¿Quién cede el asiento ahora?
Nadie. No quedan cededores de
asientos en los transportes públicos. También es verdad que ha habido algunos
malentendidos con el tema. Amiguitos, no todos los sobrepesos significan
embarazo. Ni siquiera en las mujeres. También había algún que otro problema con
la edad… “A mis 90 años, estoy hecho un chaval… No necesito sentarme”. Esto ha
hecho mucho daño al señor amable… Otros piensan que el asiento sólo se cede a
personas mayores embarazadas con niños que lleven bastón en una silla de ruedas
(y con un balón en un pie)… todo a la vez.
Ya nadie pregunta la hora
Ahí estaba el señor amable. Siempre
presto a dar las señales horarias. Y nada, sigue esperando. Todo el mundo lleva
un reloj. Hasta el teléfono móvil tiene reloj (la ciencia avanza que es una
barbaridad), las paradas de autobús… hasta las iglesias (bueno, esto no es tan
nuevo, y tampoco hay tantas iglesias).
El caso es que ya nadie pregunta la hora. Y era una de las cosas que
primero aprendíamos a decir cuando estudiábamos un idioma.
Come on baby,
light my fire
Para los que no sabéis inglés, esto
quiere decir: “Usted, que es tan amable, ¿me podría dar fuego?”. Puede que sea
una traducción un poco libre, pero viene a ser lo mismo. Pues bien, ya no
quedan señores a los que pedir fuego. Antes, era sacar un cigarrillo y tenías a
una legión de hombres amables prestos a dar lumbre. Aquí hay que matizar… sólo
en el caso de que fueras una mujer fetén (qué antiguo soy)….
¿Quién dijo que “Janfri” era un señor
amable?
El saludador
Era una subespecie del señor amable. ¿Ahora?
Ni las dependientas de El Corte Inglés te saludan. Y eso es literal. No es que
me tengan manía, es que ya no saluda ni el Tato (que me acabo de enterar que
era un torero que no paraba de torear… es lo que tienen los toreros) Lo de
antes sí que daba gusto. Siempre estaba el señor saludador, incluso varios
saludadores. Los ponía el ayuntamiento para saber si era por la mañana, o por
la tarde. Por la noche, ya ponía a los serenos… que también eran amables y
saludaban y te daban las buenas noches. Antes sí que había buenos
saludadores... y los había muy jóvenes… y saludaban en diferentes idiomas.
Sujetadores
A ver chicos, madurad
un poco. Las chicas seguro que os habéis comportado. Es ver sujetador y ya os
cambia la cara. Seguimos hablando de señores amables. Es una variante. Son
aquellos que siempre sujetaban las puertas. Daba igual lo lejos que estuvieras
que siempre estaban ahí, lloviera o nevara, hiciera calor, verano, invierno…
impertérritos (que no sé lo que significa, pero me gusta… Suena a tiempo
verbal. Impertérrito pluscuamperfecto del indicativo). Amables, con una sonrisa
y sujetando. Bueno, no todos, que hay mucho mamón suelto.
Señor
Google Maps
Puede que tuviera
problemas con los idiomas. Probablemente no sabría darte las indicaciones de
forma tan detallada como las aplicaciones de tu móvil. A lo mejor tenías que
dar alguna que otra vuelta. Es posible que no fuera fiable del todo. Pero siempre
había un señor amable para indicarte, y gratis… y casi siempre la conversación
era tal que así:
- Por favor, señor
amable. ¿Para ir a Santander?
- ¿Para ir a Santander?
(siempre repiten la dirección para estar seguros de que te van a dar la
indicación INcorrecta). Sí, hombre. Tira tieso unos 200 kilómetros y cuando
veas una rotonda, es que te has pasado. Vuelve a preguntar por allí. Es que no
soy de aquí. ¿Sabes?
Cruzador
de ciegos
Me refiero a los que
ayudaban a cruzar el semáforo a los ciegos. Que os conozco y seguro que habéis
pensado que hay gente que se dedica a ayudar a los ciegos a que se reproduzcan…
Que también los habrá, pero no creo que sea un negocio muy lucrativo. Seguimos
hablando de señores amables que lo hacen por amor al arte y ayudan a la gente a
cruzar la calle.
Ayudador
de madres con carrito en sitios con muchas escaleras
De estos sí que ya no
quedan. Se extinguieron hace mucho tiempo. Sube escaleras, baja escaleras y con
un carrito… y con un niño dentro. Eso sí que es de ser persona amable. Y es que
esto no está pagado. Mira lo que pasó a Eliot Ness por ayudar con el carrito.
Proveedor
de caramelos de menta y pañuelos
¿Qué pensabais? ¿Que
sólo había hombres amables? Ni hablar del peluquín (¡Qué expresión tan
antigua!). También había mujeres. Y también cruzaban ciegos, y daban los buenos
días, y te ayudaban a llegar a Santander (y a otros sitios), y sujetan puertas,
y saludan, y dan fuego…. Pero proveedores de caramelos de menta cuando estás
tosiendo y al borde de la muerte o de pañuelos cuando los mocos se han
apoderado de ti, es propio de mujeres amables. No es sexista ni nada, es un
hecho…
Y es que si un hombre
te da un caramelo, seguro, seguro que no es trigo limpio (ni caramelo). Puede
parecer amable, pero nanay de la China (esto sí que es antiguo)… ¿Por cierto…
¿Qué colegio era ese en el que había un señor que te daba droga?
Yo si conozco a un Sr amable que escribe un blog estupendo y cruza la calle a los sres ciegos, (preguntando antes si quieren cruzar)
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