¿O es vade retro? Nunca se me dio
demasiado bien el latín, pero es algo así como ¡Qué te pires! ¡Échate pallá! Niños,
si os sale algún texto en latín (igual con el cambio de ley de Educación tenéis
que estudiar religión en esa lengua del infierno), no lo traduzcáis así, esto
es una interpretación libre.
Bueno, a lo que voy. No es que esté en contra del metro, ni mucho
menos. Es uno de los mejores medios de transporte y el de Madrid no está nada
mal (a pesar de los políticos). Limpio, rápido y cubre gran parte de Madrid y alrededores
(Comunidad de Madrid, ya si eso, os paso la factura más adelante). Pero es que
ha cambiado mucho desde que lo utilizaba a diario. En los últimos años he
montado más en metros de otras ciudades
y hasta hace poco no había vuelto a ¿disfrutar? del de “Madrí”. Llamadme antiguo (si tenéis cojones), pero se
han perdido algunas cosas que le daba al metro el sabor especial que tenía (como
Sevilla, pero en versión gustativa). Del olor, me quedo con el de ahora.
Cuando
utilizaba el metro, a la Vicepresidenta del Gobierno, le peinaba aún su madre y
medía… (aquí no hay muchos cambios). Permitidme un inciso. Querida madre de
Soraya: Por favor, siga peinando a su hija y no deje que salga en la tele como
si acabara de pegarse un revolcón. No es que los demás miembros del gobierno
sean ejemplos de “buenos pelos” (los que no sufren alopecia galopante). Si no, mirad al presi y
cómo le afectan los recortes del “yusformen” en la barba.
Hay muchas cosas en las que ha
cambiado el metro, menos las taquilleras, que como dice el chiste, las metieron
allí de pequeñitas y han ido creciendo. Aquí os cuento las cosas que me ha
llamado la atención en mi reciente experiencia como usuario del suburbano (¿Os
habéis dado cuenta qué bien utilizo los sinónimos para no repetirme?).
Su tabaco, gracias
Hubo
un tiempo en el que se podía fumar en los andenes, pero no me refiero a esto,
sino a las máquinas expendedoras de billetes. Si no eres usuario Informático
avanzado (todos los somos. Lo pone en el currículum), vas jodido para sacar un
billete. Tienes tantas opciones que al final no sabes si has comprado un vagón
entero para ti solo, te va a salir un sándwich mixto o un paquete de Ducados de
la máquina
¡Vaya precios!
No,
no voy a comparar lo que cuesta ahora con hace 20 años, que era cuando lo
utilizaba. Ahora todo es más caro, pero es que además, la tarifa depende de a
dónde vayas. El precio mínimo es de 1,50 euros hasta 5 estaciones y luego 0,10
por estación adicional, hasta un máximo…, si vas al aeropuerto, tienes un
recargo de… He leído algunas cartas escritas por médicos más fáciles de
descifrar.
La línea 5 ya no tiene vagones del
siglo Equis Palito Equis
Hace
años, sabías en la línea que estabas por la antigüedad de los vagones. Los de la línea 5 eran
los que heredamos del metro de Londres, en los que se subiría la tatarabuela de
la Reina de Inglaterra (si la monarquía hubiera utilizado el metro alguna vez).
Ahora son casi todos nuevos y muy limpios y no huelen a pescado cuando estás en
Puerta de Toledo (pero esto no tiene nada que ver con el metro).
Esperanza Argüelles ya es sólo una
cantante
Antes
me sabía de memoria las líneas y muchas de las estaciones de metro. No es que
el señor alemán que nos vuelve locos a todos (Herr Alzheimer) haya tomado el
control sobre mi cabeza (y no tengo prisa).
Es que ahora hay más líneas y estaciones. Esperanza-Argüelles que era la línea 4, ha
cambiado el apellido y ha pasado a ser Esperanza Pinar de Chamartín. ¿Se
cambiará el nombre la “cantanta”? ¿Y cómo cantará Sabina la canción de Tirso de
Molina Sol Gran Vía Tribunal? Porque ya
no se llama Sol, ahora es Vodafone Sol, y no estamos para que se ahogue Don
Joaquín.
Más publicidad que Antena 3 durante
la Fórmula 1
No sólo cambian los nombres de las estaciones por motivos
publicitarios. Pronto veremos Rios Four Roses, Príncipe de Beckelar, Delicias
de Merluza La Cocinera, Palos de cangrejo Mercadona, Vista Alegre de Afflelou,
Empalme by Viagra… También hay publicidad en la pared, en los pasillos, en
los vagones y próximamente en la frente de l@s taquiller@s (hay que ser
políticamente correcto). El metro es como el mono de un piloto de Fórmula 1.
¡Pero si hay tele!
Antes
se podía ver a los señores con sus “transitores”, pero una vez allí abajo tenías
menos cobertura que el seguro de vida de los Kennedy. Ahora hay hasta tele. Bueno,
unas pantallas enormes en las que antes salía todo el tiempo la señora Aguirre.
Ahora sale otro señor digital. Y es que
el PP son muy 2.0, a la mayoría de ellos les han nombrado a dedo. Aquí os dejo
la programación, pero podría resumirse en: ZP caca, PP bueno, anuncios, deportes y
para cerrar un mensaje de qué "güenos semos" los del PP.
Las taquilleras
Como
os decía al principio, son las mismas que había cuando Alfonso XIII (el hijo del
“dónde vas triste de ti”) inauguró el metro. Y el muy cuco se reservó una
estación. Seguro que exagero, pero la edad media debe andar por los 200
años. Y cada vez quedan menos, en algún
momento irán jubilándose, pero en vez de poner a otra gente, ponen máquinas que
expenden (¿Qué cojones significará expender?).
¿Quién corre más? Usain Bolt o una
abuela para pillar asiento en el metro
Esto
no ha cambiado. Hay una especie que sigue teniendo su hábitat en el metro.
También se les puede ver en autobuses y en otros transportes públicos. Y es la
señora mayor que anda muy mal de lo suyo, pero no hay quién la adelante a la
hora de sentarse en el metro.
Hay
muchas más especies, pero esto daría para un nuevo post, como el niñato de los
auriculares con la música a 300 kilowatios (o como se mida la mierda de música
que lleva), el “sobaor” de tetas con el codo, el del casco de moto (siempre hay
uno en cada línea), los borrachos del último o el primer tren…
¡Qué bonita melodía!
Creía
que ya se había acabado esa bonita tradición de ¿amenizar? el trayecto con el
puto acordeón o los de Palacagüina tocando la melodía de Titanic con las
flautas andinas (Del Cóndor pasan :-)), pero ahí siguen. Y algunos lo
hacen muy bien, pero hay otros…
Esto
es un hecho real. En el pasillo de Avenida de América hay un señor que toca
(los cojones mayormente y a veces el acordeón). Pues el otro día le escuche
“interpretar” My Way (escrita por Paul Anka y popularizada por Frank Sinatra…
Para que luego digáis que no os culturizo). Creo, no puedo afirmar, que la
estaba cantando en inglés, pero sonaba tal que así:
Chu miiii,
Chu mi, chu mííííí
Ay jaf tu llúuuu
Ay chu mi chuuuu, mi
Ay chu, chu mi chu llu (pausa
para respirar)
Maaaaaaai güeeeeeey!!!!
Crisol de razas
¿Qué
os creíais? ¿Qué no iba a hablar de la diversidad cultural? Si te montas en
cualquier metro de otra ciudad, pongamos por caso en Nueva York, tienes claro
que el porcentaje de guiris que te vas a encontrar es muy alto. Incluso tú, eres de fuera (aunque los guiris son
siempre los otros). Pero es que en el metro de Madrid el porcentaje debe andar
muy parejo. Entre turistas y gente que
trabaja aquí, en Madrid, puede haber como 20 millones de extranjeros en toda la
red de metro (es una estimación totalmente científica. Hay 2310 vagones y en
cada uno hay más de 8.600 extranjeros… Lo que me ha costado hacer la cuenta, y
es que ya sabéis mi facilidad con los números).
Por favor, desconecten sus dispositivos
móviles
Si
en el metro nos obligaran a apagar el móvil, la Tablet, el Kindle o cualquier
aparato electrónico no montaba en el metro ni Perry. Cuando levantas la vista
del móvil (para mirar en qué estación estás), te das cuenta que la mayoría está
ensimismada (de Mallorca) en sus aparatos (mejor dispositivos, no penséis que
el metro es “Sogoma y Modorra”). Ya no se ve ni un mísero ejemplar de La Razón
o a alguien leyendo un periódico (¿Por qué hago una distinción entre La Razón y
periódico? Anda, vete al rincón de pensar y ya verás como tú mismo encuentras
la respuesta).
Hay
muchas cosas más que me han llamado la atención, pero tampoco os voy a abrumar…
Y tampoco está tan mal para las 5 veces que he utilizado el metro. Si me dejáis
un mes, os escribo los Episodios nacionales.
Pues, vamos, que me lo has puesto a huevo, Javier. Si ya tenía "yuyu" por subir (o mejor dicho, bajar) al metro (dada mi escasa movilidad actual con unas rodillas autónomas y, por días, malintencionadas), veo que esta "transportabilidad" (que diría algún ministro) ha terminado para mí. Porque, además, ¿cómo hago yo para pagar correctamente, si soy de las personas que deciden cambiar de destino cuando ya estoy en el vagón: "no, no voy a ir a las rebajas de El Corte Inglés, me acercaré a Arganda a hacerle un escache a mi dentista, que decidió cambiar de domicilio dejándome una muela solo sujeta por un mar de algodones? ¿O cómo les dejo las monedas de mi voluntariosa contribución a la música popular si dice mi marido que yo pago con tarjeta de crédito hasta la barra de pan?
ResponderEliminarQue nada. Que los taxistas se van a poner contentísimos con mi futura alianza, a la que tu blog habrá contribuido.
Besotes,
Isabel Blas
Hola Isabel,
EliminarMe encantan tus comentarios, pero tienen peligro, porque como sigas así, te voy a pedir que escribas algún post.
Mil gracias por tu fidelidad.
Besos ,
Javier
Jajajaja, Javi, me parto.... Yo el otro día me quedé encerrada en una especie de hall que había con tornos por todas partes. Saqué mal el billete y ningún torno me dejaba pasar; al parecer me había equivocado de zona. Ahora me rio, pero iba con mis dos peques y pasé un momento de ....ufff. Mi hija mayor me decía la pobre: "pero mamá no decias que habias montado muchas veces"...En fin...
ResponderEliminarUn beso,
Belén Solís
Hola Belén!!
Eliminar2 niños ya! Qué pasada.
Es un mundo lo del metro y da para varios libros :-)
Besos