Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Mis palabras favoritas. Capítulo I, de la A a la M.
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¿Tú no tienes palabras favoritas? Yo sí. Muchas. Y no
todas me gustan por la misma razón. Unas me hacen gracia (aunque puede que no
sean graciosas para nadie más), otras por su sonoridad, porque son
onomatopéyicas (ejemplo de palabra bonita), porque se han pasado de moda o las
utiliza todo el mundo. Ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito… o sí. Siempre al límite, voy a escribir sobre
gustos, sobre los míos.
Tengo que especificar que sólo voy a utilizar palabras en castellano. Hay
palabras en otros idiomas que me gustan también… aunque no sepa que significan,
ni cómo se pronuncian. Tengo que confesar que hay algunas palabras españolas
que he escogido que tampoco sé muy bien lo que significan, ni su etimología, ni
su taxidermia… del griego taxi (vehículo con conductor que habla por los codos)
y dermia (tener un poco de fresquito… si te pasas de frío se llama hipodermia y mejor que te abrigues).
Prometo no abrumaros con muchas palabras, y además os lo divido en cómodos
plazos. Y sólo una por cada letra del alfabeto. Y también voy a usar la ch, que
aunque ya no sea una letra, siempre me ha hecho mucha gracia. Tú pon una frase
con cosas dichas con la ch y ya es gracioso. Y además así son pares y me salen
14 (como en las quinielas de antes).
Alabardero
Mira que suena bien esta palabra, como casi todas las que empiezan por al,
almohada, albaricoque, alabín y alabán. Y casi todas vienen del árabe. Del
idioma, no de un señor en concreto. Lo mejor de esta palabra es la definición:
Soldado armado de alabarda. Que dicho así parece que es algo de comer, una
verdura o una legumbre o esas mierdas que te hacen comer de pequeño. Pues
resulta que es un arma… Cosas de los alabarderos. Uno se hizo muy famoso por
tener una taberna y todo.
Birlibirloque
Aunque lo parezca, no es el nombre de un jugador de fútbol de Costa de
Marfil o de Costa Rica, o de La Costa del Sol. Tampoco es el nombre de un dúo cómico. Los sacapuntas, Martes y Trece y
los Birlibirloques. De todas maneras no me podéis negar que es una palabra
bonita tirando a preciosa. Y casi siempre lleva unida la palabra arte. (Y por
arte de birlibirloque). Es como abracadabra, pero totalmente diferente.
Cucurucho
Una palabra con 3 ues o uses o us. Ya sólo por eso se merece estar en el
ranking de palabras bonitas. También está tururú pero aunque también es sonora,
no me gusta tanto. Cosas mías. Y es que cucurucho ya te dice lo que significa.
Viene de cucu, cosa que se enrolla y rucho en forma de cono. Y si no os lo
creéis, lo miráis en Google y ya veréis que me lo he inventado.
Churrigueresco
Ya os dije que cualquier palabra con la ch tiene encanto. Chachachá (del
tren), chocolate (con churros) cachivache (agujero pequeño en la carretera, que
no llega a ser bache… ¡Sorry!), pero me quedo con churrigueresco. Tiene mucho
arte esta palabra.
Díscolo
No me digas que no suena bien. Que tú dices que el hijo de tu vecina es un
cabrón y no te da buena espina. Sin embargo, le llamas díscolo y ya es otra
cosa. Díscola no está mal, pero suena a caramelos para la garganta. No es que
yo sea sexista ni nada, pero no es igual. Y como díscolos famosos, el de Mirón,
que nos lo hacían estudiar en el instituto y todo.
Estupefacto
Con esta palabra tengo dudas. Sé que mucha gente dice: Me he quedado estupefacto. No tengo muy claro si es que se ha
quedado sin palabras, si no sabe qué hacer, si tiene frío o calor. Para mí que
es algo relacionado con el café. Hay una marca o algo de café estupefacto ¿no?
Frondoso
Es una pena que
las personas no puedan ser frondosas porque me encantaría que me dijeran. ¡Hoy
te veo fenomenal, estás muy frondoso! Pero sólo sirve para los árboles, para
los bosques… ¡Qué vida tan injusta!
Gramínea
Seguimos con el mundo vegetal, pero ahora es un tema de familia. Me
explico. Las gramíneas son una familia de plantas herbáceas (que también es una
palabra muy rebonita). Aunque a mí me suena siempre a personas de otro planeta
o una tribu de alguna isla recóndita (que tampoco es una palabra baladí… ¡Otra
más!). Si ya juntamos gramíneas y leguminosas parece el título de una película
de terror. Gramineas vs Leguminosas… Aunque pensándolo bien también parece un
insulto. ¡Tu madre es una gramínea! ¡Pues la tuya una leguminosa!
Hospedería
No lo puedo evitar. Es oír hospedería y siempre pensar la misma estupidez. “Hospedería
un favor, pero mejor no lo hago”. Lo siento, tenía que compartirlo. Y no sólo
me gusta porque se puede hacer la estupidez con ella. Es que suena a palabra
antigua, de las que hay que proteger.
Ignominia
¿Sabéis esos
nombres que se ponían a la gente en los pueblos? Si el niño o niña nacía en el
día de un santo con nombre chungo, estaba jodido para toda la vida. Hoy es Santa
Ignominia, ya tenemos nombre para la niña. ¿Y quién casaba a esa criatura?
¿Quién iba a querer a una persona que se llame así? Y eso amigos, es una ignominia.
Jacaranda
No me había dado
cuenta la cantidad de palabras bonitas relacionadas con el mundo vegetal. Y
mira que jacaranda no suena a árbol ni arbusto, ni nada que empiece con arb… Me
gusta porque me suena a pasarlo bien, a disfrutar, a estar con gente bailando y
riendo… ¡Menuda jacaranda el sábado! Pero no, es un árbol… De todas maneras, la
palabra sigue siendo bonita… y el árbol también.
Kilowatio
Reconozco que no es fácil encontrar una palabra bonita que empiece con K.
Ni siquiera una palabra bonita que contenga la letra K. Ya os saco de dudas, os
dejo algunos ejemplos: bikini, valkiria, vikingo, kiosko… Pero me quedo con
kilowatio, porque además de que tiene la w, tiene 1000 vatios. Y es que los
vatios me encantan, sobre todo el vatio de mi casa, que es particular (me
perdonarán la gilipollez… Y no intentéis buscar la lógica a la canción, el
señor compositor había fumado alguna sustancia droga porro o algo).
Lepidóptero
¿Habéis montado
alguna vez en lepidóptero? Yo nunca. No me digáis que es lo primero que se os
viene a la cabeza al oír esta palabra. Pues resulta que son mariposas, que también
es una palabra preciosa.. , pero no te puedes montar encima. Sí que puedes, pero no les va a hacer mucha gracia. Algo malo tenía
que tener los lepidópteros, y es que a veces, son unos capullos.
Mancuerna
Habrá gente que no le guste nada esta palabra. Les recordará a la alcaldesa
de Madrid, Manuela Carmena. O al gimnasio y sudar levantando pesas. Pero es que
hasta el significado es bonito… Atentos
Ya está bien de palabrería. Vamos a ir terminando. En el próximo capítulo
hablaremos de otras palabras tan o más bonitas. A esperar a la semana que viene
y ya decidís cuál es la palabra que más os gusta.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Mire que es Vd. pasmoso, abigarrado,dicharachero,levantisco, exuberante y jacarandoso! :)
ResponderEliminarMe siento agradecido, complacido, dichoso y gratificado ;)) ¡Gracias!
EliminarYo nunca me he parado a pensar si tengo o no palabras parecidas, pero tras leer tu entrada «cucurucho» es una que me tatuaría.
ResponderEliminarCosas más raras se han visto ;). ¡Gracias por leer el post!
EliminarMe encantó Javier. Escogiste una de las (también) mías: ¡jacaranda!
ResponderEliminarGracias y besotes,
Isabel