Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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La vuelta al cole o las 16 cosas que recuerdo de la escuela
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Lo de la vuelta al
cole ya os lo habrá recordado el atasco, los autobuses
escolares, el “forramiento” o “forración” de libros, los mil y un reportajes de
las televisiones con niños con mochilas de 200 kilos, el precio del material
escolar, la señora con 4 hijos quejándose de que no le llega para el uniforme
de todos…(de todos sus hijos. ¡Pobre mujer! Si encima tuviera que comprarlos
para todos los niños de España).
He preferido retomar
un clásico, y eso que había chicha esta semanas para hablar de otra cosa. Por
ejemplo que hay un teléfono nuevo en Madrid. Que el reloj de Apple no se
presenta a las elecciones de alcaldesa. Que nos han dejado un Botín enterrado en El Corte Inglés.
Que Escocia y Cataluña se van a vivir juntos...
Hay gente a la que le
cundió lo de ir a clase y se acuerda de muchas cosas. En mi defensa diré que
yo iba al cole cuando Jordi Hurtado aun no trabajaba en la tele. Pero sí que
aprendí algo. Allá van las 16 (no creáis que pongo 16 por que no se me ocurrían
más. Bueno sí, y porque si no iba a ser muy largo, pero no se lo contéis a
nadie). Allá vamos con las cosas que aprendí en el cole.
Es
imposible saberse todos los mares
Empezaron diciéndonos
que había 7 mares, pero luego según vas avanzando de curso te das cuenta de que
hay muchos más. Alrededor del Mar Mediterráneo ya tenemos agua para hartarnos.
Por ejemplo el Egeo, el Tirreno, el Adriático (y gente dando vueltas en bici), el
Muerto, el Mar Negro y luego ya hay otros que sí se pueden beber como el Mar Tini con Limón (chiste patrocinado
por los Hermanos Tonetti).
Hay
más montañas que tiempo para aprendérselas
Aquí también hay
trampa. No sólo había que aprenderse las montañas, sino las cordilleras y los
picos (de las palas no dijeron nada), los volcanes… Y claro, hay gente que se
hacía líos con los Pirineos y esos señores bajitos que viven en África. Del
maillot de la Montaña tampoco mencionaron nada.
¿Soy
yo o antes había menos países?
A medida que te vas
haciendo mayor hay más países (la que está liando Zapatero). Lo siento por los
chavales de ahora si se tienen que aprender las capitales de las repúblicas
soviéticas. Letonia, Estonia y Estuania, ya
es un lío, pero bueno, al fin y al cabo sólo eran 3; pero es que han salido
muchos más países y casi todos con el mismo nombre (con la terminación en stán
y la serie ganadora y el complementario el 5). Esto es cosa de la UEFA para
ganar más dinero con los derechos del fútbol.
Castilla
La Vieja Adolfo Suárez Lagarto Spock de la Macarena
Cuando por fin me
aprendo las provincias de Castilla La Nueva van y cambian todo. Ahora ya nada
es igual, y hay que aprenderse el nombre de provincias y ciudades en castellano
y en la lengua co-oficial. Algunas son fáciles como por ejemplo Gasteiz y
Vitoria. ¿Pero cómo pretenden que pronunciemos bien y nos acordemos de A Coruña
en vez de La Coruña? ¿Están locos?
A Villalba y a Coruña se va todo recto
Bajar
la cabeza no te hace invisible
Ahí tenías al
profesor o profesora (nunca me gustó lo de señorita, ni siquiera seño) a punto
de preguntar. Y tú, y los otros 30 compañeros de clase bajando la cabeza hasta
meterla en la cajonera (sí, se llamaba así), pero nada, con su supervisión de
rayos X te localizaban y te preguntaban y siempre eran para pillarte porque te
tenían manía.
Los
profesores son unos maniáticos
Los padres no se lo
creen pero es así. Cuanto menos estudias, más manía te cogían los profesores.
Luego esa manía se proyectaba en tus padres que también se enfadaban contigo. Y
a los empollones que sí que es para cogerles manía, nada. ¡Qué injusticia!
Pues
Vicentín saca muy buenas notas
Siempre hay niños que
sacan mejores notas que tú. Nunca nos comparaban con los más zotes del cole…. A
veces eras tú el zote. Y Vicentín era repelente, se sabía todos los ríos, y las
montañas… Eso sí, el potro nunca llegó a saltarlo.
Los
motes se heredan
¿Te acuerdas por qué
al pingüino le llaman así? No tiene nada que ver que ande con los pies juntos,
sea bajito y vaya con traje negro y camisa blanca. El mote viene de serie. Ha
ido pasando de generación en generación. Algunos motes se van actualizando,
pero siempre estará la Mostacho, Don Pimpón y el Sugus porque es más ancho que
alto. (A ver si os estiráis y en los comentarios ponéis los motes de vuestros
profes. Empiezo yo con la Avutarda, el Lince y Mortadelo).
Los
otros siempre son unos “$&¿%$
¿Eras de tercero B?
Pues los de tercero A y C eran lo peor. ¿Que te cambian de clase? Pues ya no
son tan mala gente. Pero los de cuarto sí que eran mamones, y unos chulitos. Sin embargo los de segundo son unos pringaillos. Y así hasta ahora y por los
siglos de los siglos, amén chimpún.
Somos
resistentes
200 niños y niñas en
un gimnasio. Después clase de ciencias, y luego de religión (o de ética, que
los hay muy rojos en todas partes), y todo esto sin ducharte. Y nadie muere de
asfixia. Prueba a hacerlo con adultos. Bueno mejor no, que algunos ya lo hacen
en el metro por la mañana.
Mecanismos de tortura o el puto potro
Ya lo sé. No hace
nada y está ahí quieto. Todo el mundo dice lo mismo. Si es muy bueno y no
muerde (igual me estoy liando con otros animales). Pero lo de saltar el potro
era una verdadera tortura. Algunos se buscaban las vueltas para que les hicieran
un certificado médico y no tener que dar piruetas (ni chupachuses…), ni dar dos
vueltas al patio del cole, como el cabrón de Vicentín.
Nuestra
Señora de la Limpieza y el Sagrado Corazón del Socorro y el Auxilio
Aprendes a distinguir
los diferentes cuadros que puede tener una falda escocesa (más que en
Braveheart) y saber de qué colegio era cada uniforme. Ese chándal es de Miguel de Cervantes (del
cole. En la época del escritor eran más de leotardos) y esa chaqueta es de los
niños de San Ildefonso. Al pobre Ildefonso le hicieron santo por aguantar a los
niños todo el día hablando con la jodía cancioncilla (aunque por el nombre también podrían haberle dado una pensión o algo).
Sorpresa
sorpresa
¿QUÉÉÉÉÉÉ? ¿Examen
sorpresa? ¡Pero si no avisó que iba a haber examen! Y entonces comprendes el
significado de la palabra sorpresa. Y es que siempre nos tuvieron manía los
profes.
Todo
tiende a infinito
Esto es un truco de
los profes. Cuando no sabían algo, te decían que tiende a infinito y santas
pascuas plín. ¿Pero cuánto es infinito? Ni ellos mismos lo saben. Seguro que
siguen usando la misma argucia (qué bonita es la palabra argucia ¿verdad?).
Los
logaritmos
Eran
una civilización que se extinguió. Es lo que tienen las civilizaciones
antiguas, que no duran. Había varias clases. Estaban los logaritmos Leperianos (de la zona de Huelva), los complejos (tenían muchos
problemas) y el Logarritmo de la
noche que era un pintas, pero luego tuvo mucho éxito y sacó una canción.
Análisis
de frases
No me habrá tocado
veces analizar una frase, con su sujeto, su predicado, su verbo, sus objetos
directos, sintagmas, células, pistilos y estambres. Qué cosas tiene la memoria,
a medida que vas recordando te vienen a la cabeza las cosas... (ojocuidao con esta
frase que estoy por patentarla).
Bueno, ya va siendo
hora de ir acabando que es hora de tomar la merienda y hacer los deberes…. No
digo nada, pero yo de vosotros estudiaría un poco… No vaya a ser que mañana os
pregunte…¡Por sorpresa!
No te quejes de tu cole, Javier, que, por edad y por ser chico, no has tenido que llevar un uniforme con un lazo tipo floripondio que no se mantenía nunca en su sitio, ni aguantar un mes de Mayo con treinta y un días llenos de flores a María (yo siempre pensaba que, a día 4, se nos iban a terminar las variedades de flores dado que, en casa, no conocíamos más que los geranios de la abuela, los claveles de alguna boda y los crisantemos que sabíamos que eran flores de muertos y de cementerios).
¡¡No veas de lo que te libraste de recordar ahora!!
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
No te quejes de tu cole, Javier, que, por edad y por ser chico, no has tenido que llevar un uniforme con un lazo tipo floripondio que no se mantenía nunca en su sitio, ni aguantar un mes de Mayo con treinta y un días llenos de flores a María (yo siempre pensaba que, a día 4, se nos iban a terminar las variedades de flores dado que, en casa, no conocíamos más que los geranios de la abuela, los claveles de alguna boda y los crisantemos que sabíamos que eran flores de muertos y de cementerios).
ResponderEliminar¡¡No veas de lo que te libraste de recordar ahora!!
Besotes,
Isabel
¡¡Qué bueno Isabel!! Yo hubiera ampliado los nardos (apoyaos en la cadera y poco más)
EliminarBesos
Javier
Me parece que tu no has dejado de ser niño, porque te lo sabes todo, todito, todo de carrerilla, y con sus apodos correspondientes. Gracias.
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