No sé si habéis
visto la obra cumbre de la cinematografía española ¡Vente a Alemania, Pepe! Quizá me he pasado un poco con lo de
cumbre, pero al menos sí que es famosilla, y en España, el título de tan
excelsa película, se ha convertido en un dicho popular.
Todo esto
viene a cuento, porque acabo de pasar un fin de semana en tierras teutonas (no
voy a caer en el chiste fácil y relacionarlo con ninguna parte de la anatomía
femenina de las bávaras), y me dispongo a hacer un estudio pormenorizado del
país y sus habitantes. ¿Qué dos días son pocos para hacer un informe? Hay gente
que no sabe de lo que habla, hace un estudio sociológico, y además te lo
cobra. Esto al menos es gratis.
La idea que
se tiene de los alemanes es la de unos señores y señoras muy altos y muy rubios
que beben cerveza, que no juegan bien al fútbol pero que ganan muchos partidos.
Que hablan como si estuvieran enfadados y tienen una palabras tan largas que
las puntuaciones del Scrabble o el Apalabrados tienen que ser de escándalo.
Pero para contaros eso no hacía falta que leyerais este post, aquí estamos para
llegar al fondo de las cosas (como
esperéis un artículo de investigación, vais listos :-))
Son todos rubios
Empezamos
desmontando este mito. A no ser que se hayan teñido todos para el fin de semana
y que me haya cruzado con todos los turcos, latinos y españoles por el Mundo
que hay en Múnich, tengo que decir que no todos son rubios. También hay que
señalar que por la calle casi todos llevan algo en lo alto por el frío que hace. Gorros, pañuelos, sombreros, capuchas y demás
tipo de tocados eran habituales por las calles munique, monega, mune…(cojones
por Munich). Para saber si todos son rubios, ya sabéis el método infalible, pero
no era plan de ponerlos a todos en fila y en bolas sólo por satisfacer vuestra
curiosidad. ¡Que todo lo queréis saber!
Altos, sí que son… algunos.
Suban empujen
¡Pues no! Metro
no se dice así, pero hay más de una palabra que parezca una traducción del
español. ¿Qué se puede esperar de un
idioma en el que treppen significa escaleras?
Vale, si son escaleras de subida tiene sentido, pero si vas para abajo.
¿Cómo trepas? Tiene más sentido que adiós se pronuncie “olvídensen”. Es un adiós más radical, como que no quieren
volver a verte, pero ya sabemos que los alemanes son muy suyos. También podrías
pensar que no tienen pipas de girasol y si las hubiera o hubiese las llamarían
Pippen (como el jugador viejuno de la NBA) o “Semillen de girasolen que se
comen en partiden de fusball”. He aquí
la prueba de lo complicado que es el alemán.
Hace un frío que te tiemblan los
empastes
Diréis, ¿a
quién se le ocurre irse a Munich en enero?
Es como irse al Caribe en julio o agosto (pues también lo he hecho, para
tareas de documentación y morirme de calor).
¿De todas maneras, a quién en su sano juicio se le ocurre salir a 7 bajo
cero a hacer turismo? Pues claro que hace frío, estás en Alemania, y estamos en
enero. ¿A que no se te ocurre salir a
las 3 de la tarde en julio por Sevilla? Pues eso.
¿Pero ellos tienen frío?
Abrigaos
iban al menos. Fíjate en el polo, ¿has visto a algún esquimal en bolas? (las
pelis porno con temática esquimal como por ejemplo “Ven acá tú, que te voy a enseñar mi iglú” galardonada en el
festival… ¿a quién quiero engañar?) A lo que iba. ¿Qué esperabais que fueran por Múnich como
les ves por Mallorca con sus sandalias y calcetines? Pues no, van abrigados, muy abrigados y se
tapan el cuello y la boca porque son muy obedientes y sus madres (tan alemanas
ellas), se lo mandan desde que son pequeñitos. Lo curioso es que vas por la calle y suenan
cascabeles (“pamí” que son sonidos testiculares al ritmo de la tiritona que
llevan todos).
No hagas esperar a un alemán
La
puntualidad también es un rasgo atribuido a los alemanes, pero tampoco es
totalmente cierto. Hay veces que llegan
antes. Eso no es puntualidad señores, eso es llegar pronto y es tan putada como
llegar tarde. Mi tren sale en 5 minutos,
y tú piensas, voy sobrado de tiempo. Pues no, el tren llega antes y sale antes
(así no hay quien haga funcionar un país).
No tienen sentido del humor
La verdad es
que la imagen de Merkel no está ayudando mucho a cambiar esta visión de los
alemanes. No hace ni puta gracia la
señora. Igual si la viéramos en su ambiente con un par de cervezas Frau Merkel
es el cubo de la risa, pero como política no provoca muchas simpatías a los
españoles. Si fuera al menos tan dicharachero como el resto de Primeros
Ministros europeos. Recordemos por ejemplo a Rajoy (¡Qué chispa!) o a Sarkozy
(parece un policía malo de película, de bajo presupuesto). En defensa de los
alemanes tenemos que decir que un chiste con palabras tan largas debe ser
difícil de contar sin trabarte, y eso le hace perder gracia.
Es un deporte de 11 contra 11 en el
que siempre ganan
Esta sí que
es fácil de desmontar. Ya no ganan como antes, pero es que ahora cualquiera
juega en la selección. Ya no hay tantos
alemanes y se han unido turcos, africanos, hijos y nietos de españoles y no
tienen el mismo espíritu. Ya en el resto de deportes, les pasa un poco igual, y
si no, aquí tenéis la prueba. ¿A quién se le ocurre poner la canasta de esta
guisa? Así no hay quien juegue.
Prometo que es una imagen real de un
edificio de Múnich (Foto cedida por Ana Paez. Igual no es cedida, se la he
robado, pero seguro que me deja usarla)
Los alemanes no hablan inglés
Sí que lo
hablan pero tienen un acento tan fuerte que crees que siguen hablando en alemán
aunque te estén leyendo a “Chespir”. Ellos pensarán lo mismo de nosotros, pero
ver una película en la que Jack Nicholson habla alemán, es un poco
extraño. Da más miedo, pero mola más
oírle en su idioma.
Comen cerveza y beben salchichas
A estas
alturas del post y con la edad, uno ya empieza a desvariar. No sólo beben
cerveza, yo una vez ví a uno que bebía agua.
También puede ser que era en el mar y estaba a punto a ahogarse… y
tampoco tengo muy claro si era alemán. Y
no comen únicamente salchichas, también codillo (de ahí el color que cogen a
las dos horas de estar al sol en la playa).
Y hasta aquí
el estudio concienzudo sobre Alemania, usos y costumbres. Espero que NO os haya
servido de nada. Esa era mi intención, pero tampoco os lo voy a decir al
principio del post y no lo leéis.
También
contaros que os he engañado un poquito, no es que sea un experto, pero ya he
estado algunas cuantas veces, y trabajo bastante con alemanes. Casi nazco allí, mis padres se conocieron
allí, pero decidieron dejar a Pepe y volverse de Alemania. Hubiera tenido que llamar al blog “Eine
Zigarette und Piltren”. Hasta el próximo
post amiguitos:“Olvídensen”.
Ja, Jo, Jajoten!!
ResponderEliminarPal verano te pongo de deberes un nuevo post que compare los usos y costumbres del alemán en su medio natural y en sus vacaciones en Mallorca. A ver cómo cambia el panorama ;))
Hecho Lo único es saber si el responsable del blog me paga el viaje y cómo paso las dietas :-)
ResponderEliminarIgual en dos días no te ha dado tiempo de detectarlo, pero de las costumbres más intrigantes que yo vi en el año que viví allí, me resulta la de comer helado (helado si, no chocolate con churros o un caldito)a -20ºC mientras pasean por las orillas del Isar o los Englischer Garten. Ahora, eso sí, no tienen que darse prisa en terminarlo porque es obvio que no se les derrite ni a tiros...
ResponderEliminarEs verdad!! Sí que me llamó mucho la atención. Íbamos tu tocaya y yo pelaos de frío, y los bávaros con dos cojones y un heladito :-)
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