Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Ahora no me viene bien y otras excusas para no recoger un Nobel

Suecia pilla un poco retirado de casi todas partes.  Menos a los suecos que lo tienen cerca, al resto de gente no le viene bien pasarse por allí. Aunque sea para recoger un Nobel. Hace frío, cómprate un traje para la ocasión, mira vuelos para Copenhague, darte cuenta de que eso es Dinamarca, escribir correctamente Estocolmo en inglés, que es casi igual, pero que siempre te sobran o faltan letras, buscar Estocolmo en Google y comprobar que allí hay gente que tiene un síndrome….


Total que es un jaleo y el señor Dylan ha dicho que lo agradece, que se siente muy honrado, pero que ir para allí que no, que si eso le manden el Nobel a cobro “revenido”, que ese día precisamente va el del gas a mirarle la caldera y luego tiene dentista, que anda muy liado. 


Y es que todos ponemos excusas. A veces para no hacer cosas y otras para justificar que no las hemos hecho… hay todo un mundo de fantasía con las excusas. Vamos a contar mentiras tralará.

Es que tengo cita con el ginecólogo, esto… con el dentista… o con el dentista del ginecólogo

Toda frase que comience con un “es que”, tiene muchas posibilidades de no ser cierta. Pero estamos hablando de excusas y los médicos son perfectos para estas cosas. Ese día y a esa hora siempre hay un médico de guardia para hacerte un empaste, ponerte una inyección, escayolarte, prescribirte (que es lo que se hace antes de escribir) una receta para tu enfermedad imaginaria. Un esguince de cejas, un dolor de caninos (no siempre van a ser los molares los que te duelan… ya que te lo inventas, es mucho mejor ser original). Y dará igual que sea un sábado por la tarde, o un jueves a las once de la noche. Tu médico estará de guardia para ser tu excusa. 


Mi prima, la del pueblo

No haces caso a tu familia hasta que puede convertirse en excusa y entonces eres como un capo de la Mafia. La familia es lo primero. Eres como Belén Esteban, pero en versión prima… Esa prima que no existe, que llega de un pueblo que no tienes, un día cualquiera… precisamente ese día. 



Matando familiares

La familia tan pronto como viene, se va. Y hay gente que ha matado a su madre dos veces, tiene 14 abuelas y más tíos que los hijos de los de siete novias para siete hermanos. Y se mueren. Porque es lo que tiene la gente que está viva, que al final se mueren…. Y  esto te vale para faltar al trabajo, o no hacer un examen, o lo que se te ocurra… Es que hay gente muy viva.


Échale la culpa a la tecnología

La tecnología nos ha hecho la vida más fácil y las excusas también. Que si no pude terminar el trabajo porque se me actualizó el ordenador al “güindous” 9, que si el “aifon” no me despertó, que la señora del “Guguel” me confundió de carretera, que se me borró el disco duro y el de Jijona… Todo vale, hasta decir que las cosas se caen de las nubes. 


 Me pilló un tsunami y otras inclemencias meteorológicas

Hablando de nubes, el tiempo es también un clásico. Que si no sabes la nevada que me cayó, imposible salir de casa... (abstenerse los que vivan en zonas tropicales), que si me pilló un tsunami (mucho más creíble si vives en la costa que si te pilla en Madrid, por poner un ejemplo, no veo yo posible un desbordamiento del Manzanares). Por cierto, si cuando hace mal tiempo es una inclemencia, cuando hace sol, ¿es clemencia?... Clemencia senil probablemente.


Llevar al dentista a tu canario y mascotas que se comen tus deberes.

Llevar a tu perro dálmata al dermatólogo porque le han salido unas manchitas puede que no sirva como excusa, pero también tienen su utilidad  las mascotas. Los perros tienen cierta tendencia a comerse los deberes, sobre todo una vez que los has terminado, no les gusta las hojas en blanco. No puedes quedar por no dejar a tu gato solo (tu gato es el único que hace caso a los humanos)…. También pueden morirse como una de tus 20 abuelas. Que ya es mala suerte que tu mascota, una tortuga de las islas Galápagos se muera precisamente ese día, cuando suelen durar 150 años (le llegó su hora a la pobre, el estrés se la llevó. O que tu hámster tiene paperas…




El fontanero, el del gas y otros señores que arreglan cosas….

¡No me digas que habéis quedado el sábado a las 3! ¡Cuánto lo siento! Me va a ser imposible ir. A esa hora viene el del gas… Bueno, realmente me ha dicho que puede llegar el sábado desde las 5 de la mañana hasta las 4 de la madrugada. Cosas de los Gaseosos (o como se llamen los señores que trabajan con gases). O el fontanero, o cualquier persona que tenga que arreglar cosas y ayudarte con tu excusa. Ya si eso, ya eso. 



Ya si eso, ya eso

Es lo que se suele decir cuando estás hablando de quedar con alguien que no te apetece ver. “Bueno, pues me ha encantado verte. Nos tenemos que ver más despacio” (que siempre me imagino a la gente mirándote a cámara lenta). “A ver si es verdad, y nos ponemos al día….” Pero es que no te viene bien, ningún día, ni noche, quizá ya si eso…


¿Has visto cuántas excusas? Cualquier cosa antes de hacer cosas que no te apetecen demasiado. Prefieres cambiar la ropa en el armario (esas cosas que hacen las mujeres de verano e invierno), o cambiar el armario completo, o salir del armario, antes de hacer algo… Bueno, que va siendo hora de ir acabando… que tengo cita con el médico, luego viene el del gas, tengo que dar de comer a mi cocodrilo, y comprar algo que viene la familia, y abrigarme bien que está a punto de nevar.  Y a ver si quedamos uno de estos días…  



Ya nos vemos… ya si eso, ya eso.


Comentarios

  1. Pues dependerá del día, porque yo también ando muy muy ocupada...
    Besotes,
    ibb

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  2. Pues aunque fuera un día ocupadísimo, es una cosa estupenda que te den el premio Nobel.Sería el colmo en Estocolmo.

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  3. Es verdad que te han dado el Nobel?. Sería muy bonito que hubiera uno para el humor y ese te lo llevarías de calle.

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    1. Una vez me dieron un Nobel, pero prefería el Marlboro, ahora ya ni eso ;)

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