Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Descubriendo a Colón. 10 cosas que no nos han contado bien… ni mal
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
-
No sé porque ahora le ha dado a todo el mundo por meterse con Colón.
Personalmente me cae bien. Un tío que lo que más le gustaba era viajar y
conocer sitios nuevos. Nos trajo el café. Tiene estatuas por todas partes
(aunque algunas las pongan en el puto medio) y algo relacionado con un huevo
(desconozco los detalles de qué huevo era). Tendría que documentarme un poco
más pero no se puede estar a todo, y seguramente algo haría para que la gente
le critique, pero estamos a otra cosa ahora.
De Colón se dice que era italiano, pero a mí me suena muy español todo
lo que hizo. Un día se plantó ante Isabel (la reina) y le pidió dinero para irse
a dar la vuelta al mundo. ¡Con un par de cojones! ¡Hola Reina! Que quiero que me patrocines un viaje. Vete tú ahora a
pedir pasta a los reyes y ya verás qué risa. Y va la reina y se lo da. Y ni
corto ni perezoso (que expresión tan bonita) se va a hacer las Américas (como las folclóricas). Sin
Google, ni maps, ni nada. Y sin poder preguntar a nadie por el camino. Y nada
de gomina, ni ropa de marca… ¿Cómo va a ser italiano?
Me quedan muchas dudas sobre este hombre y su historia. Voy a consultar
algunas fuentes y en un rato vengo para contaros lo que he podido averiguar sobre
Colón. No descarto que haya película sobre el tema. Depende de lo que
encontremos en la fuente.
Os dejo unos minutos musicales y cosas de fuentes.
Bueno, pues estamos de vuelta. Vamos con las cosas de Colón y sus
viajes.
¿De dónde era?
Con toda la gente que le conoció y que nadie sepa de dónde es… A mí esto
me escama. Yo creo que estaba en un programa de protección de testigos de la
CIA. Como en aquella época no se hacían fotos, pues los pasaportes eran un poco
reguleros. Se hacían un dibujo y luego se ponían barba y bigotes con un boli
bic (ya había bolis bic, pero sólo bic cristal que escribe normal). Y el tío se
cambiaba el pasaporte todo el tiempo. Que si ahora otomano, luego portugués,
aragonés, genovés (por donde andas), bohemio de Bohemia, soñador… Menudo listillo Colón.
¿Dónde se
estudia para ser marinero?
Que a lo mejor no habíais caído, pero es que no había formación
profesional rama marinero, ni cursos CCC de navegante ni nada por aquella época.
Todo lo tenías que aprender con contratos en prácticas. Y Colón se hartó de ser
marino becario. Que arríes velas, iza anclas, gira a estribor, pide las cosas
por babor… (perdón, se me ha escapado). Pero título como tal no tenían. Tampoco
tenía que presentar el CV en ningún lado, menos mal.
Crisis de los 40
Cristóbal ya rondaba los 40 y veía que su vida no iba a ningún lado.
Bueno, iba a muchos lados, pero que no tenía sentido. Y como en aquella época
no había Ferraris o “Jarlis Davison”, pues ahí le tenías pensando en cómo pasar
la crisis de los 40. ¿Y si me voy a la India a meditar? Y lo demás es historia.
Negociando con
la reina
Ya me imagino yo a Cristobal con la reina Isabel. Que si me prestas unos
maravedíes, ¿no tendrás unos doblones sueltos para irme a la India a meditar?. Y
la reina que para qué vas a ir a la India y Colón que quiero ver mundo y
conquistaré tierras para Vuesa Merced (siempre quise meter esto en un post) y
venga vale, te dejo tres carabelas, un par de bolsas de esas con un nudo y con
monedas dentro. No te olvides la Biodramina que el mar da mucho mareo.
La compra para el viaje
Como no sabían lo que iban a tardar pues hicieron una compra grande. Dos
carros llenos. No había Carrefour todavía, pero ya había chinos de todo a 1
Ducado (sin filtro ni nada). Como todavía no había patatas fritas en Europa (ni
sin freír), ni panchitos (ni una broma con esto), pues compraron pasta de esa
que se hace con agua (cosas de los chinos), unas cervezas de las que hacen los monjes,
naranjas, limones (para los gin tonics), frutos secos, latas que siempre hacen
apaño, unas gallinas, gorrinos y dos vacas. Lo que viene siendo una versión
granjera del arca de Noé.
¿No hará mucho
calor para ir con medias?
Ahora con las cosas modernas sabes el tiempo que va a hacer en cualquier
sitio, pero como América no se había descubierto pues no podían mirarlo. Y se
fueron, un poco arropaos. Que ahora sales un 3 de agosto para Cancún y aunque
te peles de frío en el avión vas con chanclas y bermudas. Pues Colón y los
Pinzones, que eran unos marineros, se van con los leotardos puestos, con capas,
armaduras (como una sota de bastos iban todos) y, esto no está confirmado, con
una camiseta de esas de tirantes debajo por si refrescaba por la noche. Seguro
que en los siguientes viajes ya aprendieron, pero los indios fliparon al ver a
esos señores tan abrigaos, y pasó lo que pasó, que les contagiaron el sarampión
y otras cosas del montón.
Otra partida de
tute
Ahora os quejáis de lo largo que se hace el viaje hasta América, pero en
9 o 10 horas estás allí. Estos señores se tiraron 70 días (es lo que tiene el
no preguntar). Y sin tele, ni iPad. Juegos algunos, pero pocos. El ajedrez, las
damas, algún listillo que hacía Sudokus, unas cartas, el escondite (el español
sólo, nunca nos llevamos muy bien con los ingleses aunque mandaran a las
princesas a casarse con sus reyes). Ni siquiera una triste radio para escuchar
el Carrusel y saber cómo iban las guerras de la época.
La foto de llegada
¿Sabéis esas fotos que te hacen en algunos sitios al llegar? Que entras
al zoo, foto. Vas a subir al Empire State, foto. Montando en la montaña rusa y
a punto de “descomer” por la impresión, otra foto. Pues al llegar a América no
había ningún fotógrafo para inmortalizar el evento. Sin embargo, ya había un
pintor. Que te cobraba el cuadro por una pasta, pero ¿como no vas a coger el
cuadro si es un recuerdo para toda la vida?. Y ahí tienes a Colón y a los
Pinzones, los marineros, y a un cura que pasaba por allí a pleno sol en la playa con los
leotardos llenos de arena, de esa tan fina que hay por el Caribe, posando... una vez por cada copia (que no se había inventado la fotocopiadora ni nada).
Un purito y pelotazo de ron
Lo que más llamó la atención a Colón y a los
hermanos Pinzones, que eran otros marineros, fue que en la playa había unas
especies de sombrillas gigantes. Allá que se sentaron un rato a descansar y
apareció un mozo ofreciéndoles un licor espirituoso y un tizón ardiendo para
que lo chuparan (el tizón). Que estaba todo pagao, todo incluido decían. Y
Colón descubrió que aquello era bueno y se pasó un mes tomando ron (de garrafón) y
fumando puros. Y de postre un plátano y un cafetito sólo, sin azúcar.
¿Qué me has traído?
Ya sabéis cómo son los hijos. Pues el de Colón no iba a ser menos. Y había que traer un regalo de allende los mares (qué bonita expresión y que bien traída). Como
no le iba a traer alcohol, pues le dio un par de cigarros puros (pero puros del
todo, sin aditivos ni colorantes) para que se hiciera un hombre. En la época estaba bien visto lo de fumar. A la familia
unas patatas muy ricas, y tomates de la huerta que se había hecho allí en La
Española. Ya en los otros viajes trajo oro, incienso (pasó de la mirra. Ni
siquiera miró si había porque total para qué). También estuvo por Jamaica, y le
ofrecieron unos cigarritos que te hacían de reír. Volvió con las típicas
trencitas esas que se hace todo el mundo cuando va para el Caribe. Lo que más llamó la atención es el bronceado
que traía… y lo que duraba en aquella época el moreno. Y el mal carácter que
se le ponía cuando se acababa el tabaco… Colón el irritable le llamaban.
Bueno, pues ya sabéis algo más de Colón, o no, ¡yo que sé! Lo que no os
voy es a revelaros mis fuentes… Hasta el
próximo programa amiguitos.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Pues porque yo nací un poco más tarde, pero si hubiera sabido lo divertido que fue su viaje, me voy con él, seguro.
ResponderEliminarJavier, des-colon-ate de este tio, pues tienes que prepararte para la próxima historia. Gracias muchísimas por hacernos disfrutar.
ResponderEliminar¡¡Pues es verdad que sabias "lo" de Colon!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY así gracias a Colón, hay tiendas de ultramarinos... patatas, bachatas, mulatas, y psiquiatras argentinos...
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=KGItMMPtL5U