Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

El premio Nobel va para...

Ya están los suecos dando premios otra vez. Todos los años lo mismo. Que parecen las tapas de los yogures Danone… Y  la forma de elegir al ganador a veces también parece la misma que lo hacen los yogures. Al “azahar”. Si no, no me explico por qué no tiene un premio de estos el que inventó el pan con chocolate o a sus distintas versiones, la “untación” de Nocilla, Nutella o cualquier crema de cacao, leche avellanas y azúcar, o la tableta entre dos trozos de pan… Esto no tiene justificación ninguna.



Y haciendo una investigación exhaustiva (de al menos 2 segundos que se tarda en poner Nobel en Google y de ahí a la Wikipedi) veo que el Nobel (seguimos hablando del premio y no de la marca de cigarrillos) se otorga para reconocer a personas (yo, hay personas a las que no reconozco nunca), o instituciones que hayan llevado a cabo investigaciones, descubrimientos, o contribuciones notables a la humanidad. Y ahí es donde tiene que estar el quid (ya me explicaréis qué es un quid), de la cuestión. En la palabra NOTABLE. No está mal, un 8, pero podría estar mejor. No son contribuciones sobresalientes, sólo son notables, y ahora se entiende que se lo den a los que se lo dan.


Diréis que soy un ijnorante (con j, para que veáis que soy más leño que los concursantes de Gran Hermano) pero yo veo una contribución a la humanidad que se descubrieran los protones, electrones, átomos, neutrinos… cosas sin importancia. Tiene mérito ver algo tan pequeño, pero nada más. O el “bolsón” de un tal Higgs, que ni sabemos quién es, ni de color es el bolsón ni nada, o el premio nobel de la paz a gente que da mucha guerra (en todos los sentidos), o el de literatura a un señor que canta… y que canta muy malamente aunque diga cosas muy bonitas, pero al decirlas en inglés, pues no todo el mundo le entiende.


Pues ahora me toca a mí decidir quién se lleva los premios. Ya está bien que nos lo digan siempre los suecos y después, vas a reclamar y nada, no te hacen ni caso, si te he visto no me acuerdo (de ahí viene lo de hacerse los suecos)  Aquí están mis premiados.

El de la Paz

El premio de la Paz se lo daría a los señores y señoras que ponen a la entrada… A la entrada del hospital. Sí, al de la Paz. El que hay en Madrid. También estaban nominados los médicos y enfermer@s. Pero los de la puerta  sí que tienen paciencia, todo el día contestando preguntas de la gente. Que dónde recogen orinas, que en qué planta está lo de las heces, a qué hora me operan de las “almorroides”, tengo cita con el doctor para que me vea mi problema con los “asterorides”, en qué planta está el “loculista”, ¿la habitación de mi primo? Así, sin más datos. Y todo urgente, para ya, y los señores venga a responder, que parecen concursantes del Saber y Ganar. Cobran por respuesta acertada. Al final del día hay señores que les dicen cuántas han respondido correctamente y se lo ponen en la nómina. Pero siempre con una sonrisa… bueno a veces no. De todas maneras, a todos los que están de cara al público les deberían dar un premio, y un buen sueldo. Que terminan muy “quemaos”.


El premio de medicina

Casi todas las medicinas son buenas, pero yo el premio se lo daba a las pastillas del dolor por lo listas que son. Que saben siempre donde ir. Tú te las tomas, y sin decirles nada, ellas ya saben dónde tienen que actuar. A veces, las he intentado engañar diciendo que me dolía una pierna y ellas nada, ni caso, se iban directamente a la cabeza que es lo que me dolía. Los supositorios, sin embargo, no se llevan ni una mención honorífica. Eso no puede curar a nadie, no está nada más que para dar por…. No sigo que me enciendo.


Literatura

Pues yo se lo daba Dantés. El del espectáculo dantesco. El mismo. A Leonardo Dantés. Mucho mejor que Bob Dylan y se le entiende. Cantar, cantan fatalmente los dos, pero Leonardo te trae la coreografía. ¿Y Dylan? Ni se mueve, sale al escenario con su guitarra y la armónica ahí en la cara que parece Darth Vader cuando le quitan la careta. Y las canciones del americano ni riman ni nada. Ni siquiera rima asonante. Ahí tienes a Leonardo rimando pañuelo con un sinfín de palabras…. Y sin utilizar buñuelo, ni polluelo. Mecano y su marcha en Nueva York también tenía su mérito, pero había que elegir.


Y el nobel de Química es para…

El Oxígeno. Estaba dudando entre el hidrógeno y el oxígeno, pero al final me decanté por el primero. Y es que sin oxígeno, nos faltaría el aire, no podríamos respirar… ¡Jodé! Es como una canción de cualquiera de los de Operación Triunfo. Tampoco habría agua oxigenada, que es muy buena para curar heridas, ni agua sin oxigenar, que también es cojonuda para mezclar con malta (la del 12-1 no, la otra), lúpulo (el de la oreja tampoco), levadura y otras cosas para fabricar cerveza. Y había un montón de elementos (seguimos hablando de química, no de los que hay en los partidos políticos) para elegir, como los gases nobles, que sí, que son buenas personas, pero no como el oxígeno. O el fósforo, que sirve para darte lumbre, o el cromo (que tanto nos gustaba de pequeños), el helio, que se encuentra dentro de los globos, o el antimonio (como mi suegro, que se llama así), o incluso el oro y la plata. El bronce, mira por donde, ya no me gusta, no es lo mismo, ni siquiera es un elemento. Y si no te acuerdas de los elementos, te los recuerda esta niña… y en inglés que es más complicado.


El premio de Física

Esperabais algún premio a un profesor de Educación Física ¿verdad? De los que había en mi cole, que esos sí que tenían mérito. Llegaban a clase con su abrigo y fumándose un ducados y te decían, date 10 vueltas al patio. ¡Con dos cojones! Era toda la educación que te daban. Pero no, el nobel de física se lo doy a la fuerza centrífuga, que es la que tienen las lavadoras para que la ropa salga un poco menos húmeda. ¿Te imaginas que saliera todo empapado? La fuerza centrípeta también tenía sus opciones e incluso tiene un nombre más redondo. Centrípeta, ¡Superchulo! Pero es que no tengo ni idea para qué sirve y no sale en el manual de mi lavadora.


Economía

Aquí también había muchos candidatos. Gente que no sabe hacer la O (ni la minúscula) con un canuto y que está forrada (también llamado políticos o asesores de políticos), o esta gente que cobra 600 euros y tiene que dar de comer a los hijos, pagar la hipoteca, la luz, el agua, y a veces, hasta comer ellos. Pero si tuviéramos que dárselo nada más que a uno sería al que inventó los bancos. Los del dinero. Tú llegas allí con tu dinero, y ellos te lo guardan y te cobran por tener el tuyo y el de mucha más gente (y cada día de más gente como dice Matías Prats). Sacan beneficios con esta pasta, hacen grandes edificios y sucursales, cajeros, tarjetas y anuncios para que vuelvas al banco y te dan una sartén o una Tablet. Todo va bien hasta que les dices que si te pueden dejar algo de dinero… y ahí es donde empieza el negocio. Pero no os quiero dar ningún disgusto, mejor vais al banco y que os lo den ellos, que son profesionales.


Nuevas categorías

Lo de los Premios nobel se ha quedado un poco corto y echo de menos algunas categorías nuevas para premiar a gente como el que inventó el mojar pan, o el fin de semana, la tortilla de patatas (con cebolla, por favor), el que pone Internet en el aire para que utilicemos la wifi, el que decidió que las ruedas debían ser redondas, el reloj con calculadora, el plástico con burbujas, el batiscafo (que no sé exactamente para qué sirve, pero el nombre es precioso), el mando a distancia, la batamanta y la universidad a distancia… la única Universidad que no tiene tunos… Es para darles un premio ¿verdad?



Si se te ocurren más cosas, no tienes más que decirme y hablamos con los suecos… O al menos lo intentamos. 

Comentarios

  1. Pues la verdad que hay muchas injusticias...no siempre gana el nóbel el que tiene más méritos, creo que te debían consultar a tí como asesor.

    ResponderEliminar
  2. Perdona pero yo no soy un subproducto ni del cobre ni nada, pero si soy un PRODUCTO de esta sociedad corrupta o no corrupta que me ha tocado vivir. Es broma, has estado genial.

    ResponderEliminar
  3. El premio Nobel es para Javier Merchan porsu ingeniosa utilización de las palabras.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Gracias por leer el blog y dejarme un comentario!

Entradas populares de este blog

10 ejemplos de críticas de cine si no las escribiera un crítico de cine.

En el nombre del Padre…

Así fue o podría haber sido