Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Qué mal se ha portado el mundo del cine con algunos personajes

Ya he hablado antes en el blog sobre el cine. De lo difícil que se está poniendo ir a ver una película en condiciones, la poca imaginación que tienen los señores de Hollywood y los que vemos las películas, que no sabes si Batman ha vuelto o Superman regresa, El Imperio Contraataca, o si Indiana Jones es portero del Betis.

También hablamos de todas las cosas que aprendemos en el cine como que todo pasa en Nueva York, que los extraterrestres no pierden el tiempo en venir a Europa, que los polis americanos comes donuts, que en Estados Unidos no hay problema de aparcamiento y muchas cosas más.

En el post de esta semana quiero homejanear, homenejar, homeaj… hablaros de los personajes secundarios.



Mejor te lo explico con ejemplos. Señores a los que las películas les ha tratado muy malamente:

Vendedores de fruta

¿Qué hay una persecución en la película? Pues ahí tenemos a los buenos y a los malos, no siempre en ese orden, corriendo por calles estrechas en coche, moto, autobús, barco (a veces sí, no pongas esa cara) y tarde o temprano se encontrarán con este pobre hombre y le joderán el puesto de frutas. A tomar por saco las naranjas, o lo melones, o lo que vendan.



El señor de la ventanilla del banco

Le pegan un susto de muerte unos señores con pasamontañas, o con caretas, dispara un par de tiros para que todo el mundo se vaya al suelo, y a él le piden que ni se le ocurra apretar el botón de alarma que está conectado con la policía. Esa policía que suele llegar lo suficientemente tarde para que al señor de la ventanilla, que suele ser gordito, calvo y con gafas, le metan un buen viaje. Como si no fuera suficiente con lo que tiene, que encima le pegan los malos. Y todo por apretar un botón.


Cristaleros sin fronteras

Ves a un par de señores cargando con un cristal enorme por la calle y ya sabes que algo le pasa a alguno de ellos. O al cristal o a los señores, o a los tres. Y luego si te he visto no me acuerdo. Quién les paga ese cristal? Jodé, que a mí me han cambiado los de las gafas y han sido 90 euros. Esos que se rompen en las pelis, con lo grandes que son, tienen que costar una pasta.


El chino de la pelea

¿No sabes de quién te hablo? En todas las películas en las que se pegan los chinos, o japoneses, o los señores que saben artes marciales, siempre hay uno de ellos que se lleva todos los golpes. No se ponen de acuerdo para ir todos juntos y aunque suele haber para todos, este pobre se las lleva dobladas, planchadas y con raya en medio.



El caballo del malo

El coche del villano también me vale como ejemplo de gente maltratada por el cine. Vamos a ver, ya de una vez por todas. El caballo del malo no es lento. La prueba la tienes que cuando el bueno, después de escaparse de las viles garras de los malhechores (qué palabra tan redonda ¿verdad?, mal hechor, el que no planea nada bueno), toma prestado un caballo de los malos, corre como alma que lleva el diablo (no tengo muy claro a qué velocidad supone eso en kilómetros hora pero parece ser que muy rápido).



San Francisco y los coches

Me refiero a la ciudad de San Francisco. No tengo conocimiento de que el santo tenga o le gusten los coches. Sí que he probado la miel que hacen las abejas de su granja, y para mi gusto es un poco dulce. A lo que voy que me lío. Si tienes coche y vives en San Francisco, tarde o temprano te vas a ver envuelto en una persecución entre coches de buenos y malos (el coche del malo tendrá menos caballos… ahora se explica todo…). Y tienes muchas posibilidades de que te lo destrocen (seguimos hablando del coche). No hace falta ni que lo conduzcas, ya se encargaran de darle un viaje aunque esté aparcado.


Esos padres de la chica de la peli de miedo

Unos tienen la suerte de ser los padres de un futbolista de éxito, otros tienen hijos que les gusta la música clásica, y otros padres, con menos fortuna, les ha salido una hija actriz en película de miedo. Dale unos estudios como dios manda, clases de baile para que se haga cheerleader y pegue brincos y nos dé una A, y luego una B… y más tarde hace un casting para salir en una peli de sustos. Que primero me tropiezo cuando me persigue el malo, y los padres viéndolo venir. ¡Ay madre que se cargan a Mary Lou!, dirá el padre ¡Claro como siempre le consentiste todo! dirá la madre. Y al final, el malo, que es algo más rápido que la chica, pues ya sabéis.


El dueño del saloon


Ese pobre hombre día sí y al otro también con una pelea. Que si me has hecho trampas en jugando a la brisca, que si el sheriff del condado está de vacaciones, que vengo a hablar de mi recompensa… y al final, siempre terminan peleándose. Y a tomar por saco las mesas, los vasos, las botellas de Quina Santa Catalina (¿o no hay en las pelis del Oeste?). Y si me dijeras que les pilla un Ikea cerca para comprar mesas de las de 5 euros, o los vasos “brinden” que cuestan 20 céntimos cada uno. Nada, todos los días, vajilla nueva. Así no hay quien monte un negocio.


No me pises lo fregao

Bueno, ella lo dice en inglés. Algo así como “Don’t piss me the fregueition”. Y lo dice en inglés porque es la señora de la limpieza de las películas de Quentin Tarantino. Yo creo que de ahí vino lo de que se armó lo de San Quentin (¿o era Quintín?… en cualquier caso, ¡qué nombre tan sonoro!). Y esta pobre mujer venga a limpiar y Tarantino sigue matando gente.  Sangre aquí y sangre allá, maquíllate. ¡Cómo lo ponen todo los jodíos peliculeros!


El señor que hace de Chewbacca


Espero no haber destrozado la magia. Dentro de Chewbacca  hay un señor. No es un bicho grande con pelo. Bueno sí, pero eso por fuera. Es como Platero, diríase de algodón, o de recortes de Teleñeco. Y ahí dentro tiene que hacer mucho calor. Y hay que recordar que están en una galaxia muy lejana, y en esos sitios el clima es más cálido. Y todavía pedís que hable claro. Si no hace más que quejarse y sudar el pobre hombre (¡Perdón, bicho!)


Como veis, el mundo del cine no es todo lujo y oropel (lo que quiera que significa la palabra). Hay gente que sufre mucho con esto de las películas. Y todo por entretenernos. No tenéis más que ver al Coyote. 50 años detrás de un pájaro y dejándose el sueldo que le da Warner o uno de los Brothers, por su actuación en los cacharros de Acme.  Habrá más perjudicados, pero eso ya lo dejamos para otra película, o como dicen los americanos, un “rimeik”.

  

Comentarios

  1. Post menos mal que el autor recuerda a los que siempre pagan los platos rotos, El que es tan bueno que nunca rompió un plato.

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  2. El chino que tú dices tiene que ser Al Leong, por huevos. Más conocido entre mi grupo de amigos frikis como "El Chino de la Jungla", por su papel en "Jungla de Cristal". Seguro que ya sabes de quién te hablo.

    Respecto a lo del dueño del saloon, tiene una ventaja. Como decían en Desperado: The Bartender never gets killed.

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    1. Ahí llevas razón. El bartender y el pianista están a salvo ;)

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    2. A mí me fastidia James Bond. Llega el fulano después de echarse tres copas y tirarle la caña a todo lo que se mueve, y le tumba el plan a un tío que se lo lleva currando desde tiempos inmemoriales después de hacerle una presentación que le falta ponerle un Power Point. Tiene toda la razón Samuel L. Jackson en The Kingsmen!

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    3. A mí me fastidia James Bond. Llega el fulano después de echarse tres copas y tirarle la caña a todo lo que se mueve, y le tumba el plan a un tío que se lo lleva currando desde tiempos inmemoriales después de hacerle una presentación que le falta ponerle un Power Point. Tiene toda la razón Samuel L. Jackson en The Kingsmen!

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