Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Tópicos típicos
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Los que seguís la página en Facebook de Un Cigarrito (os recuerdo
que es de las pocas cosas que quedan gratis) sabéis que suelo poner algunos
“tuits” que me llaman la atención y que creo que os pueden hacer gracia.
Algunos me dan ideas para escribir en el
blog y con éste no he podido resistirme.
Y es que hay palabras y expresiones que
sólo se utilizan para determinado tipo de periodismo. Por ejemplo postrimerías…
¿Quién usa esa palabra estando en su sano juicio, y sin hablar de deportes? ¿Y
aledaños? Sí, son las proximidades o los alrededores, pero por la manera en que
lo usan los periodistas parece que únicamente los estadios tienen aledaños.
Esto sería una crónica deportiva con
algunos (muchos) tópicos deportivos. Deben ser antiguos alumnos del
máster que comenta Carlos Valladolid.
Partido calificado
de alto riesgo el que tiene lugar en el siempre difícil Reyno (a mí también me
parece raro que se escriba así) de Navarra. Las espadas están en todo lo alto
entre el equipo rojillo y los blanquivioletas pucelanos en un duelo fratricida
(ya, ya sé que los de Osasuna y Valladolid no son hermanos, ni siquiera entre
ellos) que pondrá fin a la “vigésimo-gésima”
jornada del Campeonato Nacional de Liga BBVA.
Saludos de
rigor entre los capitanes y el equipo arbitral en los prolegómenos (¿Qué cojones es un prolegómeno? ) del encuentro…
Echa a rodar el esférico en un estadio lleno hasta la bandera en el que se ha puesto el cartel de no hay billetes. Veremos si los entrenadores de ambos
equipos consiguen ser fieles a su estilo y quién es capaz de llevarse el gato al agua alzándose
con los tres puntos en un partido de la máxima rivalidad….
Pitido final
por parte del trencilla (mola más que puto árbitro) del colegio Murciano (pudiendo
ir a un colegio alemán o inglés, los jueces de las contiendas eligen siempre unos colegios
muy extraños) con tablas en el marcador en un partido vibrante en el que ha
destacado la labor del cancerbero del conjunto de la ribera del Pisuerga y del
pivote de contención pamplonica…
Podría haber metido muchos más tópicos, pero es que
no creo que tengáis ganas de leer lo que son capaces de decir los señores
narradores futboleros en hora y media.
Pero no todos hablan así… Hay
periodistas que con pocas palabras (o sílabas) tienen suficiente.
Vamos a ser justos. No todos los tópicos
vienen del periodismo deportivo (la serpiente multicolor y los esforzados
jornaleros de la ruta en el ciclismo han tenido mucha culpa de todo esto), pero
no todos vienen del mismo sitio. No es fácil escribir sobre los mismos temas
una y otra vez y no repetirse. Aquí te
dejo unos cuantos tópicos más.
La fiesta de
la democracia. No hay televisión, periódico o emisora
de radio que no lo diga al menos una vez cualquier día de elecciones.
Seguramente lo llaman fiesta porque al final todos los partidos están
encantados con los resultados (pierdan por mayoría absoluta o ganen 1 escaño).
Las antiguas
pesetas. Los sestercios o los doblones tienen
más años pero no tenéis huevos a llamarles antiguos ¿no? Las pesetas serán muy
viejas, pero os seguís acordando de ellas cuando no sabéis hacer la cuenta en
euros ¿verdad?
Rabiosa
actualidad. No lo puedo evitar. Cada vez que lo oigo,
me imagino a la periodista bajita con la vena hinchada en el cuello. Así
pintaría yo a la rabiosa actualidad.
¿Cerrada
ovación, ovación cerrada? ¿Cuál es la forma correcta? ¿Hay ovaciones abiertas? Os dejo a vosotros
que sigáis que yo me voy a liar seguro. Lo de cálidos aplausos también se las
trae.
La pertinaz
sequía. No hay sequías como las de Franco… Eso
dicen los mayores (sí amiguitos, los hay más mayores que yo). Y aquí tampoco me
voy a meter demasiado, según están las cosas.
Espectáculo
dantesco. Creo que se refieren a aquellos en los
que sale Pitingo… Puede que no, porque es una frase antigua, pero es que me da
pereza buscarlo en el “intenné”. (también he tenido la tentación de poner algo sobre Leonardo Dantés, pero no os lo merecéis).
En manos de los
abogados Tú pregunta a cualquier chorizo de los
que salen en la tele y la respuesta a cualquier cosa es siempre la misma -“¿Es
verdad que el dinero está en Suiza?” – Está en manos de mis abogados. ¡Coño! ¡Vamos a por los abogados que son los
que tienen la pasta!
Brillar con
luz propia. Sale algún cantante nuevo, un bailarín
de éxito, una escritora superventas… y ahí le tienes, brillando con luz propia.
Y según se está poniendo la factura de la electricidad es una ventaja de la
leche.
Para muestra
un botón. Este tópico sí que no lo pillo. Pongamos
que estamos hablando de una persona que no brilla con luz propia… que no brilla
nada… vamos, que no tiene luces. Lo del botón no sirve como muestra. Si me
dijeras que para muestra una foto… ¿Pero un botón? Qué conste que la foto de
abajo es sólo un ejemplo (con algo de mala leche).
El día
después Ya no hay día siguiente, siempre es el
día después. El día de mañana también queda muy lejano. Ya no hay manera de
saber de qué día estamos hablando.
La apretada
agenda. Da igual que el político no haga nada
(hay pocos que hagan algo más que tocar o tocarse los huevos), su agenda
siempre estará apretada. 10:00 Rascarse el huevo izquierdo. 14:00 Comida 17:00
Ver partido 20:00 Cena. 22:00 Tocada de huevo derecho con posibilidad de repaso
del izquierdo. Esto para cualquier periodista, será una agenda apretada.
Al filo de
las 10.
Las cosas no están programadas para una hora, sino para el filo de una
hora. Si es prontito es al despuntar el alba... No seas
tan poético y dime qué hora es.
-Cuando la luna alcance el pico más alto
de la montaña del águila el séptimo día, y el lobo aúlle por tercera vez, nos encontraremos.
-A ver Paco. Deja de decir gilipolleces. El
jueves 25 a las 10 de la noche donde siempre ¿no?
La policía
redujo a los delincuentes. Les ves en la tele y los ladrones
parecen normales. No quiero ni imaginarme lo altos que eran antes de que los detuviera
la policía… Cuando oigo lo de reducir a los delincuentes, no puedo evitar ver
esta imagen…
Según un estudio que acabo de realizar,
se desprende (otro tópico) que ya está bien de meter frases hechas. Así que vamos a ir barajando la
posibilidad (uno más) de poner punto y final (otro) y pensar seriamente
(seguimos) en salir a la calle a darme un baño de multitudes (también salgo
duchado por si os lo estabais preguntando). Sin otro particular, me despido
atentamente.
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Javier, esto de los tópicos te da para otro más... Tus devotos lectores lo esperamos anhelantes...
ResponderEliminarBesotes,
Isabel
Gracias Isabel. Le daré una vuelta.
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