Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

10 cosas que nos cuentan, o no, en los cuentos

Esta vez es literal. Os voy a contar cosas que nos cuentan en los cuentos. Los de verdad. Los que nos leían de pequeños y en los que se basa el señor Sidney… (¿o es Disney?) para hacer películas. Y es que hay algunos temas que no me cuadran.


Hay cosas muy sospechosas en los cuentos. Como ver a un chino paseando a un perro o a un político viajando a Suiza. Vamos con las cosas que nos cuentan en los cuentos.

Cuándo

Que los cuentos siempre son en un lugar muy muy lejano, en un reino junto al mar, en otro mundo, en los tiempos de Maricastaña, antaño… Pero no concretan. Érase una vez….(pero ¡qué vez! ¿cuándo). Y es que creo que esto es una estratagema (¡Qué bonita palabra!) para escribir sobre cosas que no son ciertas. ¡Que se lo inventan vamos!


Dónde

¿Y por qué siempre pasan cosas en los bosques? Con la de cosas que pasan en las ciudades y ni un cuento allí. Siempre en un pequeño pueblo, o en una urbanización de la sierra. Y en sitios en los que no hay ni un Carrefour, ni un Mercadona… ni un triste establecimiento regentado por asiáticos. No hay chinos en los cuentos… ¿Por qué se llaman cuentos chinos?

Hablan hasta debajo del agua
Todo el mundo habla en los cuentos. Que sale un lobo, habla, un cerdito, también, tres cerditos, también (pero ese es otro cuento). Y da igual que sea un oso y un mono, hablan entre ellos. ¡Y se entienden! O sea que los bichos hablan todos el mismo idioma. A mí me da que hay truco. Con lo difícil que es entender a algunas personas y en los cuentos no hay problema.


Y todos mezclados

En los bosques hay lobos, tigres, y toda clase de monos, boas, un oso pardo, buitres. Y todos en el mismo sitio. Tigres, leones, todos quieren ser los campeones, y un oso polar… ¡Como en Lost!


Muy limpitos me parecen

Limpio mi casita, laralalarita. ¡Que es una rata! ¿¿Barriendo?? Y Blancanieves tiene que arreglar la casa de los enanitos. Y Cenicienta todo el día con el trapo. Y no sé yo si eran ya mayores de edad. Explotación infantil.


Cantando a trabajar

Que serán dibujos y esto es ficción, pero ¿Quién se puede creer que 7 señores bajitos vayan cantando a trabajar? Hasta el gruñón cantaba. Que si fueran a Caja Madrid a un consejo de administración una vez al mes y llevarse un pastón y tarjetas con premio, bueno, pero es que iban a la mina a picar. ¡Como el abuelo de Victor Manuel! Calla, que ahora que vuelvo a ver el vídeo, era al salir del trabajo… Ya decía yo que no podía ser.



Anda, tira para el bosque

Qué afición tienen al bosque en los cuentos. No pueden hacerlo en una ciudad, o en una urbanización o en un sitio con semáforos y civilización. No, todo en el bosque con lobos, y lleno de árboles… Y qué madre deja a su hija ir sola por el bosque con una cestita. Y encima vestida de rojo, para que se la vea bien y el lobo la pille en un momento. También podríamos hablar de la miopía de Caperucita. ¿Tan fea y peluda era la abuela que tienes que preguntar tantas veces lo de las orejas tan grandes, y los ojos y la boca?


Fuera de la ley

Gente muy mala a la que no meten en la cárcel ni nada. Me suena que esas cosas pasan en algunos países. Madrastras malérrimas, lobos que se comen niñas y abuelas… Los tres cerditos por poner un ejemplo. Se hacen una casa cada uno. Y ni piden permiso al Ayuntamiento, ni pagan el IBI, ni les hace un proyecto un arquitecto ni nada… Así les va, que luego un lobo sopla un poco y a tomar por saco la casa… Seguro que pagaron en negro y ni IVA ni nada. Y ¿de dónde sacan dinero unos cerditos para pagar los materiales?


Los príncipes

Su única preocupación es buscar a alguien para casarse. Ni prepararse para reinar ni nada. Su obsesión es encontrar a una joven. Como Marujita Díaz, pero en príncipe. Hasta llegan a organizar bailes. Es como Mira quién Baila pero con otro tipo de cuentistas. Y dicen que son príncipes azules. Que mira que es un color feo para una persona.


Todos son guapos… o casi

No hay término medio en los cuentos. O muy guapos y apuestos y bellísimas o más feos que Modric estornudando. Cuanto más malos, más feos. Madrastras y brujas, jorobados, bestias… Pero algunos tienen buen corazón y las bellas se casan con los buenos… ¿Ahora entendéis por qué lo llaman cuento? 


Os podría contar muchas más cosas que me parecen increíbles, pero es lo que tienen los cuentos, que cada uno se hace el suyo propio… y a veces, nos los creemos. 

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