Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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El premio Nobel va para...
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Ya están los suecos dando premios otra vez. Todos los años lo mismo. Que
parecen las tapas de los yogures Danone… Y
la forma de elegir al ganador a veces también parece la misma que lo
hacen los yogures. Al “azahar”. Si no, no me explico por qué no tiene un premio
de estos el que inventó el pan con chocolate o a sus distintas versiones, la
“untación” de Nocilla, Nutella o cualquier crema de cacao, leche avellanas y
azúcar, o la tableta entre dos trozos de pan… Esto no tiene justificación
ninguna.
Y haciendo una investigación exhaustiva (de al menos 2 segundos que se
tarda en poner Nobel en Google y de ahí a la Wikipedi) veo que el Nobel
(seguimos hablando del premio y no de la marca de cigarrillos) se otorga para
reconocer a personas (yo, hay personas a las que no reconozco nunca), o
instituciones que hayan llevado a cabo investigaciones, descubrimientos, o
contribuciones notables a la humanidad. Y ahí es donde tiene que estar el quid
(ya me explicaréis qué es un quid), de la cuestión. En la palabra NOTABLE. No
está mal, un 8, pero podría estar mejor. No son contribuciones sobresalientes,
sólo son notables, y ahora se entiende que se lo den a los que se lo dan.
Diréis que soy un ijnorante (con j, para que veáis que soy más leño que los
concursantes de Gran Hermano) pero yo veo una contribución a la humanidad que
se descubrieran los protones, electrones, átomos, neutrinos… cosas sin
importancia. Tiene mérito ver algo tan pequeño, pero nada más. O el “bolsón” de
un tal Higgs, que ni sabemos quién es, ni de color es el bolsón ni nada, o el
premio nobel de la paz a gente que da mucha guerra (en todos los sentidos), o
el de literatura a un señor que canta… y que canta muy malamente aunque diga
cosas muy bonitas, pero al decirlas en inglés, pues no todo el mundo le
entiende.
Pues ahora me toca a mí decidir quién se lleva los premios. Ya está bien
que nos lo digan siempre los suecos y después, vas a reclamar y nada, no te
hacen ni caso, si te he visto no me acuerdo (de ahí viene lo de hacerse los
suecos)Aquí están mis premiados.
El de la Paz
El premio de la Paz
se lo daría a los señores y señoras que ponen a la entrada… A la entrada del
hospital. Sí, al de la Paz. El que hay en Madrid. También estaban nominados los
médicos y enfermer@s. Pero los de la puerta sí que tienen paciencia, todo el día
contestando preguntas de la gente. Que dónde recogen orinas, que en qué planta
está lo de las heces, a qué hora me operan de las “almorroides”, tengo cita con
el doctor para que me vea mi problema con los “asterorides”, en qué planta está
el “loculista”, ¿la habitación de mi primo? Así, sin más datos. Y todo urgente,
para ya, y los señores venga a responder, que parecen concursantes del Saber y
Ganar. Cobran por respuesta acertada. Al final del día hay señores que les
dicen cuántas han respondido correctamente y se lo ponen en la nómina. Pero
siempre con una sonrisa… bueno a veces no. De todas maneras, a todos los que
están de cara al público les deberían dar un premio, y un buen sueldo. Que
terminan muy “quemaos”.
El premio de medicina
Casi todas las
medicinas son buenas, pero yo el premio se lo daba a las pastillas del dolor
por lo listas que son. Que saben siempre donde ir. Tú te las tomas, y sin
decirles nada, ellas ya saben dónde tienen que actuar. A veces, las he
intentado engañar diciendo que me dolía una pierna y ellas nada, ni caso, se
iban directamente a la cabeza que es lo que me dolía. Los supositorios, sin
embargo, no se llevan ni una mención honorífica. Eso no puede curar a nadie, no
está nada más que para dar por…. No sigo que me enciendo.
Literatura
Pues yo se lo daba
Dantés. El del espectáculo dantesco. El mismo. A Leonardo Dantés. Mucho mejor
que Bob Dylan y se le entiende. Cantar, cantan fatalmente los dos, pero
Leonardo te trae la coreografía. ¿Y Dylan? Ni se mueve, sale al escenario con
su guitarra y la armónica ahí en la cara que parece Darth Vader cuando le
quitan la careta. Y las canciones del americano ni riman ni nada. Ni siquiera
rima asonante. Ahí tienes a Leonardo rimando pañuelo con un sinfín de
palabras…. Y sin utilizar buñuelo, ni polluelo. Mecano y su marcha en Nueva
York también tenía su mérito, pero había que elegir.
Y el nobel de Química es para…
El Oxígeno. Estaba
dudando entre el hidrógeno y el oxígeno, pero al final me decanté por el
primero. Y es que sin oxígeno, nos faltaría el aire, no podríamos respirar…
¡Jodé! Es como una canción de cualquiera de los de Operación Triunfo. Tampoco
habría agua oxigenada, que es muy buena para curar heridas, ni agua sin
oxigenar, que también es cojonuda para mezclar con malta (la del 12-1 no, la
otra), lúpulo (el de la oreja tampoco), levadura y otras cosas para fabricar
cerveza. Y había un montón de elementos (seguimos hablando de química, no de
los que hay en los partidos políticos) para elegir, como los gases nobles, que
sí, que son buenas personas, pero no como el oxígeno. O el fósforo, que sirve
para darte lumbre, o el cromo (que tanto nos gustaba de pequeños), el helio,
que se encuentra dentro de los globos, o el antimonio (como mi suegro, que se
llama así), o incluso el oro y la plata. El bronce, mira por donde, ya no me
gusta, no es lo mismo, ni siquiera es un elemento. Y si no te acuerdas de los
elementos, te los recuerda esta niña… y en inglés que es más complicado.
El premio de Física
Esperabais algún
premio a un profesor de Educación Física ¿verdad? De los que había en mi cole,
que esos sí que tenían mérito. Llegaban a clase con su abrigo y fumándose un
ducados y te decían, date 10 vueltas al patio. ¡Con dos cojones! Era toda la
educación que te daban. Pero no, el nobel de física se lo doy a la fuerza
centrífuga, que es la que tienen las lavadoras para que la ropa salga un poco
menos húmeda. ¿Te imaginas que saliera todo empapado? La fuerza centrípeta
también tenía sus opciones e incluso tiene un nombre más redondo. Centrípeta,
¡Superchulo! Pero es que no tengo ni idea para qué sirve y no sale en el manual
de mi lavadora.
Economía
Aquí también había
muchos candidatos. Gente que no sabe hacer la O (ni la minúscula) con un canuto
y que está forrada (también llamado políticos o asesores de políticos), o esta
gente que cobra 600 euros y tiene que dar de comer a los hijos, pagar la
hipoteca, la luz, el agua, y a veces, hasta comer ellos. Pero si tuviéramos que
dárselo nada más que a uno sería al que inventó los bancos. Los del dinero. Tú
llegas allí con tu dinero, y ellos te lo guardan y te cobran por tener el tuyo
y el de mucha más gente (y cada día de más gente como dice Matías Prats). Sacan
beneficios con esta pasta, hacen grandes edificios y sucursales, cajeros,
tarjetas y anuncios para que vuelvas al banco y te dan una sartén o una Tablet.
Todo va bien hasta que les dices que si te pueden dejar algo de dinero… y ahí es
donde empieza el negocio. Pero no os quiero dar ningún disgusto, mejor vais al
banco y que os lo den ellos, que son profesionales.
Nuevas categorías
Lo de los Premios nobel
se ha quedado un poco corto y echo de menos algunas categorías nuevas para
premiar a gente como el que inventó el mojar pan, o el fin de semana, la
tortilla de patatas (con cebolla, por favor), el que pone Internet en el aire
para que utilicemos la wifi, el que decidió que las ruedas debían ser redondas,
el reloj con calculadora, el plástico con burbujas, el batiscafo (que no sé
exactamente para qué sirve, pero el nombre es precioso), el mando a distancia, la
batamanta y la universidad a distancia… la única Universidad que no tiene
tunos… Es para darles un premio ¿verdad?
Si se te ocurren más
cosas, no tienes más que decirme y hablamos con los suecos… O al menos lo
intentamos.
Perdona pero yo no soy un subproducto ni del cobre ni nada, pero si soy un PRODUCTO de esta sociedad corrupta o no corrupta que me ha tocado vivir. Es broma, has estado genial.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Pues la verdad que hay muchas injusticias...no siempre gana el nóbel el que tiene más méritos, creo que te debían consultar a tí como asesor.
ResponderEliminarPerdona pero yo no soy un subproducto ni del cobre ni nada, pero si soy un PRODUCTO de esta sociedad corrupta o no corrupta que me ha tocado vivir. Es broma, has estado genial.
ResponderEliminarEl premio Nobel es para Javier Merchan porsu ingeniosa utilización de las palabras.
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