En el capítulo
anterior os contaba la clase de mujeres que van a las bodas. Te preguntarás si a las bodas que voy, no hay hombres. Los hay, y aunque algunos
no quieran ir, van.
En esta segunda
parte, vamos a hablar de los señores, los que comen naranjitas y limones (o eso
dice la canción, ¿Dónde cojones están esos señores que comen esas mierdas?).
Vamos al lío. Lo
hacemos cortito, para que puedas llevarte la chuleta y reconocer a todos los
señores que hay en las bodas. Los 11 principales, como un equipo de fútbol.
Con el número uno…
El
asustao
En casi todas las
bodas puedes encontrarte a un tío vestido, casi siempre van vestidos, a la
puerta de la iglesia con cara de acojonao. Es el novio. Te digo por si vas por
la parte de la novia y aún no conoces al señor que se va a casar. Pues es ése.
El que está rodeado de gente sonriendo y él intenta hacer algo parecido. Lo
intenta, pero no le sale. Es como esos presentadores del tiempo que les sacan
para demostrar que en la calle están a 10 grados bajo cero. Y ellos intentan
ser profesionales y dar la crónica. Pero no les sale y los músculos de la cara
no le obedecen. Esa es la cara del señor
que luego dirá que es el día más feliz de su vida.
El
hermano
Da igual que sea
hermano del novio o de la novia. Le han nombrado relaciones públicas de la
boda. Tiene que saludar a todo el mundo, incluso aunque no sepa quiénes son los
invitados. Se han dado casos de hermanos que se han equivocado de boda y siguen
dando la mano, abrazos y besos a todo el que se cruce por su camino. Y así,
desde una semana antes de la boda, hasta que los novios se vayan de luna de
miel. No está pagado ese trabajo. Y siempre con una sonrisa, como las azafatas
del cupón de la ONCE, pero con traje de novio de boda.
El
ahorcado
Suelen ser jóvenes a
los que el cuello aún no se les ha hecho para llevar corbata o camisas de
cuello duro. Pasan toda la boda, en la iglesia o en el juzgado, luchando con la
corbata. Suelen ir acompañados por un personaje femenino que se pasa la boda haciéndole
señas para que deje de tocarse (seguimos hablando de la corbata). Ya puede ser
su madre, o su pareja. No ven el momento de desabrocharse el nudo y el botón de
la camisa. Si les dan a elegir entre todo el oro del mundo o quitarse la
corbata y la chaqueta, te preguntarán que si pueden quitarse las dos cosas a la
vez.
El
del traje de otro
No os habéis dado
cuenta de que siempre hay alguien que llega con el traje de otro. Siempre es
alguien más alto, o más bajo, o más gordo, o más delgado. Se vé que el traje no
está hecho para él. Pero ahí le tienes, aguantando como un campeón. Pero todos
sabemos que no es tuyo... Es como llevar una peluca. El "pelucado"
piensa que no nos damos cuenta, pero...
El
del mismo traje
20 años más tarde y
50 bodas después, ahí le tienes. El mismo traje. No ha pasado de moda. El traje
sí. Es el señor el que no ha pasado de moda. Con cambiar la camisa y la
corbata, todo vale. Lo difícil es no cambiar de peso durante tanto tiempo. Pues
este señor, que suelen ser enjutos (no mojamutos), sigue igual.
El
chuzo
Puede ser que no esté
acostumbrado a beber, o que haya bebido tanto que da igual el entrenamiento que
tenga. El caso es que es incapaz de hacer los 20 metros lisos. Necesita una
carretera más ancha que larga para poder caminar. Habla poco, para que no se le
note... pero se le nota. Y sonríe, mucho, se le podría confundir con el hermano
del novio o de la novia... A veces es la misma persona.
Bailarín
Que los hombres no
bailan lo sabe todo el mundo. Menos este hombre. Ahí le tienes. Le encanta
mover el esqueleto y decir cantidubi y todas esas cosas. Y baila como si
estuviera en un programa de Jose Luis Moreno… de esos de los 80... Uy, me dicen
que vuelven esos programas... Bueno, pues este tío vuelve a estar de moda.
BALLET ZOOM
El
tío del pueblo
Todos tenemos un tío
del pueblo. En toda boda que se precie hay señores que parecen sacados de otra
película. Es como meter a un guerrero de Juego de Tronos en Mad Men. Canta.
Pues hay muchos, y suele ir en pareja, pero de eso ya hablaremos en el próximo
capítulo. Es muy probable que lleve
tirantes y una chaqueta de cuadros. Como un hipster, pero con 80 años.
¿Qué
hago yo aquí?
No conoce a nadie. Ni
al novio, ni a la novia. (4 bodas y un
funeral). Pero ha venido de acompañante de su pareja, que sí que conoce a uno
de los contrayentes (lo que viene siendo el novio o la novia). Y está más
perdido que el tío del pueblo. pero es muy probable que hablen diferentes
idiomas... aunque hablen español.
El
modelno
¿Ves aquel disfrazado
de ridículo? Pues ahí le tienes. El moderno. Es el primo que se fue al
extranjero a estudiar. Ya era ridículo antes de irse y nadie le echaba de
menos, pero ahora ha vuelto en versión empeorada. Lleva puesto todo lo que tú
no te atreverías a ponerte. Y todo junto. Como la versión joven del tío del
pueblo, pero él no es antiguo, es vintage... Lástima de madre que no le diera
con la mano abierta hace tiempo.
El
camarero
No forma parte de la
boda, pero está en todas. Siempre hay un camarero enrollado en las bodas. Al
final te aprendes su nombre y todo. Y al chuzo, le pone los cubatas (qué
palabra tan antigua) más cargados, y si te portas bien, te pone un poco más de
carne en el plato.
Seguro que hay muchos
más, pero tampoco es cuestión de abrumar. Vamos a dejarlo aquí...
Hace mucho tiempo que no voy a una boda, pero leyendo éste blog me lo paso estupendamente.
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