ricky Martin
Que siempre se ha dicho que los de Puerto Rico son un poco tranquilos, pero
no es cuestión de insultar al pobre Ricky. Más de uno vio el famoso programa en
el que había una niña metida en un armario y Ricky Martin comiéndose a un perro
untado en mermelada que estaba desnudo mientras conectaban en directo con el
estudio de Antena 3. Al final, el que salió del armario fue Ricky, y me parece
fenomenal, que con el calor que hace no se debe estar muy bien ahí dentro.
El de las drogas a la puerta
del colegio
La abuela de una amiga siempre decía: “Si te ofrecen sida, tú no lo cojas”.
Y es que todos nos creíamos que había un señor que te ofrecía drogaína a la puerta del colegio. Mira
que vivía en un barrio chungo cuando era pequeño, pero resulta que había que
pagar la droga. Que no venía nadie a regalártela. ¡Ni que estuvieran drogados!
¡Fuego de Pecho!
Para los jovenzuelos, vamos a empezar por el principio. Había una leyenda que
contaba que a Ana Obregón le explotó un pecho en un avión. Hay que explicar que
la “¿actriz?” se había operado del pecho (realmente de los dos y creemos que al
mismo tiempo). La presión del avión provocó que pusiera al resto de los
pasajeros perdidos de silicona. Como si le hubiéramos dado la pistola esa de
sellar “bujeros” a un loco, pero en versión gore. ¿Por qué sólo a Ana Obregón
si había gente con más silicona que un programa de Bricomanía? ¿Por qué no le
explotaron los dos? Y el misterio más misterioso… ¿Cómo consiguió hacerse
famosa Ana Obregón?
Cocodrilos de aquí, de Madrid
Ya sabéis que los de Madrid, estemos donde estemos, decimos que somos de
aquí, de Madrid. Aunque estemos en “Alajka” (porque nosotros no decimos
Alaska). El caso es que las alcantarillas de Madrid hay cocodrilos. Muchos.
Cienes. Miles, ¡Millones! Se conoce (expresión muy madrileña) que la gente los
tiraba por el retrete (ya ves qué costumbres, ahora nos da por el spinner) y se
encontraban en las conductos y allí se ponían a procrear. Y como en las
alcantarillas no tienen un depredador que les amenace, pues allí vivieron
felices y comieron, lo que podían. Todo muy lógico. Mira en Australia lo que
pasó con los conejos, que también los soltaron y se hicieron grandes, enormes, aprendieron
a saltar y… hasta aquí mi teoría de la evolución de los canguros.
¿Dónde estaban las L Casei
Inmunitas?
Casei Inmunitas parece el nombre de un grupo de música de los tiempos de
Julio Cesar, cuando se cantaba aquello de Unus, duo, tri, un transitum María,
de Rickus Martinium (puestos a creer cosas raras J). El caso es que no sabíamos que las teníamos hasta que
llegó el Actimel. Que sirve para no pillar un constipado, mejorar la flora y la
fauna, activar las defensas y que los delanteros marquen más goles que
Cristiano y Messi juntos.
No hay que creérselo todo, ni lo que te cuenta la tele, ni la radio y mucho
menos, los periódicos. Y es que nos creemos cualquier cosa, hasta que Inda y
Marhuenda trabajan para un periódico (si están todo el día en la tele, ¿Cuándo
van a escribir? )... Que hay que estar más despiertos, ¡Cojones ya!
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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