Así fue o podría haber sido

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¿Habéis recibido alguna vez un mensaje de WhatsApp de alguien que no conocéis? ¿Nunca? Un chico me había conocido en una discoteca y quería volver a verme. Le había dicho que me llamaba Susan. Y ahí le tenías, buscando a Susan desesperadamente. Estuve a punto de llamarle y quedar. Pero resulta que nos habíamos visto en un garito de Houston. Claro, ahí teníamos un problema. Típico de Houston. El caso es que, como ya sabéis, yo no me llamo Susan y nunca he estado allí (eso no lo sabíais). Así que tuve que declinar la oferta. En otra ocasión me escribieron para comprarme un reloj. Que yo al mío le tengo mucho cariño, pero es que me ofrecían 10.000 francos suizos. Lástima que no tengo ningún Rolex a la venta. Otros me escriben para cambiarme de compañía. Con lo que me gusta a mí la compañía que tengo. Que no les cambio por nada del mundo. Buena gente, amigos de sus amigos y siempre están ahí. O aquí. Según el momento. Ya me entendéis. Pero esta semana, me pasó una cosa notable. He

Decenas de cenas

Seguramente me he pasado con el número, pero es muy probable que durante estas fechas hayas tenido o vas a tener, doscientas mil cenas (según los sindicatos) o dos meriendas (según la Delegación del Gobierno), con amigos, compañeros de trabajo, de la Universidad, la selección de petanca, el grupo de Degustadores de Gin Tonics sin pepino o la Asociación de Gatos Hartos de no cobrar derechos de imagen en Instagram.



Cualquier excusa es buena para juntarse una tropa, y pagar una pasta en el restaurante que normalmente tiene menús de 10 euros a diario y al que no irías, con esa misma gente, en  cualquier otra fecha del año.

En este post vamos a centrarnos en las dos categorías más numerosas y que me suelen tocar todos los años (y que no falten nunca). Las cenas de empresa y las de los amigos. De empresa suele haber una (para los que tenemos suerte de estar currando), pero de amigos puede haber tantas como en grupos estés metido (los del equipo de fútbol, los antiguos alumnos del Colegio Nuestra Señora de La Limpieza, el grupo de fotografía, los amigos de tu pareja, las parejas de tus amigos, doble pareja, póker y escalera de color).



En cualquiera de ellas hay que seguir un ritual que consta de unos pasos tales como éstos. El orden puede variar, pero se parecerá bastante a lo detallado en los siguientes puntos: 

  1. Quedada previa para ver si eso, ya eso (que quiere decir ¿Nos vamos de cena?)
  2. Una vez que ya eso, ponerse de acuerdo para la fecha (este paso suele durar entre una semana y dos años y medio)
  3. Nombrar a un responsable para que se coma el marrón
  4. El responsable se hará cargo de la convocatoria, pegarse con otros 30 para elegir sitio, menú, precio…
  5. Confirmación de los asistentes
  6. Recolectar el dinero
  7. Bajas de última hora (si te dicen que van 20, confirma al restaurante 16 y siempre sobrará algún sitio)
  8. Llega el momento
  9. Al término de la cena, se decidirá, siempre en la puta calle, lloviendo o/y haciendo un frío de mil demonios, el siguiente garito para terminar la noche. 
  10. Una hora después, se decide el sitio, poner en movimiento a toda la tropa
  11. Borrachera, despedida y cierre.
  12. Reborrachera. El coche escoba siempre tendrá dos o tres miembros que seguirán la fiesta pasado el límite (de tiempo y alcohol) establecido. 

Si os sirve de algo, os voy a dejar unos consejitos para disfrutar durante el evento

  1. Nunca, nunca, bajo ningún concepto llegues el último. Te sentarás a) al lado del jefe b)junto al amigo/compañero más coñazo o c)el amigo coñazo a la derecha y el jefe a la izquierda
  2. Asegúrate de que sabes dónde está el restaurante. Siempre lleva el Tom Tom (abre la muralla), Google Maps, brújula, sherpa o todo a la vez para llegar al sitio en cuestión a la hora señalada
  3. Vuelve a mirar dos, tres o las veces que haga falta, el nombre del restaurante y la dirección.  En caso de que sea una franquicia, siempre irás a la Vaca Descojonada de otro pueblo, localidad o país (no falla)… y no serás el único en equivocarte.
  4. Procura que la cena se celebre antes de un día no laborable, las consecuencias pueden ser devastadoras
  5. Abstente de llevarte el coche porque…. Vas a beber, no bebes nunca, pero vas a pillarte un pedo del catorce. Cuenta la leyenda que hubo una vez una persona que sólo bebía agua y zumos de piña en las cenas de empresa)
  6. Es importante que sepáis la agenda del evento. Horario de la cena, salida y garito al que se irá después (para evitar seguir con el ritual anterior).  Es aconsejable decidir el sitio antes de levantarse de la mesa.
  7. Intenta no sentarte al lado de ese compañero calladito. Esa noche recuperará el tiempo y hablará por los codos.
  8. No te pases con el vestuario.  Esas compañeros/as que no reconoces en la cena, aunque lleven 10 años sentado a tu lado, por el exceso de maquillaje, la ausencia de gafas o cambio radical de forma de vestir.
  9. Si no bailas nunca, no empieces ahora.  Tienes dos opciones a) mover los hombros y una pierna cada poco tiempo o apoyarte en la barra y ver a los demás como mueven el esqueleto (aquí se nota la edad del autor). En este caso no aplica lo de desconfiar de un hombre ebrio bailando
  10. Si vas a bailar procura no hacerlo demasiado borracho.  Serás recordado como el pringao que se cayó en mitad de la pista intentando hacer los pasos del “Gañán Style”.
  11. No salgas nunca solo con un compañero o compañera a última hora. Pensarán que va a haber zumbamiento. A no ser que sea con la maciza o macizo (si eres chica) y te de igual (o incluso esperes) que lo piensen.
  12. En cenas de empresa, primordial no mezclar. No me refiero a la bebida sino a tu situación sentimental. Si no conocen a tu pareja, novio/a, marido o mujer, va a ser como tener un escupitajo y un microscopio. Todo el mundo mirará  cómo se comporta el sujeto y luego harán un estudio pormenorizado.
  13. Si la vida no te ha dado el don del chiste no hagas tu primera actuación de El Club de la Comedia.  No tienes puta gracia, ¡No lo intentes… y no repitas si no se ríen! Es mucho más patético a la segunda.
  14. Pide copas para ti solo. Puede ser que el típico no bebedor te pide que le solicites a la camarera un batido de chocolate con coñac, un gin tonic sin alcohol o un vaso de leche pasteurizada mezclada, no agitada con aceituna.
  15. La maciza de la oficina está sola.  Que siga sola, no hagas ningún movimiento sospechoso, harás el ridículo en cualquier intento de aproximación.
  16. Aléjate del cansino de la oficina o del grupito de amigos de toda la vida.  Es una especie que acentúa sus dotes de cansar al prójimo a medida que avanza la noche.
  17. Esta regla es fundamental: NO TE HAGAS FOTOS EN LAS CENAS DE EMPRESA. Si no puedes evitarlas, esconde el vaso. Da igual que estés bebiendo un café con hielo, en la foto parecerás el más borracho de todos.
  18. Nunca digas, una y me voy. Vete, no te despidas. Es mejor una retirada a tiempo.
  19. Lo que pasa en las Cenas, se queda en las Cenas. Este tipo de eventos no se comenta, pase lo que pase, lo que haya pasado, no pasó.

Ready?  pues hala cena, cigarrito y a la cama (cómo y con quién, ya es cosa tuya). 

¡Feliz Navidad!


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