Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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Haciendo las Américas
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O cruzar el charco, que también es
otro de los topicazos que se utilizan para decir que se va a América. Da igual
si es la del Norte, la del Sur o la de en medio, como dice mi sobrino (perdón a
los de América Central, sólo tiene 9 años).
Este post es para daros unos pequeños
consejos (que espero no hagáis mucho o ningún caso), si viajáis a Estados
Unidos.
La famosa canción de Yo Tengo un Tío
en América
Preparar el viaje
Antes de viajar a Estados Unidos
tenéis que rellenar más papeles que para una boda. En realidad no tengo muy
claro el trámite para casarte, pero para ir a USA necesitas cumplimentar algún
que otro formulario. Tú oponte a todo, como el PP cuando no está en el
gobierno. Di a todo que no, o puedes
tener algún que otro problema.
Para los que no sepáis inglés, lo que
quieren decir es que si vas a cometer alguna actividad criminal o inmoral mejor
no vayas. También te preguntan si has tenido algo que ver, entre 1933 y 1945.
con la Alemania Nazi o sus aliados. Da
igual que tengas 10 años, te van a hacer esta pregunta.
Os prometo que es real y tienes que
rellenar un documento con preguntas de este tipo. También es verdad que lo han
rebajado un poco y ya no incluyen lo de si planeas asesinar al Presidente de los Estados
Unidos. ¿Os imagináis que lo preguntaran en España? Más de uno no entraba. Yo lo de asesinar a Rajoy no lo apoyo, pero
me apunto a darle un par de collejas para ver si espabila…(o espabilamos los
demás para la próxima vez).
¿Cómo llegar?
Lo primero que se me viene a la
cabeza es que llegas muy cansado, tirando a hecho polvo. El vuelo más corto a
USA son 9 horas a la costa Este. Si ya vas a la costa Oeste, súmale otras 5 más,
y si vas a Hawai son otras 5. También podrías ir en barco, pero no os lo
aconsejo (en las pelis americanas cuando salen barcos, no suelen terminar
bien).
Si vas con una compañía americana (me
refiero al vuelo) prepárate para ver azafatas con más años que un cargamento de
loros (algunas lo parecen). Yo creo que salieron en el primer vuelo comercial y
ya no se han bajado del avión. En el último vuelo había un azafato clavadito a Jimmy
Carter. Pero no en la época en la que era presidente, sino a ahora mismo.
¿Hemos llegado?
Te vas a dar cuenta muy pronto de que
has llegado. En el control de pasaportes te harán más fotos que en tu primera
comunión. Huellas dactilares de todos los dedos (los de los piés todavía no,
pero lo harán en breve), descalzarte, levantar las manos… y no tardando mucho,
cantar el himno de Estados Unidos (en eso salimos ganando en España. En USA lo
del lolo lolo, no sirve). Además, siempre te pilla una señora con muy mala
leche que te pega tres gritos y te suaviza para el resto de las vacaciones. Te
dan ganas de decir: “Sir, Yes Sir”, hacer 20 flexiones y dar tres vueltas al
aeropuerto. Pero mejor que no lo hagas,
por si acaso.
Si no sabes inglés, no te preocupes,
siempre habrá alguien que te hablen en español, o algo parecido. En el último
vuelo al pedirme que pusiera los dedos en el escáner, me dijo el poli: Ahora el
dedo vulgar (palabrita del niño Jesús). Vale
que no es el dedo más bonito, pero tampoco es para calumniarlo.
¿Nada que declarar?
En el avión te dan otro papelito de
Agricultura para que no lleves alimentos y otras cosas que puedas introducir en
el país. Prometo que te preguntan si llevas mosquitos. Y tú te rebuscas y miras
en todos los bolsillos por si se te ha colado alguno… Y es que como mientas con
estos temas, vas a Guantanamo.
Moneda
La moneda en Estados Unidos, no vale
para mucho. Mejor, no pierdas el tiempo aprendiendo cómo son las de 1, 5, 10
centavos… Antes, cuando había cabinas de teléfono, todavía. Ahora, quédate con
las de 25 por si tienes que utilizar una lavadora.
Los billetes sí que te sirven, y
lleva siempre muchos de 1 dólar para las propinas (de las que os contaré algo
más adelante). En cada una hay un presidente viejuno casi siempre con peluca,
como José María Iñigo cuando presentaba en la Tele (no esperes ver a Obama o
Bush en ellos). Pero no hace falta que
te los aprendas, con saberte los números ya te haces una idea de lo que vale
cada uno.
El gran slam
Así es como llama mi suegra al
jet-lag (lo dice de coña, no vayáis a pensar que no sabe cómo se dice). Básicamente
consiste en que te pasas una semana sin dormir como dios manda. Te despiertas a
horas intempestivas y te pasas el día zombie sin saber en qué mundo vives. Y
cuando ya estás durmiendo como un bebé (sin hacerte pis ni nada), te toca volver…
pero ese es otro tema.
Temperatura
Qué les gusta complicarlo todo a
estos señores. No sabes nunca si hace frío o calor. Como no utilizan los grados
“centrífugos”, no estás seguro si te vas a pelar de frío o te vas a asar. Por
ejemplo con 75 grados de los suyos se está tan agustito y con 25 se te congelan
las pestañas y te tiemblan hasta los empastes.
Los americanos, esos grandes conocidos
No todos llevan sombreros de cowboy
(ni nosotros sombreros mexicanos, por si no os habíais dado cuenta… ni siquiera
los mexicanos los llevan), ni son todos altos y rubios (como la cerveza). Los hay de todos los tamaños, pero se lleva
mucho la talla XXL. Y eso que están
adelgazando un poco.
Soy español
Cuando les dices que eres de España,
su reacción es: “¡Oh! Yo he estado en
Italia”. Hay variantes sobre ésta frase, y puede ser Francia, Londres, Roma,
Alemania… Y en algunas ocasiones te dicen que conocen Barcelona, Madrid, Rota…Gracias
a las Olimpiadas de Barcelona, ya saben, más o menos, que estamos en Europa
Historia
Siempre me han dado mucha envidia los
estudiantes de Estados Unidos. Con memorizar dos cositas ya se saben la
historia de su país. Llegamos de todas partes, nos cargamos a los indios y
ahora tenemos a Obama de presidente (versión resumida, que podría servirnos a
nosotros en algunos casos, menos en lo de Obama).
¿Cuándo y qué se come?
Lo del cuándo es fácil. A todas
horas. Da igual la hora del día, estos señores están todo el día comiendo. Y
siempre llevan algo de beber en la mano, ya sea café (muy rico el café de
Colombia, porque el americano no hay quién lo tome), agua, cerveza (con la
misma cantidad de agua que el café) o bebidas “burbujosas” (señores de Pepsi o
Coca-Cola, hasta que no me paguen por hacerles publicidad, no les voy a nombrar).
Lo del qué, ya es más complicado.
Todos pensamos que sólo se alimentan de hamburguesas y pizzas, pero no seríamos
justos… También toman otras guarrerías como perritos calientes, patatas fritas…
(tampoco es verdad. Se come bastante bien y tienes mil opciones).
Los precios y las putas propinas
Señores americanos: Entiendo que
tengamos que pagar impuestos, pero ¿Por qué no ponéis el precio final de las cosas?
Siento que me están engañando. No me
digas que algo cuesta 10 dólares si luego me sumas el impuesto del Estado en el
que nos encontremos (ya sabéis mi alergia a los números).
Luego está el tema de las propinas. Señor
dueño del restaurante: Por favor, ¿Por qué en vez de dejarme a mí que pague a
los camareros, no lo hace usted? Así da gusto tener un negocio. No estoy en
contra de las propinas, pero no me cargues un 15 o 20 por ciento si el camarero
es simpático y me cuenta su vida… Sólo quiero comer, la compañía ya la llevo yo
(les podríamos cobrar nosotros al dueño por la tabarra que te dan los camareros
cada 10 minutos para preguntar si está todo bien).
Y os preguntaréis, ¿Si no te gusta
para qué vas? El caso es que tiendo a exagerar un poco y es un país que me
encanta (a pesar de sus defectos, como todos). La naturaleza, los paisajes, sus ciudades, la gente (alguna,
como en todos sitios), la carne… No hagáis caso a mis consejos, pero si podéis
daros una vuelta por Estados Unidos, no lo dudéis.
Javier, ¿sabes si ha desaparecido ya el olor a perrito caliente que te invade --hablo de Baltimore y Nueva York que es lo que conozco-- en cuanto se abre la puerta del avión para que desembarques?... Aunque opino como tú, fascinante e imprescindible para conocer gente de todo tipo. Besotes, Isabel Blas
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Javier, ¿sabes si ha desaparecido ya el olor a perrito caliente que te invade --hablo de Baltimore y Nueva York que es lo que conozco-- en cuanto se abre la puerta del avión para que desembarques?... Aunque opino como tú, fascinante e imprescindible para conocer gente de todo tipo.
ResponderEliminarBesotes,
Isabel Blas
El color sigue.. :-)
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