Por motivos ajenos a mi voluntad me he visto en la obligación de meterme en
papeleos. Nadie en su sano juicio quiere hacer estas cosas. Mira los
funcionarios. ¿Por qué te crees que van a tomar café? Para no hacer gestiones.
Ahora es cuando los funcionarios me han dejado de leer. Lo retiro. De verdad
que me encanta hacer gestiones con vosotros. ¿A quién quiero engañar? Pero la
culpa no es sólo de los funcionarios. Os explico por qué no me gustan los
gestionamientos papeleros de toda índole.
Formularios
Yo soy el que pone los dos apellidos en el campo donde se pone el nombre. O
el primer apellido en la dirección del domicilio. El mismo que llena de
tachones el formulario online.
Me tienen que avisar 10 veces de que hay un error en el campo nombre del
padre, del hijo y del espíritu santo. Si el formulario es en papel, lo leo,
releo, y cuando ya estoy seguro de todo, lo pongo mal. No, no me consuela no
ser el único. Tengo gran parte de culpa de la deforestación del Amazonas. Me he
cargado árboles suficientes para repoblar la extensión de Canadá… o para hablar
en campos de fútbol, el Bernabéu, el Calderón y El Nou Camp todos juntos… Quizá
Canadá no es tan grande, pero os hacéis la idea.
¡¡¡No me cabe!!!
Ya no es únicamente que pongamos el nombre donde se ponen los apellidos, es
que incluso poniendo las cosas bien, no caben en su sitio. Me siento como el
negro de Whatassap, pero en versión nombre y apellido. Todo muy largo. Me
explico, si tienes dos nombres y apellidos como las personas normales, no esos
extranjeros que se llaman John Smith y les encuentran a la primera (¿Cómo lo harán
si todos se llaman igual?), ¿Por dónde iba? Ah, sí, el nombre. Que no cabe en
ningún formulario. Y eso que no soy rico y tengo 4 nombres y 20 apellidos
compuestos. Me imagino a la familia real rellenando formularios. Por eso tienen
tantos problemas con la justicia… o igual no es por eso.
Ese no, el otro, no ese tampoco
Mira que les ponen nombre a las cosas. El resguardo de la póliza del
volante del certificado de la disposición…. Vamos a ver, ¡Que es un jodío papel!
Pues no, le llaman timbre (y antes se compraban en el estanco, no valía una
ferretería o una tienda de bicis…). Y con sello, fotocopias compulsadas (que eran
copias, pero con estudios… ) y con registro notarial, y con firma por duplicado
y sellado con sangre de murciélago asiático… ¡La Virgen! Perdón, mejor no meter
a la iglesia en esto también.
Ventanillas, colas…
Seguimos hablando de papeles, no nos hemos pasado a los aviones. El caso es
que si hay dos filas, la probabilidad de que estés en la equivocada es
inversamente proporcional… siempre me hice un lío con las matemáticas. El caso
es que estás en la equivocada, casi seguro. Y preguntas, y el de adelante
tampoco sabe… y el de más adelante tampoco y comenzáis a hablar y se crea un
vínculo de amistad entre gente que no sabe si está en el sitio correcto.
Incluso gente que termina casándose entre ellas. Y es que el mundo de las colas
y el matrimonio ha estado siempre muy unido… Creo que me vuelvo a liar entre
unas cosas y otras.
Si lo puedes hacer por el “internez”
“Muchas cosas se pueden hacer por Internez”, te dicen. “No necesitas ir a
ningún lugar ya”, comentan. ¡Mis cojones 33! (nunca entendí el porqué del 33,
un número impar, y sin mucho sentido en el mundo cojonero…) El caso es que no
todo se puede hacer online. Al final te faltará algo, el certificado 33 (que
debe estar relacionado con algo que le salga de los huevos a la
administración), o un sello, o una firma, o la hostia en verso. Al final me va
a castigar dios. ¡Perdón!
Por teléfono es más fácil
Les falta decir que por teléfono es más fácil que no te hagan caso. ¿Sabéis
esas veces que no para de sonar un teléfono en una oficina? Pues el que llama
soy yo y no me lo coge nadie. ¿O esas veces que te están atendiendo y paran
todo para contestar una llamada? Pues ese no soy yo. Soy el que está en la
ventanilla equivocada y me dejan con la palabra en la boca para ayudar a uno
que le dijeron que por teléfono todo es más fácil.
¡Sonríe!
Sí amiguitos. También hace falta que pongan tu careto facial en algunos
documentos. No sirve con decir que el nombre que pone ahí es el tuyo. ¡Que tú
eres tú! Tienen que verte. Y eso que la foto muchas veces se parece muy poco a
ti. En realidad no se parece a ningún ser vivo viviente. Ni muriente. No te
dejan poner morritos como en tu Instagram. O fotos de tus pies (alabado sea el
santísimo, que hay cada uno con unos “pieses”)… Y la foto tiene que tener unas
ciertas medidas, y un fondo determinado, no vale en la que estoy tan cuqui de
cuerpo entero.
Plazos, días hábiles
¿Sabíais que había días hábiles? Yo soy el que escojo los días menos
hábiles, los más torpes de todos. Cuando la oficina está cerrada o se ha pasado
el plazo, o la luna creciente tiene ascendiente con Orion (como el hijo de Pujol,
que vaya nombre les pone a sus hijos. Sólo tiene tino para conseguir pasta). O
me falta el papel adecuado o dice que no soy persona física ¿PERDÓN? Que no soy
persona física dice. Ni química… Y es que ya esto de tanto papeleo me afecta
mucho. A veces le doy demasiadas vueltas a la cabeza.
Ya os habéis hecho una idea de lo que os decía de los jodíos papeles.
Podrían hacer las cosas más fáciles…. Os voy a ir dejando que me tengo que ir a
arreglar y ordenar algunos papeles. ¡Nos
vemos!
JAJAJAJA! Lo has clávao! Días hábiles, personas físicas , fotos con fondo tal... Y los teléfonos, que cuando llamas no te cogen y cuando te han cogido les llaman... A Orion sin hacer cola! El otro día tuve que sacarle pasaporte al perro...no te digo más. La foto es opcional, pero una vez puestos, ya, se la puse :)
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