La semana pasada nos fuimos a la playa, no literalmente, sino literariamente… O
puede que vosotros sí que os fuerais a la playa… El caso es que aquí estamos de
nuevo. ¿Por dónde íbamos?
¡Ah! Sí. Hemos organizado el campamento, tenemos la
cremita puesta y nos disponemos a meternos en el agua… O mejor esperamos un
poquito no vaya a ser que manchemos el mar y cabreemos a las medusas.
¿Preparados?
Es el momento de la verdad. Si has elegido una playa de
piedras, olvídate de entrar de forma heterosexual al agua. O pareces Chiquito
de la Calzada o el Coyote intentando que no te vea el Correcaminos. Aquí
Piolín, parece que no se atreve a mojarse.
Señora mayor o
jovenzuelo “style”
Seguimos en la orilla. Aún estamos pensando si meternos o
no, pero no lo podemos demorar más. Si es una playa de arena ya hay más
posibilidades de probar diferentes estilos de “metimiento” en el agua, pero hay
dos que triunfan en las playas.
1.- El estilo abuela: Consta de meter los pies, los dos,
andar un poquito y mojarte la nuca y el pecho, acompañado de una interjección
que puede variar entre “recórcholis” o “suputamadre”, dependiendo de si has
estudiado en colegio de pago o enfrente. Seguir andando, llegar a la zona
ovárica, dar unos pequeños gritos, decir Jodé qué fría (da igual la temperatura,
al principio, siempre estará fría) y ya bajar el culo para que el agua te
llegue al cuello.
2.- Estilo corro como un chaval para lanzarme de cabeza
aunque cubra por los tobillos. Es muy propio de hombres, y dependiendo de lo
poco que cubra, puede ser que dejen huella. A ciertas edades deberían decirnos
que ya no podemos entrar al agua así… por ejemplo a partir de los 25 ya
empezamos a hacer el ridículo.
Playa cubierta o
descubierta
Os lo creáis o no, hay playas cubiertas. Son aquellas en
las que das dos pasos y te cubren. Luego están las descubiertas, que son las
que tienes que andar como 200 kilómetros para que el agua te llegue por la
cintura. Que empiezas a bañarte en Valencia y terminas en Ibiza y no te has
mojado la cabeza.
Ola ke ase
Hace mucho que no se utiliza lo del ola ke ase. Se están
perdiendo las buenas costumbres. A lo que vamos. Que lo mejor del mar son las
olas del mar. Y que no se acaban nunca. A lo mejor son más altas, más bajas,
más grandes, más pequeñas, más lentas, más rápidas…. Creo que habéis cogido lo
que quiero decir… básicamente me refiero al gran surtido de olas, que parece
aquello la caja Cuétara).
Salpicar al
prójimo y a la prójima
Ahora ya, en serio. ¿Quién os ha dicho que es divertido
salpicar a la gente? Fuera del agua es una putada, pero ¿dentro? ¡Que te mojo…!
¿Qué te mojo? Si ya estoy mojado. Ni puta gracia. Nunca. Jamás. Bueno, si
tienes menos de 10 años, igual sí.
Flora y fauna
marina
Realmente en la orilla de las playas no hay demasiada
fauna, marina, queremos decir, de la otra hay para hacer varias enciclopedias,
pero si ya te metes “a lo hondo”, (término no demasiado científico para
denominar a las profundidades) ahí ya sí que sí. Desde una merluza, pasando por
una ballena, una medusa, un caballito de mar y el dibujo ese que parece una
tortilla a la francesa vestida de persona humana que dicen que es una esponja.
En cuanto a la flora, pues no esperéis tampoco demasiadas
florituras (qué juego de palabras), algas, nada más que algas. Que esa es otra…
en el mar se te acerca un alga (¿o es una alga? ¿o algo?) y sales pitando
porque te da asco, y luego vas y te la comes con el sushi. No hay quien os
entienda.
¿Roland Garros, Wimbledon?
Sales del agua y tienes a todos estos esforzados
jugadores de palas (¿Cómo se llamará a los que juegan a las palas? ¿Paleros? ¿Palistas?
¿Palizas?), que parece que se están jugando el último punto de la Copa Davis o
van romper el servicio de alguien (costumbre muy poco aconsejable que suelen
hacer los tenistas). Y no te creas que se ponen a jugar donde no molesten, no.
En el puto medio. Da igual donde estés, que ellos estarán ahí…
¿Una cerveza?
Nadie tiene sed hasta que un miembro de la expedición se
levanta. Como la natación, sincronizada. No habías pensado en beber, hasta que
alguien dice: ¿Voy al chiringuito? ¿Alguien quiere algo? Y prepárate a traer,
una cerveza con alcohol, otra sin alcohol, otra con un poco de alcohol nada más
que luego hay que conducir, un tinto de verano, un verano dis-tinto… (creo que
ya estoy empezando a desvariar y se me ha subido la cerveza a la cabeza).
Esquivando voy, esquivando vengo
En toda jornada playera, llega el momento de dar un paseo
por la orilla. Como esos vídeos de Karaoke en los que las parejas van de la
mano y pisando la arena mojada… Pero nada, no hay manera de pasear sin esquivar
a los de las palas, evitar pisar los castillos de arena que los esforzados
progenitores construyen para que los niños se los carguen en un pispás, o ser
adelantados por hordas de señores y señoras mayores que sobrepasan los límites
de velocidad por varios kilómetros hora. Aquí les vemos calentando para la
carrera.
¿Estábamos junto
a la sombrilla verde o próximos a las jóvenes desinhibidas?
Llega el momento de volver del paseo y siempre pasa lo
mismo… No sabemos dónde estábamos. Era junto al chiringuito, pero este no es el
mismo…. ¿O era junto a la caseta del socorrista? Yo creo que es junto a las
jóvenes en topless… No, no, me acordaría de haberlas visto… Yo creo que es un
poco más adelante… y te preocupas cuando al preguntar, nadie habla tu idioma. ¿Os
acordáis de la serie Lost? Pues trata de unos que se pierden en una playa… Como
la vida misma.
Otro baño y ya
Ya te has vuelto a poner cremita, has dado otra vuelta,
te has perdido, has pisado a dos señoras y te han llenado de arena el careto facial
los niños que correteaban junto al campamento familiar. Es el momento de darte
un último baño. Me mojo un poco y nos vamos. Que esa es otra, o te mojas o no,
pero mojarte un poco no existe… O te
bañas o no te bañas. Y te metes, y de nuevo te debates entre meterte estilo
abuela o jovenzuelo, y sales del agua como los de las películas de James Bond
(o al menos así te parece a ti).
Secamiento
¡No puede ser! ¿Pues no se me ha olvidado la toalla en
casa? Escogí la opción de Se te ha olvidado la toalla. Os acordáis de que
estaba la mudanza completa o la toalla…
El cuerpo serrano se seca rápido, pero el bañador no hay manera. Menos
mal que has traído otro de repuesto… Y tienes un momento Mr. Bean.
El Recogimiento
Ya estamos
listos para volver a casa. Recogemos la sombrilla, decimos adiós al señor “nueva
zelandés” por el agujero que habíamos hecho, cogemos las hamacas, la nevera, las
cremas solares, las lunares, la cartera, los donuts, todo. Cuentas que esté
todo el mundo y hala, otra vez de peregrinación…
Bueno, chavales.
Ya vendremos otro día… O no.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por leer el blog y dejarme un comentario!