Blog de Javier Merchán. Ríete tú de las fake news de Donald Trump. Me invento todos los contenidos, pero no espero que nadie se los crea.
Escribo sobre cosas importantes sin tomármelas en serio.
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
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20 años no es nada ¿seguro?
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La letra de uno de los tangos más
famosos de Carlos Gardel (sin buscar en
San Google, ¿Alguien sabría decirme algún otro cantante de tangos? No me vale
Calamaro, éste los destroza, ni Malevaje que son más de uno), dice, después
de que sentiiiiiir que es un soplo la vida, que 20 años no es nada. Para
algunos los tangos son como las frases de Paulo Coelho (más sinvergüenza que Calatrava, el de los puentes), ejemplos a
seguir, trozos de vida. ¡Pues no!Aquí Gardel
no tiene razón.20 años es mucho, y la
diferencia entre los 20 y los 40 es una burrada, excepto para Demi Moore, que
le gustan los yogures recién hechos (no como al Ministro que se los come
caducados).
Ya sabéis que me gusta generalizar.
No es bueno, pero me gusta, aunque sólo sea en el blog. Ya en la vida real no
lo hago, pero como el blog es mio… Y es que es mucho más divertido jugar con
los estereotipos.Hay jóvenes de 40 años
y viejos de 20. También hay tíos de 20 con más sentido común que uno de 80,
pero vamos a lo que vamos.
Eneste post, nos centramos en las cosas que hacías o decías a los 20 y que
ahora ni se te pasa por la cabeza volver a hacerlas. Habrá alguno que sí, y en
ocasiones, echas de menos hacerlas, pero ni tienes el cuerpo, ni las ganas.
Vamos allá.
¿Pero qué me estás contando?
A los 20, todo lo que te diga un tío
mayor (todo aquel que tenga 2 años más que tú, ya es un viejuno), será una
chorrada y por defecto, será ignorado. A los 40, todo lo que te diga uno de 20,
será una chorrada y por defecto, será ignorado.No, no me he equivocado y se me ha ido la mano con el “copipeist”. Esto
es así.
¿Que sabrá este mocoso sobre la vida?
Si a tus cuarenta años, viene un
niñato de 20 (pongo en boca del cuarentón, lo de niñato), a explicarte algo
nuevo, la reacción será: “Chaval, no tienes ni $%? idea de lo que estás
hablando”.Aunque el niñato sea doctor
en física y te esté explicando la teoría de cuerdas, le mirarás con aire de
superioridad, esbozarás una sonrisa irónica y le espetarás (que no es tirarle
una sardina al careto facial, sino Decir a uno bruscamente algo que le sorprende o molesta). “¡Tú
qué coño sabes de la vida!La teoría de
cuerdas es, quiero decir, es como si, pongamos como ejemplo el..” y te podrás
tirar 20 minutos sin parar de decir chorradas para no dar tu brazo a torcer.
Pues yo me acuerdo de…
Si uno de 40 empieza con esta
frase, échate a temblar. Si es de más de 40, no tiembles, ¡huye! Al final
terminará diciendo que todo esto (sea donde sea, incluso dentro del Estadio
Santiago Bernabeu) era campo. Si lo dice
el de 20, el de 40 años, esbozará una sonrisa… y vuelve al párrafo anterior, lo
del espeto y el coño y la teoría de cuerdas.
¿Y a esto lo llamas Música?
No lo intentes, nunca llegarás a un
acuerdo. La música que os gusta, a los de 20 y a los de 40 no tendrá nada que
ver.¿No os da un poco de vergüencita
volver a escuchar grupos o canciones que escuchabas en vuestra juventud?Bon Jovi (no me gustó ni antes, ni ahora), parece
su propia madre, da un poco de grima. Ahora que todo está grabado, estoy esperando
a que se avergüencen las crías de 20 años cuando vean el vídeo del concierto de
la niña ésta del pelo corto que canta raro, sí hombre… Justin Bieber.
Tocan los Guachis and the Night en Kuala Lumpur
Allí te ves con 20 años, preparando
tu viaje, lo más barato posible para poder ir al concierto de Los Guachis and
the Night (no lo busquéis en la Wikipedia, se separaron hace tiempo y no fueron
muy famosos, pero vuelven con sus “grites jis”). Ahora, si tocan cerca de casa,
puedes dejar el coche al lado, y no es un sitio demasiado grande, te lo piensas
50 veces, antes de comprar las entradas.
¿Hay gente que va de vacaciones a un camping?
Con 20 años, con tal de salir de
casa y librarte de tus padres, eres capaz de ir a un camping de vacaciones. Y
cuanta más gente entre en la tienda de campaña, mejor.Con 40 sólo irías si te participas en un
programa de esos de Telecinco: “Conocidos por la Selva”, “Los Famosos se han
perdido” o cualquiera similar, y sabes que te van a dar una pasta gansa, hagas
lo que hagas. A los 20 vas de camping con 2 camisetas, un bañador y un pantalón
largo (por si acaso).A los 40 vas a un
hotel, con dos maletas y un bañador (por si acaso). A los 20 llegas a Benidorm
y ¡Jodó qué de p.m. cuánta gente, mooola!A los 40 vas a Benidorm y “Coño, aquí hay demasiada gente”, y te vas a
Calpe.
¿Pero a mí qué me va a pasar?
A los 20 eres un superhéroe, o eso
te crees. No te puede pasar nada, eres invencible (excepto si eres del Atleti,
que lo aprendes rápido).A los 40, sabes
que te puedes caer y que en cualquier momento, te harás daño. Se te cae hasta
el pelo que parecía tan bien agarrado, ¿no te vas a caer tú entero?
Si sólo son las 11.¿Las 11 ya?
Con 20 años, a las 11 estás vistiéndote
para salir de marcha.Con 40, te estás
poniendo el pijama para ir a la cama.Vale que hay gente que sigue saliendo, pero los bomberos, enfermeras y
el resto de trabajadores a turnos, no cuentan.
¿Que me parezco a quién?
A los 40 ya tienes claro que vas a
ser igual que tu padre o tu madre. No sólo físicamente, que también, sino en la
forma de reaccionar y comportarte. Si a uno de 20 le dicen que, no tardando
mucho, será igual que esos señores mayores que le hacen la vida imposible… A
los 40 te sorprendes dando consejos (que los jóvenes obviarán) como los que te
daban tus padres, a los de 20, volverán al primer punto de qué me estás
contando.
El garito estaba hasta arriba
Según quién lo diga es bueno o
malo.Con 20 años lo que quieres es ir a
un sitio que haya mucha gente (la cola del paro, no vale). A los 40 pagarías
por no ir a ese mismo sitio e ir a aquella sala de fiestas (mis padres siguen
diciéndolo y me mola la expresión) en la que había música tranquila y se podía
hablar.Como dice mi amigo Jose Miguel,
a los 20 botellón y a los 40 botellín (y uno solo porque al segundo no llegas).
¡Pero qué ropa llevan!
Da igual que hablemos de la
actualidad (los de los pantalones cagaos), en los 80 (aquellos calentadores de
lana (parecían la Gallina Caponata)… Los de 20 nunca se pondrían la ropa de los
cuarentones (fuera de la temporada de Carnaval). Eso sí, tienen que pasar dos
generaciones para lo que se llevaba hace 40 años, se vuelva a poner de moda, y
las niñas irán vestidas como iban sus abuelas (de ahí que haya tanto viejo
verde).
¿Veis como Gardel se equivocaba? Y
es que no hay que creerse todo lo que digan las canciones, ni al que os diga “pues
todo esto antes era campo”.
Y si no conocías la canción, o
quieres volver a escucharla, aquí te dejo el vídeo de Don Carlos (y sí, es más
viejo que yo, que al final alguno dirá que es de mi quinta :-))
Una delicia, como siempre, leerte Javier. Y hablando de "otros" cantantes de tango, y aunque su abanico musical es infinitamente más amplio, no dejes de escuchar a mi adorada Nacha Guevara y su "Cambalache". Es antológico... Besotes gordos. Isabel
A veces, cuando me pongo a pensar sobre qué escribir en el blog, se me ocurren muchas cosas. Luego me doy cuenta de que alguien ya ha escrito sobre ello, y el cabrón o cabrona lo ha hecho mejor. Otras veces tengo una idea y cuando llevo un buen rato escribiendo, me digo “pero si de esto ya he hecho un post”. Y otras veces, directamente no pienso. Esta vez voy a escribir sobre cosas que ya se han escrito. Pero vamos a hacerlo de otra manera. Y os explico por qué. Pues “resultadeque” estaba leyendo una crítica de una película y no terminé de entender si me estaban recomendando verla, si era muy mala, o me comprara un Opel Corsa. No comprendí nada. Yo creo que los críticos de cine, como escriben a oscuras en la sala de cine, pues luego no entienden lo que han puesto y tienen que inventar, y de ahí lo de “la levedad inescrutable del personaje tiene connotaciones que nos recuerdan el sufrimiento crónico de la sociedad en un ambiente que recela de todo…” Y ahí estás tú l
Esta semana no me voy a meter con las cosas religiosas, a pesar del título (y de que a veces te ponen las cosas a huevo). Aunque los que pintan algo en la iglesia (no me refiero a la señora que hizo el garabato en Borja), se metan en las cosas de los demás, no lo voy a hacer yo. No hagas a los demás que te hagan como yo quiero al prójimo… (Creo que es algo parecido, pero es que ese día me cambié a Ética y me perdí la clase de “Reli”). Esta semana os quería hablar sobre los nombres. Pero no el nombre del padre o del hijo (de verdad que hay nombres de hijos que son para matar al padre y para que le dé un ataque al Espíritu Santo. No tenéis más que pensar en algún Kevin Costner de Jesús, “Yosuas” y Samantas). Hablaremos de los nombres comunes. Hay padres hijos de… Porque vamos a ver ¿Quién pone el nombre de las cosas? A los animales, a las flores, a las ciudades… ¿Dónde está el responsable? ¿Con quién hay que hablar para que se ponga orden? ¿Y qué es este sindiós de
¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He
Una delicia, como siempre, leerte Javier. Y hablando de "otros" cantantes de tango, y aunque su abanico musical es infinitamente más amplio, no dejes de escuchar a mi adorada Nacha Guevara y su "Cambalache". Es antológico...
ResponderEliminarBesotes gordos.
Isabel
¡Gracias Isabel! La verdad es que me encanta el tango. Conozco poco (mea culpa), pero a Nacha Guevara, si que me gusta.
ResponderEliminarMe encanta que disfrutes con el blog. Ya me ha dicho Tavy que eres una fan incondicional. ¡Gracias!