Así fue o podría haber sido

Imagen
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

10 cosas a tener en cuenta cuando sales al extranjero

¡Qué manía con salir fuera! Con lo bien que se está en casa, entendiendo a todo el mundo, con la comida que te gusta, con las mismas costumbres… Pero nada, que os gusta sufrir. Y quejaros. Porque según se desprende de un estudio que me acabo de inventar (como los periódicos, pero yo lo digo claramente), el 90% de la gente que sale al extranjero es para quejarse y volver diciendo que como en casa en ningún sitio.


A pesar de eso, salimos, y cada vez más. Y algunos aprovechan para dejar dinero en esos países que tanto lo necesitan. Y como son tan generosos, se les olvida que el dinero está allí. Por ejemplo en Suiza… Pero eso es otra historia.


Como no os quiero cabrear más con el tema del dinero y acabo de volver del extranjero, he pensado en dejaros unos consejos (inútiles, pero consejos al fin y al cabo). Lo bueno es que son gratis, y sirven para, casi, cualquier lugar del extranjero (tampoco os pongáis exquisitos y empecéis a poner pegas antes de leer, que os conozco).

Vamos allá.




1. Salir

Lo más importante para llegar al extranjero es salir de tu país. Si eres del Vaticano, lo tienes muy fácil, con cruzar la calle, ya está. Estás fuera. Si eres ruso y estás en la misma Rusia del centro, pues ya tienes un paseo y se te puede hacer largo. Y abrígate, que por allí refresca. Y ponte unas botas Nadiuskas que parece que va a llover… (¿O eran Katiuskas?)


Es muy importante que elijas el medio de transporte adecuado. Una bici para ir a Estados Unidos puede ser muy cansado y en ocasiones agobiante (sobre todo si sales desde Europa, o África que tiene muy mala combinación por carretera). Una vez allí, ya es cosa tuya, pero ya te digo que las carreteras tienen unos pocos de kilómetros (¿Por qué te crees que no hacen el Tour de Francia en USA? Eligieron Francia porque nos queda más cerca a los españoles e italianos). Yo os recomiendo que vayáis en avión a casi todos sitios (no. A comprar el pan no. Que hay que decirlo todo). Importante es que una vez llegues, te bajes del avión. Le podéis decir a la azafata que os avise en la última parada por si acaso.

2 Gente

No es cosa de ser racista. No esperes que allí sean como tú. La gente del extranjero tiene un algo que no sé yo… Son diferentes… Ni mejores, ni peores, pero que no son como nosotros, la gente de bien. Mira que es raro tu vecino. Pues en el extranjero son todos como tu vecino, el raro. No lo pueden evitar. Y no es por el color de la piel, ni porque vistan diferente, ni por que hablen otro idioma. Que son diferentes y ya está. Pensándolo bien, la mayoría de los cuñados son del mismo país y también son diferentes.


En esta imagen os podéis hacer idea de lo raros que son los extranjeros. Con sus instrumentos extraños (el organillo, quiero decir) y su forma de vestir… Espera, que estos son de Madrid… Creo que me he liado y a lo mejor los extranjeros no son tan raros…

3 Idioma

Como te lo cuento. Hay países en los que no hablan español, y en algunos sí que lo hablan pero con otro acento. Como en Murcia, pero peor y se inventan palabras. Y no, no sirve hablar despacio y gritando para que te entiendan. Es aconsejable que vayas a países en los que domines el idioma. Por ejemplo, si eres vietnamita y sólo hablas vient… vitamin… (lo que cojones se hable allí… No sé qué haces leyendo este blog porque no vas a entender nada. Aunque te lo agradezco). A lo que iba. Que te informes sobre el idioma que se habla en el sitio al que vas. Ya, ya sé que con señas todo el mundo se entiende, pero no siempre es tan fácil.


También es fundamental que te asegures haber entendido cuando te hablan. No digas a todo que sí como solemos hacer cuando vamos a un sitio que se habla inglés… Y como los españoles somos todos bilingües en inglés, pasan cosas como esta: - ¿Quieres carne o pescado? - Y tú respondes. Sí. - ¿Sí qué? - Pues que sí. Y te ponen las dos cosas, y luego preguntan si lo quieres picante. Como no lo pillas, vuelves a decir que sí, y te ponen la comida recién salida del infierno.


4 Costumbres

Así son de raros en otros países. Trata de darle dos besos a una señora que te han presentado en Arabia Saudí (si llega a darse el caso), o explícale a un finlandés que a las 19:30 los restaurantes no están abiertos en España (piensan que ya han cerrado). Lo de insultar a los políticos, creo que está aceptado en todo el mundo, pero en algunos sitios, hazlo muy bajito. O mejor, que no te oiga nadie.


Señores del Ku Klux Klan dando un paseo por Jackson, Mississippi (creo que me he vuelto a liar).

5 Comida

Que sí, que los guiris no saben comer. ¡Donde esté una buena paella! ¡Error! Mi consejo es que pruebes de todo allá donde vayas, incluso en Inglaterra. Bueno, ahí, mejor que no. Llévate un tupper con algo… las judías ya las ponen ellos.


6  Moneda

Aquí también son caprichosos los extranjeros. Y eso que hemos conseguido apañarnos un poco con el euro. La moneda es distinta en muchos países. También es redonda, pero no tiene la cara del rey… (¡Hospi! ¡Si nosotros tampoco! ¿Y qué Rey ponemos ahora?). Y los billetes también son diferentes y algunos tienen muchos ceros, como las cuentas de los señores que se van a Suiza. Y tienes que ir cambiando, como los cromos, pero peor, porque siempre sales perdiendo. ¡Y en los cajeros también salen billetes raros!


7 Horarios

¿Pues no van y tienen horas distintas en otros sitios? Lo de Canarias, bueno. Es sólo una hora de diferencia. Pero ¿y esos sitios en los que es de noche cuando para nosotros es de día?  Si llegara al gobierno, lo primero que hacía es poner a todos la misma hora y se acababa la tontería. Que sí, que será raro que en San Francisco coman a las 5 de la madrugada, pero que se les hubiera ocurrido a ellos antes. De todas maneras, como no creo que llegue al gobierno, antes de ir a ningún sitio, entérate qué hora es. Ahora no. Cuando vayas.

8 Pesos, temperaturas y demás medidas

Seguimos jodiendo. En algunos sitios miden la temperatura en grados Fahrenheit y te pasas las vacaciones sin saber si tienes frío o calor. Tú ves 40 grados y sales en chanclas. Y te dicen que mides 5 pies y dos pulgadas y pesas 13 stones, y que el hotel está a dos manzanas, y que el filete es de 6 onzas (como el chocolate) y el pueblo siguiente está a una milla. ¿No sabes cuánto mide la milla? Más que la tuya (chiste patrocinado por Marianico el Corto. El de los chistes. No el de la barba, no, el otro).


9 Medios de comunicación

En algunos países no puedes comprar El Mundo o la Razón en los kioskos (eso que ganan), ni sale Marhuenda a todas horas en la tele. Ni José Luis Moreno tiene programas de señoras que cantan, ni fornidos mozos sin venir a cuento. Tienen sus cosas, pero esos no están. (¿Veis como no todo es malo en el extranjero?) A veces puedes ver la tele de España, o en español, pero no os lo aconsejo. Y además, estáis de vacaciones. ¡Dejad la tele coño ya!

En esta tele se les estropea el aire acondicionado cada poco y las presentadoras tienen calor.

10 Conducir

No se conforman con poner las señales en otros idiomas y en vez de Stop pone Pare (calla, que eso si lo entiendo), sino que también ponen el volante al otro lado (delante, pero en la derecha) y circulan por distintos carriles. Y los límites de velocidad son diferentes. Mejor que no te lleves tu coche. Cómprate tres o cuatro nada más llegar (puedes alquilarlos también, pero los españoles siempre preferimos comprar). Ten mucho cuidado, porque los coches en el extranjero tienen muchos botones y cuando crees que estás poniendo el intermitente, estás llenando de “pesicola” el vaso que está junto al freno de mano.


¿Te has enterado? Pues hala, ya puedes irte al extranjero. Pero antes, otro consejo de regalo. Mira alguna otra fuente antes de salir (una guía del país, por Internet, la Enciclopedia Británica, incluso pregunta a tu cuñado), porque con estos consejos no vas a ningún lado… ni siquiera a Andorra, que también es el extranjero.



Comentarios

  1. Hola, Javier, ¡Bienvenido de nuevo a casa! Y, visto lo visto por el extranjero, no sé si atreverme...
    Besotes,
    Isabel

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Gracias por leer el blog y dejarme un comentario!

Entradas populares de este blog

10 ejemplos de críticas de cine si no las escribiera un crítico de cine.

En el nombre del Padre…

Así fue o podría haber sido