Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Navidad jubilosa o 10 cosas que no me gustan de la Navidad

¿Navidad jubilosa? La palabra Navidad la tenemos más o menos clara. No me pidáis ahora que me ponga a explicar qué significa, sus orígenes, cómo se celebra…  La Wikipedia tiene casi todas las respuestas y es mucho más fiable que yo (casi siempre). Lo que no está tan claro es lo de jubilosa. La señora RAE dice que algo jubiloso es alegre, regocijado (aquí ya nos complica un poco la cosa. Regocijo suena a pecado y de los gordos), lleno de júbilo (venga… os lo busco también en el diccionario: Viva alegría y que se manifiesta con signos exteriores). Y ahora es cuándo os preguntáis (si no habéis dejado de leer ya), ¿A qué viene lo de la Navidad Jubilosa?


Ahora ya lo tenéis un poco más claro ¿No? … Era el mensaje feliz de las Muñecas Famosa. Y es que la Navidad es mágica. Ya me contaréis si no es mágico que unas muñecas que andaban como los Walking Dead puedan hacer llegar la amistad al niño Jesús. Y lo mejor de todo es que éste se ría porque está alegre. El niño Jesús tenía ganado el cielo desde muy pequeño. Yo a esa edad veo acercarse al ejército de muñecas y lo último que me apetece es reír. ¡No hay pañales suficientes!

Pero es que siempre he sido un poco raro. No es que odie la Navidad, ni mucho menos, pero tampoco es que disfrute de todo lo que la rodea. Me gusta reunirme con la familia, con los amigos, los regalos, las vacaciones…, pero hay otras cosas que no me gustan tanto. Aquí te dejo unas cuantas.

EL TIEMPO
La nieve está bien, pero el frío… ¿Por qué tiene que hacer frío? Y no me digáis que tiene que ser así y no se puede cambiar. Hay países en los que hace calor, y celebran la Navidad en la playa, en manga corta y bañador. Tampoco me vale lo de que en agosto hace frío en esos sitios. No, no y no. Hay sitios en los que hace calor todo el año. El único inconveniente es que Santa Claus tiene que destaparse un poco… Igual es casi mejor que haga frío.


LA LOTERÍA
Quizá ayude bastante el hecho de que nunca me haya tocado, pero todo es un engaño. Llamadme paranoico (o mejor, sólo pensadlo, no quiero empezar a recibir llamadas de teléfono para que me digáis que estoy “grillao”). Pues eso. Que la lotería es mentira (ni siquiera son los padres). No toca a nadie (que conozcáis a gente premiada es sólo una trampa… Un pequeño detalle no invalida mi teoría). Toca en pueblos o barrios que no existen y lo graban todo por adelantado (simulación en diferido….). Siempre sale el mismo señor medio calvo abriendo la botella de champán, la señora en bata (que está en nómina del Ministerio de Hacienda) que va a tapar agujeros, y los jóvenes que se van a casar. Haced el seguimiento de esa pareja y ya veréis como ni siquiera se quieren. Son actores (no es que no se quieran por ser actores, sino porque no se conocen J). ¿Y no se os hace muy extraño que ya tengan preparado el champán y los décimos siempre se hayan vendido en una Administración? Raro, raro, raro… 


LAS PUTAS PELADILLAS
Vale, ahora me diréis que os gustan a todos. Puedo aceptar que hagan turrón con sabor a Macadamia con cocido madrileño, los polvorones, hasta la puta fruta escarchada (por el frío que os comentaba anteriormente), pero ¿Peladillas? ¿Qué invento es éste?


LOS ANUNCIOS
Sieeeempre los mismos anuncios… Las burbujas de la lotería, el Calvo del Almendro, Freixenet que vuelve a casa… Y luego cuando sales al extranjero te das cuenta de que te llevan engañando tanto tiempo… Yo he pedido Sidra El Gaitero en diferentes sitios del mundo y no la conoce ni el gato… Publicidad engañosa.


AHORA VIENEN LOS CUARTOS
Todos los años la misma historia. Ahora vienen los cuartos (no, no es donde perdíamos los partidos de fútbol). Todavía no, todavía no. ¡Ahora! Y cuando te quieres dar cuenta se han acabado las campanadas y ya están besándose Imanol Arias y Anne Ibarti… Igartubi… Igur… ¡Cojones!  La rubita de los corazones.   


LOS REPORTAJES NAVIDEÑOS
Mira que hay cadenas en la tele… Pues en todas hay lo mismo. El caganer más vendido, los huevos que hacen falta para hacer un roscón de Reyes (y para comérselo entero), los fuegos artificiales desde le Opera de Sydney (donde hace calorcito en navidades). Tampoco puede faltar el reportaje sobre las fiestas de nochevieja y su catálogo de jovenzuelos disfrazados de alumnos de colegio Inglés, y niñas “peladillas” de frío. ¿No hay nadie con imaginación?  ¿Para cuándo un reportaje sobre un calendario de bomberos en bolas? (y hacemos una bromita nueva tipo Matias Prats: “¡Vaya cuerpo el de bomberos!



LA CABALGATA DE REYES
Si hay algún niño en la sala, tapadle los ojos. ¿Ya?  Pues ¿Por qué ponemos a señores pintados de negro para hacer de Baltasar? ¿No hay negros suficientes en cada ciudad como para tener que coger a un concejal? (que seguro que cobra una comisión por vestirse de Rey). Eso sí, los vendedores de barbas postizas se forran con todos los Melchores y Gaspares del mundo.


EL DISCURSO DEL REY
Ya hablé el año pasado sobre el tema. Pero este año, tengo algo que añadir. Juan Carlos Primero y Doña Sofía después, ¡Ya está bien de discursos!  Sois un poco cansinos. Sobre todo Juan Carlos. Mejor se lo dais a algunos de la familia. Sin querer señalar a nadie, pero… ¡qué coño! Vamos a señalar… Sí, sí, tú el yerno alto (al que parecía más “espabilao”) y la hija lista (igual hay que revisar quién es la tonta). Como no espabiléis, tenemos a Froilán de Rey de España… o al menos en un programa de Hermano Mayor.


LAS LETRAS DE LOS VILLANCICOS
¿Yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité?  Y así durante siglos. Luego os quejáis que no entendéis a Shakira. Al menos esta sale cantando con poca ropa y baila. ¿Fun, fun, fun? ¿Pero mira cómo beben los peces en el río? Más de cuarenta años intentando ver cómo beben, y nadie me lo aclara. ¿Es o no es para estar harto?



LOS ADORNOS NAVIDEÑOS
Se nos está yendo de las manos. Al final vamos a tener un disgusto con esos Papas Noeles encaramaos en la terraza. Una de dos.  O algún despistao llama a la policía para informar de un robo o le pegan un tiro. Otros ponen más luces fuera de la casa que dentro (contando con los dueños, me refiero). ¿No tienen bastante con el árbol, el Belén, que tienen que poner cosas por fuera?  Allá ellos. ¡Gracias por la foto Mario!


Ya habéis visto que soy un poco extraño, pero no tengo muchas más rarezas (en el tema de la Navidad). Y es que hay cosas que no son fáciles de asimilar. Por ejemplo Papá Noel. En el caso de los hombres pasa lo siguiente: crees en él, no crees en él, te disfrazas de él, te pareces de él….

Bueno chavales, que sé que andáis muy liados y seguro que tenéis algo que hacer.  Disfrazaros de Papa Noel, poner las peladillas en la bandeja de los turrones, comprar la lotería (ya la del Niño)….¡FELIZ NAVIDAD Y MORRI CHRISTMAS!




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