Hace
unos meses os contaba en el blog cosas que dan más
miedo que Jalogüín, como una carta del
Ministerio de Hacienda o las actualizaciones del ordenador. Pero en
realidad hay cosas que dan más miedo. Y a más gente. Y es que todos somos un
poco cobardes gallinas capitán de las sardinas.
Y así
amiguitos es como algunos todavía siguen insultando a los que tienen miedo. Las
gallinas tenemos claro que no son muy valientes, pero ¿Qué tenéis en contra de
las sardinas? Y menos de sus capitanes. Ella por lo menos no tienen
claustrofobia y se meten en una lata (quiero pensar que no por iniciativa
propia) y saben nadar en el mar, y donde cubre. Mucho. Muchos valientes ni
siquiera se meten en la piscina.
No pasa nada
por tener miedo. La moda esta de superar los miedos y salir de tu zona de
confort, que no, no es la salita, que parece que están hablando decoradores de
casa. Pues no lo puedes evitar y tienes miedito.
Os voy a hablar
de las cosas que a mucha gente le aconjo…, acongon..., les acojong… vamos, que
se cagan... Yo no… O bueno, un poco sí.
Arañas
Las arañas.
Son feas, muy aparatosas, con tantas patas. Ahí en el techo. Da cosa mirarlas,
pero tampoco es para tanto. Si no hacen nada. Bueno sí, dan luz, pero según
está la luz igual es para acojonarse un poco. ¡Ah! Que os referís a las arañas,
a los bichos vivos. Entonces sí. Mira lo que le pasó a Spiderman, que le picó
una y ahora tiene que ir por la calle en mallas como si fuera un runner
cualquiera. Llamando la atención y poniendo todo perdido de telas, que eso
luego hay que recogerlo. Que no es que las tenga miedo, pero… Y ahora es cuando
se suele decir que más que miedo es respeto. Viene a ser lo mismo. Te cagas,
pero de forma educada. Y es que todos sufrimos un poco de “arañofobia”.
Oscuridad
Hay gente que
tiene más miedo a la luz. Más concretamente al recibo de la luz. Menos mal que
ya está lloviendo y va a bajar la factura. Hay señores que me dan miedo
también, pero esa es otra historia. El caso es que lo peor de la oscuridad es
que no ves. Que si vieras, sería otra cosa. Y yo el miedo es a pegarme en el
dedo pequeño del pie, un imán para buscar muebles y patas de sillas y otras
cosas solariegas (dícese de cosas del suelo). Pero por lo demás no tengo miedo.
El careto facial también sufre mucho en momentos de oscuridad. Las puertas
tienen una propiedad gravitatoria. Todo cuerpo que no ve, experimenta una
atracción a darse directamente de morros y es proporcionalmente grave
dependiendo de la velocidad. La fórmula exacta no me la sé, pero es algo así
como H de hostión es igual a la gravedad del golpe partido por la velocidad y
el cuadrado de la puerta con la que te des.
A los fantasmas
Esto es todo
un clásico. Hay gente que dice que no existen, pero sí. Y algunos han llegado a
gobernar países, y otros acaban de empezar. Y no vamos a seguir hablando de Mr.
Orange. Esos sí que dan miedo. Los de la sábana no. Estos son buena gente. ¿Qué
es lo peor que te pueden hacer? ¿Arroparte? Que pueden llegar a ser molestos,
pero luego no hacen nada… Esto también puede aplicar a los fantasmas que no
llevan sábana… A veces.
Miedo a volar
Mira lo
pequeñajos que son los gorriones y no les da miedo. O a los “colibrises” que
son más pequeños todavía. Y nada… Y señores más grandes, que no se atreven. Si
ya nos referimos a volar en avión, o a las alturas se puede llegar a
entender. Un cacharro lleno de gente a muchos
miles de “pieses” de altura (más pies que los hermanos Gasol juntos) y en medio
del cielo, dándole el aire y la lluvia y expuesto a las inclemencias del
tiempo. (¿Os habéis preguntado alguna vez cuáles serían las clemencias del
tiempo). Y eso también da un poco de respeto.
A los tiburones
Sí sí, que tú
crees que en la vida no te vas a cruzar nunca con uno y eso no se sabe. ¿Quién
le iba a decir al tío de la imagen anterior que se iba a encontrar con un
tiburón en un avión? En realidad ni al peor guionista se le ocurriría, pero mira, han hecho varias películas. Y es que hay que estar preparado para cualquier cosa. Dicen
que los tiburones huelen la sangre y el miedo. Mientras no sangres y no tengas
miedo cuando te le encuentres, todo va bien. Ahora ya, si tienes un padrastro o
él ve que comienzas a acongojarte, estás jodido. Ya puedes correr. Pero normalmente son
animales muy nobles y solo quieren jugar.
Perros
Hablando de
animales nobles. Pero esto es como todo, que hay bichos que están “grillaos”.
Normalmente te cruzas con un perro y te huele un poco y no pasa nada. Como las
personas. Bueno, hay personas que no huelen (otras sí) y te las cruzas y no
pasa nada, pero hay otras que también están grilladas y es mejor que no te
pongas en su camino. El caso es que hay que tener respeto a todos los animales.
Y a las personas. ¿Os que no te enseñaron en el cole que había que respetar al
prójimo? Pues los perros son también prójimos.
A quedarte encerrado
Lo de la fobia
a quedarte encerrado en un claustro, también llamado claustrofobia es
comprensible. Y estar atrapado en un ascensor, también. Y depende de con quién,
peor aún. Yo siempre he tenido miedo a una vecina. No es que sea una mujer poco
agraciada o peligrosa. Es al olor. Seguro que todos conocemos a alguien que no
ha visto una ducha más que en la tele y otros, en cambio, se bañan en colonia.
De todas las marcas. Es el caso de la vecina. Que el ascensor termina oliendo como la planta baja de El
Corte Inglés. Que no sabes dónde meterte.
Las agujas
No entiendo a
la gente que le da miedo las agujas.
Pero a las que me van a pinchar. No a todas. Por ejemplo a las del reloj nada. Ni
a las que se utilizan para hacer punto. A las del dentista ya me va haciendo
cada vez menos gracia. Realmente lo que tengo miedo es a los que no saben
pinchar. Y a esta señora, aunque sepa poner “indiciones”.
Sangre
Depende de la
cantidad. Si es como en la peli de Carrie que ahí hay sangre como para hacer morcillas como para un anuncio de Villarriba y Villabajo, pues no me hace mucha gracia. Otros se desmayan con una
gota (ya hemos dejado de hablar de morcillas). Y otros no tienen sangre, como
algún que otro presidente de gobierno. Yo creo que me da más miedo la falta de
sangre. Pensadlo bien.
Al cambio
Tampoco pasa
nada por tener cambio. Llevar algo suelto siempre está bien. A veces es
necesario tener monedas, Por ejemplo en el autobús, o para aparcar. Si ya estamos hablando de otros cambios, ya
acojona un poco más, por ejemplo ver a gente conduciendo en cuarta a 100
kilómetros por hora y mete primera. Pues ese cambio da mucho miedo, porque se
puede cargar el coche y a todos los que lleva dentro. Pero el cambio en sí, es
bueno. Menos cuando se operan algunos famosos, que no hay quien les conozca.
¿Veis como no
pasa nada? No hay que tener miedo. Si lo piensas bien sería muy difícil
quedarte encerrado en la oscuridad de un ascensor con un tiburón un perro con agujas y un fantasma con arañas
volando. Siempre hay que pensar en positivo.
Si es que --además, Javier-- no tiene sentido tener miedos. Cualquier meteorito, cualquier día de estos, nos los quita de golpe.
ResponderEliminarBesotes,
ibb
No soy miedosa. Pero éso sí, si veo una araña, andando, yo corro más que ella, últimamente, si es la que da luz,no me dá miedo, pero me preocupa...
ResponderEliminarGracias por cuantificarme todos los miedos que tengo. Aunque yo tengo más miedo a lo que me deparará la vida de aquí en adelante. De verdad!!!!.
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