Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Pasando Olímpicamente o cosas que pasan cuando dejan comentar a cualquiera en las Olimpiadas
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Probablemente hayáis visto un vídeo en el que un comentarista comenta
comentarios que han sido muy comentados por todo el mundo. Que si Michael Phelps
ganó medallas en Munich hace muchos años, antes de nacer incluso, y que el
mismísimo Hitler se las entregó… En 1972. Lo que viene a decir que sigue vivo,
seguramente junto a Elvis y Walt Disney… ¡Nos ha dejado helados!
Y es que se tiran muchas horas comentando, y claro, a veces se equivocan.
Esto de que la gente que habla en la tele tenga que tener conocimientos mínimos
de historia y de cultura general… Si sólo es Deporte. Es como si a Belén
Esteban le pidiéramos que supiera leer y escribir. Ella con saber de sus cosas…
las que quiera que sean, pues ya está.
Y es que el tema de las olimpiadas es muy complicado y da lugar a muchos errores.
Aquí te dejamos un ejemplo de Pasando Olímpicamente.
Los países: ¿Por qué?
Y es que el mundo está lleno de países y repartidos por todo lo largo y
ancho del planeta. Y ahí están todos mezclados compitiendo unos con otros. Un
español contra un japonés, uno de Fiyi (que seguro que se les llama fillanos,
como a los malos de las películas) y luego otros países que se inventan para
hacer bulto. Que si Aruba (que parece un nombre de participante de Gran
Hermano), Barbados (con tanto hípster se han hecho un país), o Liberia (y
papelería). Para mí que hay Tongo... o Tonga.
Este chino ¿es español?
Y ese que se llama Manuel García ¿representa a Estados Unidos? Es lo que
tienen las olimpiadas que ves a un chicarrón del sur, participando por un país
del Norte. Daneses con más color que el Carnaval de Río, un mozalbete rubio
como la cerveza representando a los Emiratos Árabes Unidos, o una samoana (de
las que sufren en silencio) jugando al rugby en el equipo italiano. Aquí tenéis
un claro ejemplo de atleta español, muy español. Que si no fuera buen atleta
igual no estaría nacionalizado.
AND debe ser Andalucía ¿no?
¿Andorra? ¿Les dejan participar? Pues sí, y resulta que MAD es Madagascar y
no Madrid. Y todo por ahorrarse letras en las camisetas de los atletas y en los
rótulos de la tele. Y ahí tienes al comentarista de turno volviéndose loco para
dar con las letras. Que tú ves RSA y piensas en Real Sociedad, pero claro, no puede
ser, y el “comentaor” pensando… para al final buscarlo en Google y seguramente encontrar
la respuesta…. Equivocada.
La Perla del Antártico
Los señores y señoras “comentantes” tienen que rellenar muchos minutos de
televisión o de radio durante las Olimpiadas. Ya has contado la historia, vida
y milagros de los atletas participantes, has hecho un pequeño repaso a las
reglas de cada deporte, y sólo queda hablar un poco del país al que representan
o al país organizador. Decir que el atleta es de “Dubrovnik, la perla del “Antártico”, o que la nadadora es de Roterdam, como el
jorobado ese que andaba por la catedral, o hablar de Rio de Janeiro, como
Jesulín que también es Janeiro o su hermano Djokovic que es de otro sitio,
Yugoslavia, o Croacia o “Soberbia…”
Los nombres de los
deportistas
Probablemente sepáis que Pau en Brasil, significa palo, pero también es
como se llama al miembro masculino. Y les tiene que hacer mucha gracia ver a un
señor tan grande jugando al baloncesto que tiene nombre de pilila. Y es lo que
tiene que no hayan aprendido a hablar como dios manda el resto de países. Si
hablaran español, pues no habría problemas y es que hay gente que se apellida
Mamona, Lalova, Putalova, Verga, Dong Dong (desconocemos si es nombre y
apellido o en realidad se llama Ramalama), Ao Gao (palabrita del niño Jesús, y
participó en Londres 2012 Waterpolo).
Los deportes mismamente
Normalmente ponen a gente experta en los deportes que comentan, pero no
siempre es así, y es que no siempre es fácil encontrar a alguien que sepa de “caballismo”
(gente montada encima de los caballos dando saltos u obligando a los pobres
animales a hacer piruetas… ¡Y la medalla se la dan al jinete o a la jineta!), o
el espadismo, que es como en las pelis de los mosqueteros pero vestidos con
mallas, o en “biciclismo” en pista dando vueltas detrás de otra bici, y a veces
vueltas detrás de una moto. O en las pruebas de vela, que aunque no lo creáis
no se practica en el velódromo, como debería. Todo por confundir a la gente. Como
poner canódromo al sitio donde corren los galgos. No debería llamarse
galgódromo. En Brasil, al menos tienen un sitio para bailar samba, y se llama sambódromo,
como tiene que ser…. Pero lo utilizan para el maratón...
Fuera tanta disciplina ¡Ya
está bien!
No quiero decir que cada uno haga lo que quiera, sino que simplifiquen un
poco todo. ¿Qué es eso que cada uno al estilo libre? ¿O que uno nade 50 metros
mariposa y otro 100 espalda y luego se releven? Todos a la piscina, a la vez y
el primero que llegue a la pared le dan el oro, al segundo la plata y así “sustantivamente”.
Y con manguitos y bañador para que nadie se ahogue ni nada. La seguridad lo
primero.
Por peso, como la fruta
Y me he enterado que en algunos deportes los discriminan por peso. Que
ponen a los tirillas a participar entre ellos y a los gordos ahí discriminados
entre ellos. Eso no es integración ni nada. En fútbol puede jugar Ronaldo el
gordito, con uno que pese 40 kilos y no pasa nada. A ver si ahora CR7 sólo
puede jugar con los que tengan los mismos músculos que él, o Messi con los
bajitos. Y hay deportes en los que los atletas no están demasiado en forma… o
mejor dicho, están en forma, pero redonda.
Final masculina, final
femenina, final mixta, final de jamón y queso
Y hay deportes en los que juegan los chicos con las chicas. ¿Que no digo yo
que esté mal, pero porque no lo hacen en todos? Selecciones mixtas de fútbol o de baloncesto,
o de gimnasia rítmica y natación “cronometrada”. Eso sí que estaría bien, ver a
los chicos maquillados y con esos bañadores de la Barbie Lentejuelas o con
mankini. O casi mejor no. Borrad eso, no es la mejor imagen. Advertencia, la
imagen siguiente puede ser perjudicial para la salud… para la vuestra y la de
los señores de la foto.
Las reglas de los deportes
Si ya es difícil conocer todos los deportes, imagínate ya las reglas de
cada uno. Resulta que en baloncesto no se puede tocar el balón con el pie, ni
con el izquierdo ni con el derecho, con ninguno. Y no hay fuera de juego ni
nada. Y en boxeo, puedes pegar a otro todos los puñetazos que quieras y te dé
tiempo hasta que suene una campana.
Deportes de coña
¿Pues no ponen como deporte olímpico el golf? ¡El Golf! Si el que hace
deporte no es el que juega, ¡Es el que le lleva la bolsa con los palos! Pero
claro, así también sería deporte ir al Carrefour y cargar con dos melones y 6
bricks de leche. Y para que vayan más atletas se inventan deportes. Hay uno que
es como el tenis pero han puesto la red muy alta a mala idea para que los bajitos
no puedan subir a la red, creo que se llama bádminton (que viene del japonés y
significa tenis con raquetas de juguete y con una pelota que parece la nariz de
un payaso con plumas para pasarlo por encima de la red que está a 200 metros de
alto) En breve tendremos los dardos, billar, futbolín y el ping pong… Como si
fueran los recreativos de mi barrio en los 80. Calla, que el ping pong ya está.
..
Hacer las reglas más
parecidas a la realidad
Vale, nos han colado el ping pong como deporte olímpico. Pero jodé hazlo de
verdad. Pon al lado una piscina, una barbacoa, a un cuñado diciendo que él
juega mejor, sin árbitros ni nada, y que jueguen los niños también, y que el
que tire la bola lejos vaya a por ella, y con cada punto, le puedas dar un beso
a la churri o una calada al cigarro y un traguito al pacharán. Y así con todos
los deportes.
Tramposos sin fronteras
No sé si os habéis dado cuenta de que además de los atletas, los
entrenadores, los jueces, y el público, hay tramposos entre los que participan
en los Juegos. Tramposos porque ponen trampas. Como por ejemplo los que ponen barras
para las pruebas de salto de caballo para
adelante. Lo hacen a muy mala uva porque hay veces que los caballos se
tropiezan y se caen, y tiran al señor o a la señora montada (sea o no sea de
Canadá). Otros les ponen vallas a los atletas en mitad de la carrera, o un foso
lleno de agua. Incluso a los que saltan con pértiga se lo ponen bien alto, que
ya me dirás lo que tienen que medir estos tramposos para poner la barra tan
alta…
También hay gente buena
No mucha, pero los hay. Esos que están para darle agua a los ciclistas para
que no se deshidraten, o a los que corren distancias largas (para mí más de 100
metros, ya es una distancia considerable), y los que ayudan a los gimnastas a
alcanzar la barra (que ya es
mala leche ponerla tan alta con lo chiquitillos
que suelen ser).
Y es que no es tan fácil como ponerse ahí a hablar de lo rápido que corren,
lo alto que saltan o la “fuertaleza” de los atletas. Vamos a ver si nos
preparamos para que en las próximas olimpiadas los comentaristas comenten mejor…
Tienen cuatro años para prepararse.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Muy bueno. Yo les recomendaría al gabinete de prensa oficial de Río 2016 que publique este blogs para que los comentaristas aprendan. Vale?.
ResponderEliminarUn post muy largo pero ha merecido la pena leerlo. Me he partido de risa. Lo de mamona lo vi ayer mismo. Jajajajaja
ResponderEliminarGracias por leer el post Álvaro ;)
Eliminar¡Que razón tienes, Javier!
ResponderEliminarBesotes,
ibb